Entre clérigos y diablos - José Zorrilla - E-Book

Entre clérigos y diablos E-Book

José Zorrilla

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Beschreibung

Entre clérigos y diablos o El encapuchado es una obra de teatro de José Zorrilla. Transcurre en el Burgos del Siglo XV, con los Reyes Católicos en el trono. En esta pieza, el autor nuevamente muestra una de las señas del romanticismo: la exploración y la nostalgia del pasado nacional.

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Seitenzahl: 105

Veröffentlichungsjahr: 2010

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José Zorrilla

Entre clérigos y diablos

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Entre clérigos y diablos.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN tapa dura: 978-84-9953-497-8.

ISBN rústica: 978-84-9816-280-6.

ISBN ebook: 978-84-9897-893-3.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Personajes 8

Partida en tres jugadas 9

Jugada I 11

Escena I 11

Escena II 22

Escena III 34

Escena IV 34

Escena V 41

Escena VI 41

Escena VII 43

Escena VIII 44

Escena IX 45

Escena X 48

Escena XI 50

Escena XII 51

Escena XIII 62

Escena XIV 64

Escena XV 67

Escena XVI 68

Jugada II 69

Escena I 69

Escena II 69

Escena III 74

Escena IV 75

Escena V 81

Escena VI 90

Escena VII 94

Escena VIII 96

Escena IX 97

Escena X 111

Escena XI 112

Jugada III 115

Escena I 115

Escena II 116

Escena III 120

Escena IV 121

Escena V 128

Escena VI 136

Escena VII 137

Escena VIII 143

Escena IX 145

Escena X 155

Libros a la carta 167

Brevísima presentación

La vida

José Zorrilla (Valladolid, 1817-Madrid, 1893). España.

Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes. Abandonó los estudios y se fue a Madrid. Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio (1844), la más célebre de sus obras. En 1846, viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra. Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.

Personajes

Doña Ana

El Capitán

El Encapuchado

Juan de Colonia

Juan Fernández

Maluenda

Mariposa

Recoveco

Partida en tres jugadas

La acción pasa en Burgos en el siglo XV, a principios del reinado de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel.

Dedicatoria

Al Señor

Don Julián García

Prebendado de la Catedral de Burgos

Al volver a España después de veinte años de ausencia, venía solo a despedirme de mi patria, creyéndome obligado a morir en tierra extraña, por razones que usted conoce y que nada importan a los demás; pero la Providencia ordenó las cosas de modo que hoy espero que me coja la muerte en tierra española y entre los míos, por lo cual doy a Dios infinitas gracias.

Mi primer afán al volver fue abrazar a usted; después visitar los lugares santificados para mí, por haber dejado mi madre en ellos sus huellas. Me detuve un año en esa provincia de Burgos, y entre los recuerdos desenterrados por mi en este tiempo de entre los monumentos y escombros burgaleses, estaba la tradición del prebendado Lope de Rojas.

Apremiado por un empresario de Barcelona y un actor de Madrid, he puesto en acción la leyenda de aquel novelesco personaje, y a usted le dedico esta primera producción de mi casi agotado ingenio, con lo cual vuelvo a entrar en el palenque literario.

Se la dedico a usted como ofrenda de gratitud por los servicios que le debe mi casa y especialmente mi madre, y porque te tengo a usted como padre desde la muerte de los míos.

No se la he dedicado a la ciudad de Burgos, porque la dedico un poema del Cid, que estoy concluyendo, y porque siendo esta obra de tan poco valor, no puedo aspirar a ser más que una ofrenda de familia.

Como verá usted, es una de las más incorrectas é incompletas que han salido de mi pluma.

Es incorrecta, porque había perdido la costumbre de dialogar en veinticinco años que he vivido alejado de los teatros, y porque estando para concluir la temporada cómica, se han estudiado los dos primeros actos mientras acababa el tercero, y no he tenido tiempo de corregir.

Es incompleta, porque consideraciones de actualidad hacen que el tercer acto no sea, ni el verdadero desenlace de la tradición, ni el que yo tenía pensado para final de ella al darla la forma teatral; pero he preferido arriesgarme a perder el poco crédito literario que me queda, con un tercer acto malo, a rozarme con la política, por la cual he sentido siempre y siento hoy más que nunca una profundísima aversión.

Por esta misma causa se ha anunciado esta obra con dos diferentes títulos.

