Hermanas del ñame - bell hooks - E-Book

Hermanas del ñame E-Book

bell hooks

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Beschreibung

"Hermanas del ñame. Mujeres negras y nuestra recuperación" es una guía para poner sobre la mesa el bienestar y la plenitud de las mujeres negras. bell hooks nos propone pensar en la sanación individual como el primer paso para resistir y enfrentar los sistemas de opresión. Esta primera traducción al español busca tejer vínculos entre las formas de organización de las mujeres negras en Estados Unidos y los espacios creados por mujeres negras y racializadas en el mundo hispanoparlante. Este texto contiene las claves para comprender cómo el sexismo, el racismo, el clasismo y la homofobia merman la salud mental y física de quienes reciben estas violencias. Fenómenos como el abuso de sustancias, el estrés y el trauma sexual son abordados de manera compasiva por la autora, que se basa en el conocimiento tradicional afroestadounidense para invitar a las lectoras a recuperar una relación profunda y respetuosa con sus cuerpos. Aquí se encuentra un mapa para aprender a nombrar nuestros dolores, reconocerlos y sanarlos con ayuda de nuestras hermanas, la familia en la que nacemos y la familia elegida.

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En celebración de la vida y obra de Toni Cade Bambara cuya sabiduría visionaria, espíritu revolucionario y compromiso apasionado con la lucha nos guía y nos sostiene.

«Solo pa’ que estés segura, cariño, y lista para sanar, porque estar completa no es poca cosa. Mucho pesa cuando estás bien».

—Toni Cade Bambara, The Salt Eaters

Índice

Siembra Nota de la traductora

Prólogo coral Ñames en español Sanación a través de la diáspora Un diálogo con Desirée Bela-Lobedde

Entre la soledad y la resistencia Mujeres negras en Chile Un diálogo con Sandy Joseph

Reflejos de luz Prefacio a la edición del 2015

Introducción Sanando la oscuridad

1. La búsqueda de la verdad

2. Lenguas de fuego Cómo validarnos críticamente

3. El trabajo endulza la vida

4. Sentir paz Poner fin al estrés

5. Para distanciarse de las adicciones y crecer

6. Soñándonos profundas y oscuras La belleza negra

7. Vivir y enfrentar la pérdida

8. Conmovidas por la pasión Eros y responsabilidad

9. Vivir para amar

10. Dulce comunión

11. La alegría de la reconciliación

12. En contacto con la tierra

13. Caminando con el espíritu

Una entrevista con bell hooks

Bibliografía

Créditos

Siembra:nota de la traductora

La traducción es una labor creativa inmensa; no solo debemos comprender extensamente las lenguas en cuestión, sino también el contexto cultural, lingüístico, político y racial que influyen en el texto original. Se requiere de una sensibilidad particular para transmitir adecuadamente las intenciones y significados pretendidos por las autoras y autores.

