Don Juan Tenorio - José Zorrilla - E-Book

Don Juan Tenorio E-Book

José Zorrilla

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Beschreibung

En Don Juan TenorioJosé Zorrilla recogió toda la tradición anterior relacionada con el personaje de Don Juan, aderezándola con elementos religiosos y románticos. Consigue hacer de su personaje un arquetipo humano cuyas características difícilmente pueden ser imitables sin caer en la versión o el plagio. Don Juan Tenorio se convierte en referencia de un modelo de hombre enfrentado a la muerte, al amor, a la castidad y a la pasión. La popularidad de su obra hizo ingresar a José Zorrilla en La real academia de la lengua española en 1882. Si bien el personaje de Don Juan tiene numerosos antecedentes literarios, el que aquí se nos presenta, tiene una voluntad de otro orden. Y nos parece que su figura se erige por encima de su propia existencia. Don Juan Tenorio es un joven caballero entregado a una vida desenfrenada de apuestas, amoríos y duelos. La trama comienza con una apuesta entre él y otro joven por ver quién en un año hace más maldad con más fortuna. Esto a su vez desencadena otra apuesto, más descabellada, que consiste en que don Juanconsiga seducir a una joven novicia, doña Inés, y a la prometida de su amigo. Don Juan con gran maestría va consiguiendo todo lo que se propone, pero su alma se va perdiendo más y más. Al final de la obra debe de enfrentarse literalmente a sus fantasmas. Solo el amor que siente por él la joven Inés es capaz de salvarle de perecer eternamente en el infierno.

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Seitenzahl: 120

Veröffentlichungsjahr: 2010

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José Zorrilla

Don Juan Tenorio

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Don Juan Tenorio.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño cubierta: Michel Mallard

ISBN tapa dura: 978-84-1126-429-7.

ISBN rústica: 978-84-96428-22-5.

ISBN ebook: 978-84-9816-917-1.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 9

La vida 9

Personajes 10

Parte I 11

Acto I 11

Escena I 11

Escena II 14

Escena III 17

Escena IV 18

Escena V 19

Escena VI 22

Escena VII 22

Escena VIII 24

Escena IX 26

Escena X 28

Escena XI 29

Escena XII 32

Escena XIII 50

Escena XIV 51

Escena XV 52

Escena XVI 53

Acto II 55

Escena I 55

Escena II 55

Escena III 64

Escena IV 65

Escena V 66

Escena VI 70

Escena VII 71

Escena VIII 74

Escena IX 75

Escena X 81

Escena XI 82

Escena XII 86

Acto III 87

Escena I 87

Escena II 89

Escena III 90

Escena IV 101

Escena V 103

Escena VI 103

Escena VII 104

Escena VIII 104

Escena IX 107

Acto IV 109

Escena I 109

Escena II 113

Escena III 120

Escena IV 125

Escena V 126

Escena VI 126

Escena VII 130

Escena VIII 131

Escena IX 133

Escena X 137

Escena XI 140

Parte II 143

Acto I 143

Escena I 143

Escena II 144

Escena III 156

Escena IV 158

Escena V 161

Escena VI 163

Acto II 171

Escena I 171

Escena II 180

Escena III 184

Escena IV 185

Escena V 185

Acto III 191

Escena I 191

Escena II 193

Escena III 199

Escena última 201

Libros a la carta 203

Brevísima presentación

La vida

José Zorrilla (Valladolid, 1817-Madrid, 1893). España.

Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes. Poco después abandonó los estudios y se fue a Madrid. Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio (1844), la más célebre de sus obras. En 1846 viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra. Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.

En esta obra José Zorrilla recogió toda la tradición aderezándola con elementos religiosos y románticos. Zorrilla consigue hacer de su personaje un arquetipo humano cuyas características difícilmente pueden ser imitables sin caer en la versión o el plagio. Don Juan Tenorio se convierte en referencia de un modelo de hombre enfrentado a la muerte y al amor, a la castidad y a la pasión. La popularidad de su obra hizo ingresar a José Zorrilla en La real academia de la lengua española en 1882.

