The Chosen – Libro cuatro - Amanda Jenkins - E-Book

The Chosen – Libro cuatro E-Book

Amanda Jenkins

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Beschreibung

Usted ha sido llamado a la verdad.   Jesús vino a cumplir las Escrituras, a buscar y salvar a los perdidos y a testificar de la verdad. Sin embargo, a veces puede tomar un tiempo comprender la verdad, porque nos enfrentamos a ella de diversas maneras y en diferentes circunstancias. Una vez que Jesús nos confronta, incluyendo nuestras necesidades más profundas, nuestros prejuicios culturales, nuestras motivaciones personales y hasta objeciones arrogantes, el resultado puede ser exasperante. O estimulante. O cualquier cosa intermedia.   En The Chosen –Libro cuatro: 40 días con Jesús, explore los puntos de vista desde donde puede conocer mejor a Jesús y las cosas que Él enseñó. Aprenda de sus seguidores cómo escuchar realmente, cómo esperar en su sabiduría y su tiempo, sobre el arrepentimiento y la obediencia. Escritas para acompañar la exitosa serie de varias temporadas, cada una de estas cuarenta devociones contiene una escritura, una perspectiva única sobre alguna historia de los Evangelios, sugerencias para la oración y preguntas que desarrollarán su relación con Cristo.   Que podamos aceptar su reprensión y testifiquemos de la verdad, la cual siempre está operando dentro de nosotros... y cuyo resultado, de hecho, será nada menos que vivificante.  

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BroadStreet Publishing® Group, LLC

Savage, Minnesota, E.U.A.

BroadStreetPublishing.com

THE CHOSEN, Libro cuatro: 40 días con Jesús

Edición en español, copyright © 2023 por Come and See Foundation

ISBN: 978-1-4245-6606-8 (tapa piel símil)

e-ISBN: 978-1-4245-6607-5 (libro electrónico)

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede reproducirse de ninguna forma, salvo algunas citas breves en reseñas impresas, sin el permiso por escrito de la editorial.

A menos que se indique lo contrario, las escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.NuevaBiblia.com. / Las escrituras marcadas como «NVI» son tomadas de la Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. / Las escrituras marcadas como «NTV» son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usada con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados. / Las escrituras marcadas como «NBV» son tomadas de la Nueva Biblia Viva © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usada con permiso de Biblica, Inc.® Todos los derechos reservados en todo el mundo. / Las escrituras marcadas como «PDT» son tomadas de La Biblia: La Palabra de Dios para Todos (PDT) © 2005, 2008, 2012, 2015 por el Centro Mundial de Traducción de la Biblia. Usada con permiso.

Representado por Steve Laube con la Steve Laube Agency

Traducción, adaptación del diseño y corrección en español por LM Editorial

Services | lmeditorial.com | [email protected] con la colaboración de

Belmonte Traductores (traducción) y Candace Ziegler (tipografía).

Impreso en Malaysia / Printed in Malaysia

23 24 25 26 27 * 6 5 4 3 2 1

TABLA DE CONTENIDO

Prefacio

Introducción

Día 1Recompensa muy grande

Día 2Esperar todas las cosas

Día 3Las palabras cuentan

Día 4Todos nos odiarán

Día 5Enyugado, parte 1

Día 6Enyugado, parte 2

Día 7El juego de culpar

La serie Marcos

Día 8Demasiado familiar

Día 9Muy, muy lejos

Día 10La levadura

Día 11Fije su mente

Día 12Cautivado

Día 13Mente limitada

Día 14¿Qué quién tiene su corazón?

La serie Lucas

Día 15Una petición en contra de la arrogancia, parte 1

Día 16Una petición en contra de la arrogancia, parte 2

Día 17Curiosidad

Día 18Considere el costo

Día 19Multiplicación

Día 20¿Qué tiene que ver un nombre?