En el caso de bell hooks, celebro que en los últimos años haya un renovado interés en su obra; cada vez se traducen más sus textos y obtienen un mayor reconocimiento en el mundo hispanoparlante. A pesar del hecho de que buena parte de su obra fue publicada antes del año 2000, sus análisis aún resultan pertinentes para criticar los sistemas de opresión que siguen afectando a las mujeres negras en la actualidad. La autora ha sido retomada por movimientos feministas a lo largo de América Latina y España, reiterando la importancia de crear movimientos de liberación sostenibles, en los que no solo podamos sobrevivir, sino florecer. Como mujer afroasiática, me pareció fundamental incorporar perspectivas antirracistas aprendidas de teóricas negras como Djamila Ribeiro, bell hooks, Toni Morrison y Audre Lorde (entre muchas otras) a este proyecto de traducción. Aunque existe una mayor visibilidad acerca de la desigualdad de género en el mundo literario, aún nos falta reconocer plenamente la desigualdad racial en dicho ámbito. Este fenómeno es aún más grave en el contexto de la traducción —hay muy poca representación de traductores de cualquier género que no sean personas blancas, y las proporciones son aún menores cuando hablamos de mujeres que no son blancas—. Este no es el único problema, además, muchas personas blancas que traducen textos que hablan sobre contextos culturales negros, por ejemplo, no se preocupan por aprender al respecto para transmitir los significados correctos —por ende, cometen errores garrafales en la traducción, tergiversado los significados y produciendo textos que son malentendidos por las personas lectoras—. En este sentido, la presente traducción busca contribuir a una amplia tradición de traductoras y traductores en todo el mundo que incorporan una postura antirracista. Varias de las que participamos en la creación de esta edición somos mujeres afrodescendientes; las dos escritoras del prólogo coral, Desirée Bela-Lobedde y Sandy Joseph, son activistas negras que viven en España y Chile respectivamente. Asimismo, Reyna Pelcastre, la ilustradora que creó el arte de la portada es una mujer lesbiana afromexicana. Parte del impulso antirracista de esta edición consiste en un esfuerzo por tejer puentes entre mujeres de la diáspora africana hispanoparlantes, además de ofrecer estas valiosas perspectivas a cualquier persona interesada en la liberación colectiva. Esta edición también contiene una entrevista que hizo Jill Petty, una editora negra, a bell hooks. En este diálogo, la autora reitera que este libro nunca fue planteado como una lectura exclusiva para mujeres negras; está dirigida a cualquiera que busque familiarizarse con las circunstancias de esta comunidad en Estados Unidos. Me gustaría agregar que, a pesar de estar escrito pensando particularmente en mujeres negras estadounidenses, muchas de las tradiciones de sanación y comunalidad a las que hace referencia la autora son similares a las que existen en pueblos indígenas y pueblos negros en todo el mundo. La violencia colonial tiene repercusiones similares en todos los territorios que afectó, por lo que todas las personas que busquen crear futuros distintos tienen algo valioso que aprender de este texto. La escritura de las mujeres negras, así como la participación y pertenencia a comunidades de resistencia, es para todo mundo.

Ahora bien, a partir de mi conocimiento del contexto cultural negro estadounidense, busco acercar ese contexto a cualquier lectora, lectore o lector. Por ello, me gustaría explicar algunas de las decisiones de traducción y de formato que hemos tomado de manera conjunta Luis (el editor) y yo en esta edición de Hermanas del ñame.

Para empezar, esta es la primera traducción al español del texto, treinta años después de su publicación original en Estados Unidos. Por ello, algunas de las ideas o expresiones de bell hooks pueden resultar obsoletas. Por ejemplo, utiliza el término «preferencia sexual» en lugar de «orientación». En lugar de adaptarlo al lenguaje utilizado actualmente, opté por dejar los términos originales para situar al texto en su momento histórico. De esta manera, podremos interactuar de manera crítica y compleja con el texto. Esta edición incluye notas al pie que explican brevemente algunas de las referencias culturales o ponen en contexto histórico las afirmaciones de la autora. Por ello, quiero aclarar que todas las notas al pie de página son de mi autoría, ya que en el texto original la autora optó por no utilizarlas.

Buscamos hacer una traducción que evitara utilizar demasiados regionalismos, para que cualquier lectora, lectore o lector pudiera comprender el texto sin situarlo rígidamente en una región del mundo hispanoparlante. Sin embargo, en algunos fragmentos que son escritos en inglés vernáculo afroestadounidense (conocido popularmente como AAVE), decidimos traducir utilizando algunas expresiones de habla afromexicana del sureste mexicano, para que pudiera permanecer la connotación cultural negra y evitar «neutralizar» (que en muchas circunstancias supone «blanquear») el habla original. Utilicé expresiones afromexicanas porque soy parte de esta comunidad, sin embargo, invito a las personas lectoras a pensar en las propias variantes de las expresiones que utilizarían en sus comunidades particulares. Esta propuesta no pretende ser la traducción definitiva del inglés de las comunidades negras en Estados Unidos, sino una de muchas interpretaciones posibles. Por ejemplo, en un fragmento se utiliza el término «manita», que es una forma cariñosa de decir «hermana» en comunidades negras y mestizas en México.

Este libro hace referencia a un gran número de textos de autoayuda y de ficción; como parte de una perspectiva antirracista, decidimos mantener los títulos originales en inglés cuando no existe traducción al español y ofrecer al pie de página una traducción sencilla del título para quienes no hablen inglés. Por otra parte, cuando los textos sí están traducidos al español, los títulos y los fragmentos citados corresponden a los de dicha traducción. Cuando no tuvimos acceso a las ediciones traducidas, yo traduje los fragmentos. En suma, cuando un fragmento citado no cuenta con una referencia al pie de página significa que la traducción es propia. Las referencias bibliográficas se encuentran al final del texto, para quienes quieran consultar las referencias citadas por la autora. Muchos de los libros citados que fueron escritos por mujeres negras no se han traducido al español; espero que esfuerzos de visibilización como este contribuyan a que las editoriales decidan traducir más libros fundamentales del pensamiento afrofeminista.