Personajes

Don Juan Tenorio

Don Luis Mejía

Don Gonzalo de Ulloa (Comendador de Calatrava)

Don Diego Tenorio

Doña Inés de Ulloa

Cristófano Buttarelli

Marcos Ciutti

Brígida

Pascual

El Capitán Centellas

Don Rafael de Avellaneda

Lucía

La Abadesa de las Calatravas de Sevilla

La tornera del convento

Gastón

Miguel

Un Escultor

Dos alguaciles

Un paje

La estatua de Don Gonzalo (él mismo)

La sombra de doña Inés (ella misma)

Parte I

Acto I

Libertinaje y escándalo

Hostería de Cristófano Buttarelli. Puerta en el fondo que da a la calle: mesas, jarros y demás utensilios propios de semejante lugar.

Escena I

Don Juan, con antifaz, sentado a una mesa escribiendo. Buttarelli y Ciutti, a un lado esperando. Al levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del fondo máscaras, estudiantes y pueblo con hachones, músicas, etc.

Don Juan ¡Cuál gritan esos malditos!

Pero ¡mal rayo me parta

si en concluyendo la carta

no pagan caros sus gritos!

(Sigue escribiendo.)

Butarelli (A Ciutti.) Buen carnaval.

Ciutti (A Buttarelli.) Buen agosto

para rellenar la arquilla.

Butarelli ¡Quiá! Corre ahora por Sevilla

poco gusto y mucho mosto.

Ni caen aquí buenos peces,

que son casas mal miradas

por gentes acomodadas,

y atropelladas a veces.

Ciutti Pero hoy...

Butarelli Hoy no entra en la cuenta,

Ciutti: se ha hecho buen trabajo.

Ciutti ¡Chist! Habla un poco más bajo,

que mi señor se impacienta

pronto.

Butarelli ¿A su servicio estás?

Ciutti Ya ha un año.

Butarelli ¿Y qué tal te sale?

Ciutti No hay prior que se me iguale;

tengo cuanto quiero, y más.

Tiempo libre, bolsa llena,

buenas mozas y buen vino.

Butarelli ¡Cuerpo de tal, qué destino!

Ciutti (Señalando a don Juan.)

Y todo ello a costa ajena.

Butarelli Rico, ¿eh?

Ciutti Varea la plata.

Butarelli ¿Franco?

Ciutti Como un estudiante.

Butarelli ¡Y noble!

Ciutti Como un infante.

Butarelli ¡Y bravo!

Ciutti Como un pirata.

Butarelli ¿Español?

Ciutti Creo que sí.

Butarelli ¿Su nombre?

Ciutti Lo ignoro, en suma.

Butarelli ¡Bribón! ¿Y dónde va?

Ciutti Aquí.

Butarelli Largo plumea.

Ciutti Es gran pluma.

Butarelli ¿Y a quién mil diablos escribe

tan cuidadoso y prolijo?

Ciutti A su padre.

Butarelli ¡Vaya un hijo!

Ciutti Para el tiempo en que se vive

es un hombre extraordinario.

Mas ¡silencio!

Don Juan (Cerrando la curta.)

¡Firmo! y plego.

¿Ciutti?

Ciutti Señor.

Don Juan Este pliego

irá dentro del horario

en que reza doña Inés

a sus manos a parar.

Ciutti ¿Hay respuesta que aguardar?

Don Juan Del diablo con guardapiés

que la asiste, de su dueña

que mis intenciones sabe,

recogerás una llave,

una hora y una seña;

y más ligero que el viento

aquí otra vez.

Ciutti Bien está.

(Vase.)

Escena II

Don Juan, Buttarelli

Don Juan Cristófano, vieni quá.

Butarelli Eccellenenza!

Don Juan Senti.

Butarelli Sento.