Día 21El Buen Samaritano

Día 22La parte buena

Día 23Reconocer a Jesús como Señor

Día 24Toda forma de avaricia

Día 25Fíjense en los cuervos

Día 26Confíe en el Padre

Día 27Estén preparados para el Señor

Día 28La recompensa de la humildad

Día 29Gratitud

Día 30Lo que pueden ver sus ojos

Día 31Atar y desatar

Día 32Lo que debe morir

Día 33En el intermedio

Día 34De las cenizas

Día 35Ofrenda

Día 36Lecciones de los peces

Día 37El valor de la humildad

Día 38Pedido

Día 39Predique lo que practica

Día 40¿A qué está esperando?

Acerca de los autores

PREFACIO

«El primer verso realmente sucedió.

El segundo verso sucedió en su mayoría,

y el tercer verso, por supuesto, está sucediendo ahora».

BRUCE SPRINGSTEEN, NOTAS DEL DISCO «GREATEST HITS»

Hace veinte años escribí una canción en medio de una temporada oscura de mi vida. Recientemente me habían diagnosticado con hepatitis C (había sido infectado por una transfusión de sangre cuando era niño), por lo que comenzaron una forma de terapia inmunosupresora. Perdí unas cuarenta libras y estaba anémico. Todos los viernes (por casi dos años) sabía que estaría enfermo.

Varios años antes, asistía a un estudio bíblico que básicamente trataba sobre la historia narrativa de las Escrituras. Aprendimos sobre el contexto en el que ocurrieron los eventos de las Escrituras, es decir, la cultura e historia de los personajes bíblicos, así como la geografía de la tierra. Comenzando en Génesis, el líder del estudio bíblico habló sobre la manera en que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob se reveló a sí mismo. Particularmente, se destacó la historia de Jacob, un hombre imperfecto, pero con cierto nivel de tenacidad, que estuvo dispuesto a luchar con Dios toda una noche. Mientras escuchaba esta historia, mi imaginación completó el escenario. La historia hizo espacio a la mía. Después de todo, es mi humilde afirmación que el gran arte no solo trasmite la historia del artista, sino que de alguna manera (y más aún) deja espacio a la imaginación de la persona que la recibe.

Fue en medio de ese ambiente que comencé a escribir música de adoración. Dos años más tarde, esa canción fue «Your Grace Is Enough» (Tu gracia es suficiente).

En ese proceso de ver cómo la narrativa histórica de las Escrituras cobraba vida en las diferentes dimensiones de la cultura, el tiempo, la geografía y la historia —de cómo viejas promesas antes dichas abrían paso a las nuevas— lo que creó ese espacio y encendió mi imaginación como compositor. Leer las Escrituras e imaginarse en la historia es una práctica antigua conocida como lectio divina. No solo en la lectura de las Escrituras, sino en el contexto diario de una vida en relación con Dios, nos hace partícipes de la historia. Con el tiempo, uno se da cuenta de que la historia a menudo se repite, y la historia de los pecadores convertidos en santos por la gracia y el amor de Jesús, que todo lo consume, es algo que todavía se está desarrollando. Él está verdaderamente reconciliando todas las cosas consigo mismo.

Incluso nuestra imaginación. Incluso en nuestras artes. Dedicar imagen, sonido y luces para pasar decenas de horas viendo el Nuevo Testamento de una manera tan específica a través de The Chosen ofrece una dimensión mayor al contexto cultural, histórico y espiritual. Eso es algo que nosotros, como cuerpo de Cristo, nunca hemos tenido en este ámbito. Ahora también tenemos la capacidad de verlo juntos simultáneamente; es realmente un regalo increíble.

¡Quién sabe a dónde llegará la inspiración a medida que avancemos juntos en este viaje! ¿Qué otras personas se inspirarán en este espectáculo? Sé que esto ha alentado mi imaginación y mi fe. ¿Pero sabe lo que todavía tiene un valor inconmensurable? ¿Sabe lo que no puede reemplazar? ¡Una relación real con Jesús! Sucede cuando simplemente nos comprometemos a una travesía de fe con las Escrituras, la oración y los recursos que nos ayudan con ese viaje, como este devocionario.