Por último, me gustaría hacer una breve interpretación del título; ¿por qué el ñame? En el contexto afroestadounidense, la referencia resulta mucho más clara, por lo que no se encuentra explicada en el texto. Sin embargo, para un público hispanoparlante la relación podría resultar poco conocida. El ñame, cuyo nombre científico es Dioscorea rotundata, es un ingrediente popular en la gastronomía del oeste de África desde hace cientos de años. Sin embargo, con la llegada de los europeos y los procesos masivos de esclavización, este ingrediente adquirió connotaciones complejas y variadas; la comida que había nutrido a generaciones enteras en África ahora se convertía en la comida que debía sostenerles durante la travesía trasatlántica hacia el continente americano. Aunque era una comida preciada por su capacidad de mantener con vida a las personas esclavizadas, los científicos blancos lo despreciaban y afirmaban que era una comida inferior. Por otro lado, para las personas africanas y afrodescendientes, se convirtió en un recordatorio de sus lugares de origen; no solo mantenían las formas tradicionales de cultivarlo, sino que la forma de cocinarlo también se pasaba de generación en generación. El ñame tiene una variedad de significados simbólicos para las comunidades afroestadounidenses; representan la conexión con el continente africano, la voluntad de sobrevivir y resistir a la opresión, pero también el poder de aquello que nutre y regenera. En este sentido, las palabras de bell hooks tienen el mismo poder; no solo nos sostienen, sino que nos nutren, nos recuerdan aquello que nos hermana y nos dan la fuerza para ir en busca de nuestra felicidad.

Jumko Ogata Aguilar

Prólogo coral

Ñames en español:sanación a través de la diáspora

Un diálogo con Desirée Bela-Lobedde*

Jumko: Nuestra intención con este prólogo coral es invitar a mujeres negras de diferentes partes del mundo hispanoparlante a reflexionar sobre este texto. Pensar qué aporta a nuestras experiencias, sobre todo pensando que ya este año se cumplen 30 años desde su publicación. En este sentido quería preguntarte: ¿qué aprendizajes te dejó este libro que crees que aún son vigentes?

Desirée: ¡Uf! Me ha dejado tantos aprendizajes este libro. Cada vez que leo a bell hooks conecto con el amor y con la dicha, que es algo que, como mujeres negras, históricamente se nos ha negado y que incluso nosotras a veces dudamos de que tengamos el derecho a ello.

Estamos siempre tan «en la lucha». Sobre todo cuando vivimos en contextos mayoritariamente blancos con lógicas todavía muy coloniales, estamos siempre alerta, siempre vigilantes porque sabemos que en cualquier momento se puede producir una agresión, un comentario desafortunado, un acto racista. Eso, al final del día, nos agota tanto que no nos deja espacio para siquiera considerar que el gozo, el placer, el disfrute, la alegría son cuestiones que tienen que estar presentes en nuestra vida. Entonces me llevo mucho esto, conectado también mucho con Todo sobre el amor, en el que ella desarrolla también todas estas cuestiones.

Jumko: Muchos libros que hablan sobre el racismo se centran en las experiencias dolorosas, en el trauma. Incluso ella lo dice en el libro: también la ficción escrita por mujeres negras suele centrarse en estas cuestiones hipertraumáticas. Sin embargo, creo que es súper importante que el libro haga un énfasis en esta otra parte de los cuidados, del amor, de la comunidad, y quería preguntarte: ¿cómo infieren este tipo de perspectivas en tu propio trabajo? ¿Cómo aprendes de bell hooks y dices «esto me sirve, esto no me sirve»? ¿Qué aporta esto a tu propio trabajo como activista y educadora?