Ma ho imparato il castigliano,

se è più facile Al signor

la sua lingua...

Don Juan Sí, es mejor

lascia dunque il tuo toscano,

y dime: ¿don Luis Mejía

ha venido hoy?

Butarelli Excelencia,

no está en Sevilla.

Don Juan ¿Su ausencia

dura en verdad todavía?

Butarelli Tal creo.

Don Juan ¿Y noticia alguna

no tienes de él?

Butarelli ¡Ah! Una historia

me viene ahora a la memoria

que os podrá dar...

Don Juan ¿Oportuna

luz sobre el caso?

Butarelli Tal vez.

Don Juan Habla pues.

Butarelli (Hablando consigo mismo.)

No, no me engaño

esta noche cumple el año,

lo había olvidado.

Don Juan ¡Pardiez!

¿Acabarás con tu cuento?

Butarelli Perdonad, señor: estaba

recordando el hecho.

Don Juan ¡Acaba,

vive Dios!, que me impaciento.

Butarelli Pues es el caso, señor,

que el caballero Mejía

por quien preguntáis, dio un día

en la ocurrencia peor

que ocurrírsele podía.

Don Juan Suprime lo al hecho extraño;

que apostaron me es notorio

a quién haría en un año

con más fortuna más daño

Luis Mejía y Juan Tenorio.

Butarelli ¿La historia sabéis?

Don Juan Entera;

por eso te he preguntado

por Mejía.

Butarelli ¡Oh! me pluguiera

que la apuesta se cumpliera,

que pagan bien y al contado.

Don Juan ¿Y no tienes confianza

en que don Luis a esta cita

acuda?

Butarelli ¡Quiá! ni esperanza

el fin del plazo se avanza

y estoy cierto que maldita

la memoria que ninguno

guarda de ello.

Don Juan Basta ya.

Toma.

Butarelli ¡Excelencia!

(Saluda profundamente.)

¿Y de alguno

de ellos sabéis vos?

Don Juan Quizá.

Butarelli ¿Vendrán, pues?

Al menos uno;

mas por si acaso los dos

dirigen aquí sus huellas

el uno del otro en pos,

tus dos mejores botellas

prevénles.

Butarelli Mas...

Don Juan ¡Chito...! Adiós.

Escena III

Buttarelli ¡Santa Madona! De vuelta

Mejía y Tenorio están

sin duda... y recogerán

los dos la palabra suelta.

¡Oh! sí, ese hombre tiene traza

de saberlo a fondo.

(Ruido dentro.)

Pero

qué es esto?

(Se asoma a la puerta.)

¡Anda! ¡El forastero

está riñendo en la plaza!

¡Válgame Dios! ¡Qué bullicio!

Cómo se le arremolina

chusma...! ¡Y cómo la acoquina

él solo...! ¡Puf! ¡Qué estropicio!

¡Cuál corren delante de él!

No hay duda, están en Castilla

los dos, y anda ya Sevilla

toda revuelta. ¡Miguel!

Escena IV

Buttarelli, Miguel

Miguel ¿Che comanda?

Butarelli Presto, qui

servi una tavola, amico

e del Lacryma più antico

porta due buttiglie.

Miguel Si,

signor padron.

Butarelli Micheletto,

apparechia in carità

lo più ricco que si fa,

¡afrettati!

Miguel Gia mi afretto,

signor padrone.

(Vase.)

Escena V

Buttarelli, Don Gonzalo

Don Gonzalo Aquí es.

¿Patrón?

Butarelli ¿Qué se ofrece?

Don Gonzalo Quiero

hablar con el hostelero.

Butarelli Con él habláis; decid, pues.

Don Gonzalo ¿Sois Vos?

Butarelli Sí, mas despachad,

que estoy de priesa.

Don Gonzalo En tal caso

ved si es cabal y de paso

esa dobla y contestad.

Butarelli ¿Oh, excelencia!