Al igual que la historia de Emaús en el Evangelio de Lucas, Jesús a menudo aparece «en el camino», mientras caminamos, mientras vivimos, incluso en nuestra decepción y dolor, como nos dice el Día 34, por ejemplo. Hay un proceso en el que nuestros ojos se abren a medida que las Escrituras se van revelando. A veces, una peregrinación de fe puede ser una temporada; para algunos pueden ser años. Sin embargo, la práctica de abrazar un período de tiempo definido para buscar a Dios y ser receptivos a su búsqueda de nosotros es algo en lo que cada seguidor de Jesús debe seguir entrando a medida que se sumerge más y más en esta historia de todas las historias.

Ese es el corazón detrás de este libro. Es una oportunidad de entrar en 40 días para caminar con Jesús intencionalmente. Si puede comprometerse con el viaje, Él se compromete a aparecer y revelarse a su vida. Si Dios quiere, nosotros también diremos: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros?». Nuestro corazón, después de todo, es lo que el Señor quiere. Ruego que este devocionario le ayude a que pueda entregárselo a Él.

Matt Maher

INTRODUCCIÓN

Jesús vino a cumplir la Escritura (Lucas 4:21). Eso es lo que Él dijo tras leer del rollo de Isaías en la sinagoga de su pueblo natal. Todos quedaron asombrados hasta que Él los reprendió por su incredulidad. Entonces, se enfurecieron e intentaron despeñarlo por un barranco.

Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:9). Eso es lo que Él dijo tras indicarle a Zaqueo que bajara del árbol para que pudieran ir a su casa. El recaudador de impuestos, entusiasmado, se arrepintió rápidamente y prometió cambiar su modo de actuar fraudulento.

Jesús vino para dar testimonio de la verdad (Juan 18:37). Eso es lo que Él expresó tras ser interrogado por Pilato acerca de su identidad y sus supuestos delitos. Momentos antes de entregarlo para ser crucificado, Pilato preguntó de modo retórico: «¿Qué es la verdad?» (Juan 18:38).

¿La respuesta literal? Jesús es la verdad. Él es el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre sino por Él (Juan 14:6). Lo cual conduce a la pregunta:

¿Cuál es nuestra respuesta a la verdad? ¿En qué lado de ella estamos? Precisamente, Jesús dijo: «Todo el que es de la verdad escucha Mi voz» (Juan 18:37).

Sin embargo, ese es el tema acerca de la verdad: contendemos con ella de diversas maneras y bajo diversas circunstancias (como se evidencia por estos tres ejemplos). Cuando Jesús colisiona contra nuestras necesidades más profundas, nuestros prejuicios culturales, motivaciones personales y objeciones orgullosas, el resultado puede ser exasperante y puede hacernos enfurecer. O puede ser vivificante. O cualquier cosa intermedia.

Y este es otro tema acerca de la verdad: puede tomar un minuto entenderla. Zaqueo ya había oído sobre Jesús antes de subirse al árbol para poder ver mejor. Con compasión, Jesús se repetía a menudo e ilustraba los principios del reino una y otra vez; lo cual significa que, si alguien se lo perdía la primera vez, tenía muchas más oportunidades de entender.

Si es que estaba escuchando.

Estamos tan avanzados en nuestro viaje juntos, que muchas de las historias de las que hablaremos le resultarán familiares, y puede que incluso repetitivas; porque muchas de ellas lo son. A medida que lea este libro, podría encontrarse preguntándose: ¿No hicieron ya un devocionario (o tres) sobre este versículo… o persona o milagro o principio o promesa? Tal vez lo hicimos; y eso está bien (como dejan muy claro Jesús mismo y los relatos de los cuatro Evangelios), pues aprendemos mediante la repetición, y la verdad, en algunas ocasiones, toma un minuto entenderla.