Desirée: El trabajo de bell hooks me ayuda mucho porque precisamente a raíz de la lectura de Todo sobre el amor y de Hermanas del ñame, soy capaz de intentar relacionarme desde otros espacios, sobre todo con otras hermanas y compañeras negras. Es decir, me ha llevado mucho a definir el amor, los cuidados y el buen trato como parte de mis valores fundamentales y como cuestiones políticas y revolucionarias. Y desde que leo a bell hooks, intento por todos los medios relacionarme con todas las mujeres negras cada vez más desde ahí: construir unas relaciones, unos lazos y unos vínculos que sean más amorosos, en los que no haya lucha, no haya confrontación, no haya desconfianza. Porque siento que este mismo contexto supremacista blanco y patriarcal, en tanto que mujeres, fomenta esa desconfianza y esa competitividad entre nosotras, pero cuando se trata de mujeres negras esto se lleva a otro nivel. En muchos casos nos encontramos siendo la única mujer negra que llega a un espacio determinado, y muchas veces eso nos hace sentir que como ya hay una mujer negra en ese espacio, ya no hay posibilidad de que haya ninguna mujer negra más.

Entonces, bell hooks me ayuda mucho a intentar tender otro tipo de redes, de puentes, a establecer unas relaciones genuinas basadas en los cuidados y en el interés genuino por la otra persona, a construir relaciones más profundas en las que lleguemos a comprendernos, de corazón a corazón. Sé que a lo mejor suena un poco corny o cheesy lo que estoy diciendo, un poco cursi. Pero lo asumo, lo acepto y lo defiendo, porque siento también que cuando hablamos de black joy o de black love, de amor negro, también tenemos que potenciar este amor entre nosotras, estos cuidados entre nosotras, este sostenernos, este acompañarnos, este contenernos. Esto es algo que para mí forma parte de ese amor negro y que cada vez intento cultivar más, ser más consciente, hacerlo más intencional.

Jumko: Desde los activismos en general, pero creo que particularmente en el antirracista, a veces está la idea del activista que da todo por su comunidad, que no ha comido porque está haciendo tal cosa o que duerme poquitas horas para poder estar en todos lados, y eso no es sostenible. No solo no vamos a poder contribuir de manera significativa, sino que incluso estamos contribuyendo a los sistemas que precarizan de por sí nuestra salud, que no nos atienden bien. Y desvelarnos o dejar de comer, o poner nuestro cuerpo al límite, no está sumando a la causa, porque no estamos cuidando a la persona negra más importante en nuestras vidas que somos nosotras mismas, finalmente. Entonces, creo que es muy importante tener la conciencia de decir «para que mi comunidad esté bien, yo tengo que llegar bien a este espacio».

Creo que también hay aquí una contribución por parte de bell hooks para pensar la autoayuda no como algo hiperindividualista en el sentido de «el cambio está en uno mismo» y «échale ganas, tú puedes», que son expresiones muy populares aquí en México para ignorar las cuestiones sistémicas. En cambio, bell hooks utiliza la autoayuda como un medio para cuestionar la parte sistémica. Y quería preguntarte: ¿cómo entiendes esta influencia? ¿Qué cambios podría traer a las vidas de las mujeres negras a nivel diaspórico leer este texto?

Desirée: Este libro nos facilita otra perspectiva sobre la autoayuda. De hecho, yo amo los libros de autoayuda, estoy todo el tiempo leyendo libros de psicología para entenderme mejor, para aprender a relacionarme de otras formas. Entonces cuando leía el libro y bell hooks hablaba de esto, de que ella lee libros de autoayuda, pensaba «¡Qué maravilla!». Porque en esto me siento validada y a veces necesitamos esa validación también.

Entonces, bell hooks nos ayuda a ver que el autocuidado va mucho más allá de una cuestión individualista o egoísta. Implica entender que tenemos que estar bien para cuidar y que, si no estamos bien, entonces lo que damos no es lo mejor que podemos dar. Siempre que hablo o pienso en los cuidados, utilizo mucho la analogía de las instrucciones de seguridad que dan en los aviones: «colócate primero tu máscara de oxígeno y después ayuda a los demás». Si a mí me falta el oxígeno, no voy a estar en condiciones de ayudar a otra persona. Primero tengo que estar bien y, una vez que yo estoy bien y estoy segura, entonces puedo ayudar a los demás. En muchos casos, lo hemos entendido mal, sobre todo cuando pensamos el activismo en estos términos de sacrificio y desgaste máximo. De nuevo, perdemos la conexión con el disfrute y lo hacemos todo desde el fastidio, muchas veces desde el enojo, y eso al final acaba mermando nuestra salud emocional y nuestra salud mental. Es súper importante poder ver todas estas cuestiones desde una perspectiva mucho más positiva, que es lo que plantea bell hooks en este texto.