Don Gonzalo ¿Conocéis

a don Juan Tenorio

Butarelli Sí.

Don Gonzalo ¿Y es cierto que tiene aquí

hoy una cita?

Butarelli ¡Oh! ¿seréis

vos el otro?

Don Gonzalo ¿Quién?

Butarelli Don Luis.

Don Gonzalo No; Pero estar me interesa

en su entrevista.

Butarelli Esta mesa

les preparo; si os servís

en esotra colocaros,

podréis presenciar la cena

que les daré... ¡Oh! será escena

que espero que ha de admiraros.

Don Gonzalo Lo creo.

Butarelli Son sin disputa

los dos mozos más gentiles

de España.

Don Gonzalo Sí, y los más viles

también.

Butarelli ¡Bah! Se les imputa

cuanto malo se hace hoy día;

mas la malicia lo inventa,

pues nadie paga su cuenta

como Tenorio y Mejía.

Don Gonzalo ¡Ya!

Butarelli Es afán de murmurar,

porque conmigo, señor,

ninguno lo hace mejor,

y bien lo puedo jurar.

Don Gonzalo No es necesario; mas...

Butarelli ¿Qué?

Don Gonzalo Quisiera yo ocultamente

verlos, y sin que la gente

me reconociera.

Butarelli A fe

que eso es muy fácil, señor.

Las fiestas de carnaval

al hombre más principal

permiten, sin deshonor

de su linaje, servirse

de un antifaz, y bajo él,

¿quién sabe hasta descubrirse

de qué carne es el pastel?

Don Gonzalo Mejor fuera en aposento

contiguo...

Butarelli Ninguno cae

aquí.

Don Gonzalo Pues entonces trae

el antifaz.

Buttarelli Al momento.

Escena VI

Don Gonzalo No cabe en mi corazón

que tal hombre pueda haber

y no quiero cometer

con él una sinrazón.

Yo mismo indagar prefiero

la verdad..., mas a ser cierta

la apuesta, primero muerta

que esposa suya la quiero.

No hay en la tierra interés

que si la daña me cuadre;

primero seré buen padre,

buen caballero después.

Enlace es de gran ventaja,

mas no quiero que Tenorio

del velo del desposorio

la recorte una mortaja.

Escena VII

Don Gonzalo Buttarelli, que trae un antifaz.

Butarelli Ya está aquí.

Don Gonzalo Gracias, patrón

tardarán mucho en llegar_

Butarelli Si vienen no han de tardar

cerca de las ocho son.

Don Gonzalo ¿Esa es hora señalada?

Butarelli Cierra el plazo, y es asunto

de perder quien no esté a punto

de la primer campanada.

Don Gonzalo Quiera Dios que sea una chanza,

y no lo que se murmura.

Butarelli No tengo aún por muy segura

de que cumplan, la esperanza;

pero si tanto os importa

lo que ello sea saber,

pues la hora está al caer,

la dilación es ya corta.

Don Gonzalo Cúbrome, pues, y me siento.

(Se sienta en una mesa a la derecha y se pone el antifaz.)

Butarelli (Curioso el viejo me tiene

del misterio con que viene

y no me quedo contento

hasta saber quién es él.)

(Limpia y trajina, mirándole de reojo.)

Don Gonzalo (¡Que un hombre como yo tenga

que esperar aquí y se avenga

con semejante papel!

En fin, me importa el sosiego

de mi casa y la ventura

de una hija sencilla y pura,

y no es para echarlo a juego.)

Escena VIII

Don Gonzalo, Buttarelli; Don Diego, la puerta del fondo.

Don Diego La seña está terminante;

aquí es: bien me han informado;

llego, pues.

Butarelli ¿Otro embozado?

Don Diego ¡Ah de esta casa!

Butarelli Adelante.

Don Diego ¿La hostería del Laurel?

Butarelli En ella estáis, caballero.

Don Diego ¿Está en casa el hostelero?

Butarelli Estáis hablando con él.