El que lleva, ENTRE CLÉRIGOS Y DIABLOS, PARTIDA EN TRES JUGADAS PUESTA EN ACCIÓN, es el que la convenía si el último acto o jugada fuera el que debía ser; el de EL Encapuchado, LEYENDA EN TRES CAPÍTULOS PUESTA EN ACCIÓN, es el que más legítimamente la pertenece al ponerla en escena como comedia.

Pero el primero les place más o los empresarios para llamar la atención, y yo le he restablecido a sus ruegos, porque no temo que nadie que tenga sentido común y haya leído mis poesías religiosas, pueda atribuirme la más mínima intención política de zaherir a una clase respetable de la sociedad.

De las calumnias vulgares o absurdas no me ocupo nunca; a más de que las reputaciones de nuestro siglo se basan en la calumnia y en el absurdo; si no, ni crecen ni se sostienen.

Esta obra mía no es más que un juguete, ni puede aspirar a más éxito que al de pasar sin ser desairada, ni la he escrito con otra pretensión que la de entretener dos horas al público. Es una tela de no mal ver, mas de trama débil que no puede resistir la inspección del lente de una crítica justa é imparcial; pero es de una estofa que no está tramada con los groseros hilos de esa jerga de aljofifar con que alfombra hoy los tablados de nuestros teatros la desvergüenza del género bufo y cancanesco importado de los lupanares de París.

Recíbala usted, pues, como recuerdo de la gratitud y de la amistad de

José Zorrilla

Barcelona, 19 de marzo de 1870.

Jugada I

Corredor del piso principal de una casa solariega del siglo XIV. A la derecha un cancel que da sobre la escalera, a cuyo pie está la puerta de la calle, la cual se abre desde arriba con un cordón que no se ve. A la izquierda, la puerta que da a los aposentos del prebendado Maluenda y de Juan Fernández. El fondo está formado por una fábrica maciza y un rompimiento, divididos por un grueso pilar o torreoncillo estribero, en que apoya la parte maciza, que es la de la izquierda, y del cual arranca el arco del rompimiento de la derecha. En la parte maciza está la puerta de la habitación de doña Ana. El rompimiento es simplemente un arco con balaustrada o un ajimez practicable. En el pilar o estribo que divide este rompimiento y fábrica maciza, hay un retablo o nicho con un San Miguel con el diablo a los pies, y en la repisa del retablo arde una lámpara encajada, no colgada. Se supone que en el ángulo interior é invisible, formado por los aposentos de doña Ana, que están en la parte maciza y la línea del rompimiento que continúa sosteniendo la escalera hasta la puerta de la calle, hay un huerto o jardinillo, cuyo postigo está en la cerca que, continuando el frontis de la casa, es una de las paredes que forman la calle.

Escena I

Recoveco, que aparece mirando por el arco que da al jardín, dando la espalda al público. Luego Mariposa. Al levantarse el telón, se oye repique de campanas, ruido de panderos, zambombas y tamboriles, algazara y gritos de:»¡Viva don Fernando!, ¡Viva doña Isabel! ¡Muera la Beltraneja y afuera los portugueses!» Una voz canta.

Canto

Burgos es hoy un altar,

y están por santos en él,

debajo la Beltraneja,

y encima doña Isabel;

porque las dos para Burgos

son el diablo y San Miguel:

el diablo, la Beltraneja,

y el ángel, doña Isabel.

(Vivas, gritos, etc., durante los cuales Recoveco, de pechos en la balaustrada, parece ocupado en oír y mirar lo que pasa afuera. A sus pies tiene una linterna encendida. Las campanas cesan, los gritos se alejan, y dice Recoveco poniéndose en escena:)

Recoveco Ya espera él. ¿Si es a maldita

no irá por fin a la iglesia?

(Va de puntillas a mirar por el ojo de la cerradura del aposento de doña Ana, fondo izquierda.)

Tiene luz en la antecámara.

Allí está... Vaya, se apresta

para irse...; está acomodándose

el rebozo en la cabeza.

¡Toma la lámpara...: bueno!

Me desvío de la puerta,

y me hago el desentendido,

no vaya a entrar en sospecha.

(Vuelve a colocarse en el antepecho del rompimiento, como cuando apareció.)

Mariposa (Sale) ¿Qué hará aquí este redomado

de mi San Miguel tan cerca?

¡Hola! ¿Ahí estáis, Recoveco?

¿Qué hacéis aquí?

Recoveco Tengo cuenta

con la casa.

Mariposa Qué, ¿estáis solo?