Hacia ese fin, le invitamos a que suba al árbol y continúe explorando todos los ángulos desde los cuales podemos ver mejor a Jesús. Pasemos los próximos cuarenta días escuchando con atención a medida que lidiamos con las respuestas dadas por nuestro Mesías, que cumple la Escritura, busca y salva a los perdidos, y da testimonio de la verdad.

Demos la bienvenida a su reprensión.

Arrepintámonos de nuestro modo de actuar torcido.

Entonces, demos testimonio de la Verdad, que siempre está obrando en nuestro interior… y el resultado no será nada menos que entusiasta.

DÍA 1

RECOMPENSA MUY GRANDE

«Cuídense de no practicar su justicia delante

de los hombres para ser vistos por ellos;

de otra manera no tendrán recompensa

de su Padre que está en los cielos».

MATEO 6:1

Jesús advirtió a la gente que estaba en el Sermón del monte que no practicaran su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos. Momentos después, dijo: «Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos» (Mateo 5:16).

La parte de ser vistos no era el problema, porque el reconocimiento no es inherentemente malo. Robarle la gloria a Dios en lugar de brillar para Él es donde la situación se vuelve oscura, y las consecuencias son reales.

Sin embargo, a la mayoría de nosotros nos resulta difícil mantenernos enfocados en las recompensas de Dios, porque no son tan inmediatas y tangibles como nos gustaría que fueran. Por lo tanto, aunque «cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman» (1 Corintios 2:9), tendemos a preferir lo que nosotros podemos imaginar. Y seleccionar. Y editar.

Sabemos lo que a nuestros ojos les gustan ver y lo que a nuestros oídos les gustan oír, de modo que preparamos todo tipo de cosas para aquellos que podrían amarnos. Entonces lo subimos a las redes y esperamos oír las palabras: «Bien hecho, persona estupenda y asombrosa».

No es necesario decir que esa es la recompensa eterna que se pierde, y el motivo por el cual toda persona que tenga una cuenta en redes sociales, o que tenga pulso, debiera prestar atención a la advertencia de Jesús. Con bastante regularidad, necesitamos preguntarnos: ¿para quién me esfuerzo por brillar?

La respuesta de Abraham hizo que se ganara el nombre de «padre de la fe». Él brillaba con fuerza. Incluso después de que Dios prometió hacer de él una gran nación (lo cual catapultó el «ser visto» mucho más lejos de lo que cualquier persona pudiera imaginar), que Abraham practicara la justicia era para glorificar a Dios. No era un hombre perfecto desde cualquier punto de vista, pero sabía para quién se esforzaba por brillar. Cuando se le prometió el heredero que daría comienzo a su estatus de gran nación, Dios dijo: «No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande» (Génesis 15:1).

Comparemos eso con los ladrones de gloria que Jesús aconsejó a quienes escuchaban el Sermón del monte que no debían imitar. «Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará» (Mateo 6:2-4 NVI).

Menos mal que la recompensa de Dios no es la admiración fugaz y sin sentido de los hombres. Es su amor y su poder que se muestran en nuestras vidas, y a través de ellas, para que otros lo vean. Cuando brillamos para Él, nuestro Padre que está en el cielo será siempre nuestro escudo. Su gran recompensa nos llevará hasta la eternidad donde Él ha preparado lo inimaginable. Y finalmente oiremos las palabras: «Bien, siervo bueno y fiel» (Mateo 25:21).

ENFOQUE DE ORACIÓN

Dé gracias a Dios porque nos ama lo suficiente para advertirnos y enseñarnos. Pídale que le revele las formas en que usted le roba la gloria. Alábelo por la recompensa tan grande de su amor y su poder que actúa en su vida y a través de ella.

DE AHORA EN ADELANTE

○¿Le resulta difícil mantenerse enfocado en las recompensas de Dios? ¿Qué cosas inmediatas y tangibles tienden a interponerse en el camino?

○¿Para quién se esfuerza por brillar la mayor parte del tiempo? Por ejemplo, ¿son sus buenas obras para la gloria de Dios o para recibir reconocimiento?