Jumko: ¡Claro! Sobre todo cuando hacemos las cosas solo desde la ira, la tristeza y la indignación, no obtenemos los mismos resultados que cuando trabajamos desde la alegría o desde el interés por construir y no solo por desmantelar. Además, bell hooks no es la única en decir esto, también tenemos a Audre Lorde diciéndonos «hey, lo erótico también está ahí». La idea de Lorde aparece incluso citada en este libro.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que aunque somos mujeres negras, nuestros contextos tienen algunas cosas similares y algunas cosas distintas. Es decir, el patriarcado y el racismo que nos atraviesan —por poner solo dos ejemplos aunque seguramente hay muchos más— son constantes. Sin embargo, sus expresiones pueden diferir por el tipo de territorio en el que estamos, nuestra cercanía o lejanía a la metrópolis, etc. Entonces desde tu contexto personal como una mujer negra viviendo en España, ¿qué situaciones ves en común con lo narrado por bell hooks? ¿Y dónde ves también las diferencias?

Desirée: Antes de entrar en esa pregunta, déjame hacer un apunte a esto de la presencia de Audre Lorde en el libro. Para mí, la tríada de textos que más cambió mi visión y me acercó a esta perspectiva más constructiva y más placentera, se compone de «Los usos de lo erótico: lo erótico como poder» de Audre Lorde, Todo sobre el amor de bell hooks y Pleasure Activism de adrienne maree brown, que también parte del mismo texto de Audre Lorde. Para mí, estos son como la «santísima trinidad» para seguir trabajando, creando y creciendo desde lo gozoso, desde lo placentero, desde el disfrute.

Volviendo al tema de las diferencias, esto es algo que también explico en mis artículos y en mis textos: racismo es racismo, patriarcado es patriarcado, pero se manifiestan de formas diferentes en función del contexto o del territorio. Al final, bell hooks habla desde su experiencia en los Estados Unidos. Ahí la diferencia principal es que ella desde un momento bastante temprano puede crear un grupo como Hermanas del ñame. Aquí en España nos ha costado muchísimo a las mujeres negras conectar entre nosotras y, especialmente, conectarnos para amarnos.

Como explico en mi libro Ser mujer negra en España, muchas mujeres negras de mi generación (yo nací en el 78), hemos sido la única mujer negra en nuestros espacios. Entonces hemos sentido mucha soledad, hemos sentido mucha incomprensión y no hemos tenido esos espacios de sostén en los que poder comprender que todo eso que sentíamos no era por ser «resentidas», ni «amargadas», ni era producto de nuestra imaginación. En España lo que sucede en muchas ocasiones es que la autoimagen que nos formamos las mujeres negras sobre nosotras mismas está demasiado condicionada por lo que la blanquitud espera de nosotras. Entonces eso hace que tengamos una imagen distorsionada y sesgada de lo que somos, y construimos lo que se espera de nosotras en función de lo que espera una masa, una mayoría, que como decía Audre Lorde, no pensaba que sobreviviéramos.

Yo hasta mis treintas no tuve relaciones genuinas, profundas, amorosas y de cuidados con otras mujeres negras, porque rara vez podía conectar con otras mujeres negras. Afortunadamente, en los tiempos en los que vivimos, con una sociedad conectada, y en ocasiones hiperconectada, se nos ha facilitado mucho a las mujeres negras en el contexto español tejer esas redes que no teníamos, que nos faltaban y que no sabíamos que nos hacían falta. No sabíamos cuánto necesitábamos estar en contacto con otras hermanas negras. Precisamente porque vivimos en contextos —y también depende en qué zonas de España— en los que no nos vemos fácilmente, no nos encontramos, es muy difícil que podamos tener relación física entre nosotras, más allá de los grupos virtuales que creamos. Estos foros como Hermanas del ñame están empezando a crearse ahora, cuando en Estados Unidos ya hay una tradición de muchos años, de décadas, de tener espacios así. Incluso desde el siglo XIX, Ida B. Wells ya creaba estos espacios para las mujeres negras.

Toda esta tradición de mujeres negras reuniéndose la estamos creando ahora; en la generación de nuestras madres era distinto. Cuando yo era pequeña, se hacían guateques o juntes entre la población de Guinea Ecuatorial que vivía en España. Se alquilaba un local, la gente llevaba comida, había música, y la gente se encontraba, pero realmente solo iban quienes vivían en las capitales —en Madrid o en Barcelona— que era donde estaban las comunidades de Guinea Ecuatorial más grandes. Mi madre y yo vivíamos a las afueras. Mi madre no tenía coche. Ir hasta Barcelona en tren era complicado. Además, mi madre trabajaba los fines de semana, que era cuando sucedían estos eventos, con lo cual mi madre y yo estábamos muy aisladas en este sentido. Entonces, yo creo que ahora la generación de mujeres afrodescendientes que tenemos treinta e incluso veinte años intentamos crear estos espacios de conexión porque no los hemos tenido.