Don Diego ¿Sois vos Buttarelli?

Butarelli Yo.

Don Diego ¿Es verdad que hoy tiene aquí

Tenorio una cita?

Butarelli Sí.

Don Diego ¿Y ha acudido a ella?

Butarelli No.

Don Diego ¿Pero acudirá?

Butarelli No sé.

Don Diego ¿Le esperáis vos?

Butarelli Por si acaso

venir le place.

Don Diego En tal caso

yo también le esperaré.

(Se sienta en el lado opuesto a don Gonzalo.)

Butarelli ¿Que os sirva vianda alguna

queréis mientras?

Don Diego No: tomad.

(Dale dinero.)

Butarelli ¡Excelencia!

Don Diego Y excusad

conversación importuna.

Butarelli Perdonad.

Don Diego Vais perdonado

dejadme pues.

Butarelli (¡Jesucristo!

En toda mi vida he visto

hombre más malhumorado.)

Don Diego (¡Que un hombre de mi linaje

descienda a tan ruin mansión!

Pero no hay humillación

a que un padre no se baje

Por un hijo. Quiero ver

por mis ojos la verdad

y el monstruo de liviandad

a quien pude dar el ser.)

(Buttarelli que anda arreglando sus trastos, contempla desde el fondo a don Gonzalo y a don Diego, que permanecerán embozados y en silencio.)

Butarelli ¡Vaya un par de hombres de Piedra!

Para estos sobra mi abasto;

mas, ¡pardiez!, pagan el gasto

que no hacen, y así se medra.

Escena IX

Buttarelli, Don Gonzalo, Don Diego, El capitán

Centellas, dos caballeros, Avellaneda

Avellaneda Vinieron, y os aseguro

que se efectuará la apuesta.

Centellas Entremos, pues. ¡Buttarelli!

Butarelli Señor capitán Centellas,

¿vos por aquí?

Centellas Sí, Cristófano.

¿Cuándo aquí, sin mi presencia,

tuvieron lugar las orgías

que han hecho raya en la época?

Butarelli Como ha tanto tiempo ya

que no os he visto.

Centellas Las guerras

del Emperador, a Túnez

me llevaron; mas mi hacienda

me vuelve a traer a Sevilla;

y, según lo que me cuentan,

llego lo más a propósito

para renovar añejas

amistades. Conque apróntanos

luego unas cuantas botellas,

y en tanto que humedecemos

la garganta, verdadera

relación haznos de un lance

sobre el cual hay controversia.

Butarelli Todo se andará, mas antes

dejadme ir a la bodega.

Varios: Sí, sí.

Escena X

Dichos, menos Buttarelli

Centellas Sentarse, señores,

y que siga Avellaneda

con la historia de don Luis.

Avellaneda No hay ya más que decir de ella

sino que creo imposible

que la de Tenorio sea

más endiablada, y que apuesto

por don Luis.

Centellas Acaso pierdas.

Don Juan Tenorio se sabe

que es la más mala cabeza

del orbe, y no hubo hombre al

que aventajarle pudiera

con solo su inclinación;

conque ¿qué hará si se empeña?

Avellaneda Pues yo sé bien que Mejía

las ha hecho tales, que a ciegas

se puede apostar por él.

Centellas Pues el capitán Centellas

pone por don Juan Tenorio

cuanto tiene.

Avellaneda Pues se acepta

por don Luis, que es muy mi amigo.

Centellas Pues todo en contra se arriesga;

porque no hay como Tenorio

otro hombre sobre la tierra,

y es proverbial su fortuna

y extremadas sus empresas.

Escena XI

Dichos, Buttarelli, con botellas

Butarelli Aquí hay Falerno, Borgoña,

Sorrento.

Centellas De lo que quieras

sirve, Cristófano, y dinos

¿qué hay de cierto en una apuesta

por don Juan Tenorio ha un año

y don Luis Mejía hecha?

Butarelli