○Describa una ocasión en la que otras personas vieron sus buenas obras y dieron gloria a Dios.

DÍA 2

ESPERAR TODAS LAS COSAS

«Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su

justicia, y todas estas cosas les serán añadidas».

MATEO 6:33 NVI

Si lee el libro de Lamentaciones, que es un libro completo dedicado al aplastante lamento producido por la rebelión de Israel y la consiguiente caída de Jerusalén, observará un cambio al llegar a la mitad del tercer capítulo. Es bastante drástico. Poco después de redactar una prosa trágica, como «me acecha como león [Dios]. Me aparta del camino para despedazarme» (Lamentaciones 3:10-11 NVI), el profeta Jeremías recordaba: «Bueno es el SEÑOR para los que en Él esperan, para el alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR» (vv. 25-26).

Sí, es bueno esperar en Dios; y con frecuencia es extremadamente difícil, como el profeta triste y destrozado testificó. Moisés fue otro profeta que no era ajeno a la espera. En su único salmo hizo un comentario interesante acerca del momento oportuno del Señor. «Porque mil años ante Tus ojos [de Dios] son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche» (Salmos 90:4).

Es dudoso que Moisés pudiera identificarse con eso. Muchos de sus días debieron haber parecido como mil años mientras vagaba por el desierto con un grupo de ingratos idólatras y quejumbrosos. En el mismo salmo, rogó a Dios que acelerara el proceso. «Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo? Y compadécete de Tus siervos. Sácianos por la mañana con Tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días» (vv. 13-14).

Justo en medio de la aflicción, mientras lidiaban con un pueblo ridículamente egoísta, ambos profetas supieron esperar en el Señor. Él era su única esperanza. Aunque los separaban casi mil años, los dos buscaron al Dios que orquesta milenios y días individuales simultáneamente. Y, tal como prometió, Él fue bueno con ellos. A pesar de sus circunstancias desgarradoras, Jeremías y Moisés fueron satisfechos por el constante amor del Señor.

Muchos siglos después, cuando la iglesia primitiva recibía burlas de un grupo diferente de ingratos rebeldes, Pedro les dijo a los creyentes que recordaran a los santos profetas. Citó a Moisés y después alabó la bondad y el tiempo del Señor.

«Pero, amados, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento» (2 Pedro 3:8-9).

Lo cual significa que no somos los únicos que esperan, ni tampoco hemos sido los únicos que buscan. Jesús le dijo a Zaqueo, el recaudador de impuestos arrepentido que había subido a un árbol: «Hoy ha venido la salvación a esta casa… porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:9-10).

Eso es lo que Él ha estado haciendo durante milenios. Jesús es la salvación del Señor a quien Jeremías esperaba. Es el Salvador que busca a los perdidos, es paciente y cumple sus promesas, y que invita a cada persona a buscarlo y experimentar su reino y su justicia. Y, como tenemos tendencia a oír su voz con mayor claridad cuando estamos en medio de un capítulo trágico, es ahí donde en ocasiones se produce el cambio drástico. Y el motivo por el que Dios no acelera el proceso. Él es compasivo de ese modo, porque Él es nuestra única esperanza.

Por lo tanto, incluso cuando nos sentimos despedazados por la tristeza aplastante, o cansados por vagar de un lado a otro con un pueblo ridículamente egoísta (incluidos nosotros mismos), podemos cantar de alegría y estar contentos todos nuestros días. En su momento perfecto, como un día que acaba de pasar o una vigilia en la noche, Él actuará y añadirá todas las cosas por las que hemos estado esperando.

ENFOQUE DE ORACIÓN

Alabe al Dios de compasión por su tiempo perfecto mientras espera que actúe. Pídale que le satisfaga en la mañana con su amor constante mientras usted sigue buscando primero su reino y su justicia. Dé las gracias a Jesús por ser el Salvador que busca a los perdidos, es paciente y cumple sus promesas, y que vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

DE AHORA EN ADELANTE