Jumko: Y eso también es una contribución valiosa que ofrece Hermanas del ñame. Pensando en la autoayuda, este libro es como una guía que nos enseña paso por paso cómo organizar nuestras propias comunidades, cómo articularnos para sanar las cuestiones emocionales y las heridas que ocurren en nuestra familia de origen, para después extrapolar esa sanación y esa capacidad de crear cosas nuevas y llevarlas a un nivel sistémico, influenciando así las instituciones.

Pensando en toda la parte más optimista, a pesar de que nos han faltado históricamente muchas cosas, de que no nos hemos podido articular de manera política o emocional por las mismas barreras sistémicas, quería preguntarte: ¿para ti qué significa la comunidad? ¿Has podido encontrar a estos grupos de mujeres negras? ¿Para ti qué representa el amor entre las mujeres negras en tu vida ahora?

Desirée: Sí, he encontrado comunidad, pero siento que esa comunidad, más que un espacio como puede ser Hermanas del ñame, un grupo físico en el que reunirnos, es diferente. La comunidad que creamos, por lo menos en España, consiste en saber que estamos ahí las unas para los otras si necesitamos algo. Yo siento que estamos tejiendo comunidad desde ahí. Tengo un grupo de mujeres negras con las que soy mucho más cercana, con las que me veo más a menudo, y con las que me comparto a nivel muy íntimo. Les pido consejo y les doy consejo. En momentos en los que lo necesito, yo sé que si le pido algo a una hermana, ella va a hacer lo posible por ayudarme. De igual manera, si una hermana necesita algo de mí, va a venir y me lo va a pedir, y si está en mi mano, no voy a dudar en ningún momento en ayudarla como me sea posible.

Entonces, creo que justamente las mujeres negras en España estamos redescubriendo y conectando con ese amor entre nosotras, estamos dándonos cuenta de que es necesario para nuestra existencia. Diría «supervivencia», pero no quiero hablar en esos términos. Es necesario para nuestra vida estar conectadas desde esos lugares de colaboración, de sinergia y de tejer redes, más que desde la competencia y desde la rivalidad, porque eso, al final, destruye. Y desde esa destrucción no creamos. Yo soy mucho más creativa desde el amor, desde los cuidados, desde el cariño, desde la alegría, y creo que la mayoría también lo es.

Ahora estamos construyendo desde ahí, desde esas dinámicas de apoyo. Por ejemplo, ayer me escribía una hermana a la que tengo mucho aprecio, no nos vemos muy a menudo, pero sabemos que estamos. Este es el tipo de comunidad que yo estoy construyendo, con un grupo de mujeres que por una cuestión de localización, a lo mejor no nos vemos tan a menudo como quisiéramos. Luego nos vemos en obras de teatro, presentaciones de libros, en manifestaciones, etcétera. O, de vez en cuando, quedamos unas cuantas, para comer o para tomar algo. Sabemos que estamos ahí y que nos tenemos, que en el momento en el que una necesite algo puede recurrir a las demás, y vamos a estar con ella y la vamos a sostener. Esa es la modalidad de comunidad que estamos construyendo, al menos aquí en España.

Jumko: También ahorita mencionaste otra parte en la que creo que valdría la pena profundizar un poco, y es que bell hooks se centra mucho en los espacios físicos, en el hecho de que hay que reunirnos, que hay que vernos, y sí, eso es importante. Al mismo tiempo, todavía nos encontramos técnicamente en un pandemia, aunque no tenga la misma magnitud que cuando comenzó en 2020. Eso nos obligó a muchas personas a mudarnos a espacios virtuales, porque era físicamente imposible vernos cara a cara. También, mucho de tu trabajo se comparte en las redes sociales, en la virtualidad. Yo te conocí por la virtualidad, y aprecio mucho que las redes me hayan llevado hasta tu trabajo y en ese sentido quería preguntarte: ¿cómo adaptar las propuestas y las ideas de bell hooks a esta era tan digital? ¿Cómo ves que estas ideas puedan incidir en nuestra manera de relacionarnos en los espacios virtuales?