Recoveco Y solo, y en Nochebuena;

y en un tiempo tan revuelto

es prudente estar alerta.

Mariposa Cumplís vuestra obligación.

Recoveco Debo al que paga obediencia.

Mariposa ¿Y os lo mandó el prebendado?

Recoveco Al irse para la iglesia

con doña Ana y maese Juan

¿No os dijo a vos que allá fuerais?

Mariposa Y allá voy; mas las campanas;

acaban de hacer la seña.

Recoveco Es que cuando ellas acaban

es cuando el oficio empieza.

Mariposa Aun tengo tiempo de dar

aquí una mano. ¡Qué idea

(Desde aquí hasta el fin de la escena, Mariposa arregla su lámpara, recorta la echa con las tijeras que trae en la cintura, etc., sirviéndose para ello de un taburete, volviendo a encender la lámpara en la luz que trae.)

la de ir a misa del gallo

con esta noche!

Recoveco Pudiera

suceder muy bien que no haya

más que vosotros en ella.

Mariposa Pues ¿qué hay?

Recoveco Que se circunvala

el castillo con trincheras

mañana; para lo cual

esta misma noche llega

don Alonso de Aragón

con sus gentes, y se espera

que intenten algún arrojo

los del castillo.

Mariposa ¡Para ésas

deben ya de estar los pobres!

Puede que ya no se tengan

en pie de hambre.

Recoveco Por lo mismo,

para procurarse cena,

puede que el Encapuchado

salga a dar una carrera.

Mariposa ¿También vos creéis en tantos

milagros como le cuelgan

a. ese pobre Encapuchado?

Recoveco ¿Sabéis que anoche, en la puerta

del puente, con unos cuantos

encapuchados que lleva,

sorprendió a esos almogávares

de las corazas? ¡Y que ésa

es gente brava! ¿La habéis

visto?

Mariposa No, por cierto.

Recoveco Vedla

cuando pase a dar la guardia.

es una milicia nueva

que usa nada más coraza,

sin brazales y sin grebas;

que lidia a pie y a caballo,

y que manda por la Reina

un capitán burgalés.

Mariposa ¡Bah! ¿Qué es lo que me interesan

a mí los de las corazas,

ni qué entiendo yo de grebas

ni de brazales?

Recoveco Es cierto.

Vos tirasteis por la iglesia,

y de la gente de tropa

no os curáis. Yo os hablé de ésta,

que es la mejor, porque vieseis

hasta dónde el valor llega

de ese audaz Encapuchado.

Mariposa ¿Cómo es posible que quepa

tanto brío en solo un hombre?

Recoveco Los hay que valen por treinta;

y éste, con nueve que tiene

con él, para sus empresas,

parece que tiene nuevo

demonios que lo protejan.

¡Y hay quien lo cree...

Mariposa Lo que creo

que tiene, son dos muñecas

de hierro, y un corazón

como no hay hoy muchos.

Recoveco Muestras

me vais dando, Mariposa,

de ser algo Beltraneja.

Mariposa Y vos, de tener buen miedo

al Encapuchado, pruebas.

Recoveco ¡Fuera así, y no fuera extraño!

Ya no soy hombre de guerra,

y hoy al servicio de un clérigo

llevo una vida más quieta

y más santa.

Mariposa En cuanto a santa,

que baje Dios y la vea.

Se os sale lo de soldado

por cima de la melena,

y mancháis la nueva vida

con las mañas de la vieja.

Recoveco ¿Con cuáles? Por agradaros

las corregiré.

Mariposa ¡Una es ésa:

no podéis una palabra,

que un chicoleo no sea,

dirigir a las mujeres!

¿De dónde sois?

Recoveco De Azuqueca.

Mariposa Y ¿dónde está eso?

Recoveco En la Alcarria.

Mariposa Mucha miel parece que echan

en la papilla a los chicos

las nodrizas alcarreñas.

Recoveco ¿Por qué?

Mariposa Porque son muy dulces

las palabras que babea

vuestra boca, y están agrias

para vos las burgalesas.

Recoveco Las hay que en el dulce pican

como moscas de colmena.

Mariposa Las que piquen, estarán

picadas; porque las buenas

no comen miel porque temen

que se las piquen las muelas.

Recoveco Las que hagan ascos al dulce

de las mieles alcarreñas,

tendrán hecho el paladar

a escaramujos y a gervas.

Mariposa Con escaramujos y honra

en Burgos nos alimentan

los que, a quien se nos atreve,