Desirée: Yo creo que la base está ahí. Lo único que cambia es el contexto, que se convierte en un espacio virtual que, incluso, permite que ahora tú y yo estemos conectadas a través de una plataforma: tú desde un territorio, yo desde otro. Con lo cual, la virtualidad nos ayuda incluso a agrandar o extender esas redes más allá de lo físico. Eso es lo bonito: teniendo los fundamentos y teniendo presente toda la teoría de bell hooks, qué bueno es que podamos tender estos puentes y no limitarnos tanto a la físico. O tener lo físico, pero también tener espacios virtuales con mujeres negras de otros territorios y así crear estas colaboraciones, estas sinergias que hacen que podamos aprender mutuamente de las experiencias contextuales. Hacen posible que tú puedas explicarme cómo es tu experiencia como mujer afrodescendiente en México, que yo pueda explicarte cuál es mi vivencia como descendiente de la diáspora africana en España, y que a partir de ahí podamos tejer, crear y comprendernos, aprendiendo las unas de las otras e intercambiando también. Intercambiamos, así, conocimiento, recursos, consejos, estrategias, etcétera. Entonces yo creo que la base nos sirve igual, lo único es que, ahora, gracias a estos espacios virtuales, podemos extender todos esos lazos y esa hermandad mucho más allá. Y me parece que eso es maravilloso, porque cuanto más nos conozcamos y cuantas más nos conozcamos, mayores redes podremos tejer y más fuerza tendremos. Podemos crear también estos espacios de gozo y de alegría, mucho más allá.

Jumko: Por último, para ir cerrando esta conversación tan rica que hemos podido tener, quería preguntarte si hay algo que no hayamos mencionado, en lo que te gustaría hacer hincapié. Quizás alguna parte del texto que te haya llamado o que te haya conmovido en particular, o cualquier parte de esta obra que te gustaría volver a mencionar.

Desirée: Me ha gustado especialmente el cuarto capítulo, que profundiza sobre la paz y el estrés. En nuestras sociedades, simplemente por el ritmo con el que vivimos la mayoría, el estrés se ha convertido en algo que está ahí presente todo el tiempo, complicándonos muchísimo la vida y poniendo en riesgo nuestra salud. Yo soy una persona muy espiritual y siento que bell hooks también lo era. Soy budista y mi práctica budista me ayuda mucho a mantener el estrés a raya. Tengo mis espacios de meditación, de silencio, para conectar con algo que me ancla y que me da tranquilidad. Esto es algo que las mujeres negras necesitamos. Sé que hay muchas mujeres negras que no creen en la religión católica en sí, porque al final no deja de ser una imposición colonial. Pero siento que para librarnos del estrés necesitamos conectar con algún tipo de práctica espiritual que nos permita mantener la paz y la calma. Puede ser la autoayuda, puede ser el mindfulness, o puede ser alguna práctica ancestral de nuestros territorios de origen. Las mujeres negras necesitamos estas herramientas para lidiar con el estrés, más allá de la terapia. La terapia psicológica está genial, pero por lo menos en España todavía no hay profesionales de la salud mental que entiendan cómo el racismo y cómo la racialización son para nosotras una fuente de estrés. Con lo cual, muchas veces te ves yendo a terapia y teniendo que educar a la persona que te hace ese acompañamiento, cuando no directamente te hace luz de gas y te dice «bueno, esto que te pasa, no es así». Precisamente por eso las mujeres negras necesitamos conectar con otras formas de gestionar el estrés y, a lo mejor, ahí en la espiritualidad, o en la conexión ancestral con nuestros territorios, con nuestras ancestras, podemos encontrar un poco de paz.

Jumko: Muchas gracias, Desirée. Además, esta es la manera ideal de cerrar la conversación: hablando de cómo mantener nuestra paz y del autocuidado, pero no del autocuidado vacío de «ponte una mascarilla de barro y relájate». Más bien, pensando de manera profunda y sanadora cómo podemos cuidar de nuestras mentes y de nuestros cuerpos, para enfrentarnos cotidianamente a todas las problemáticas a las que nos tenemos que enfrentar. Pensando que también esta es una conversación entre distintos territorios y entre diversas generaciones —bell hooks, Sandy, tú y yo—, podemos encontrar todos estos puntos en común para organizarnos, a pesar de nuestras diferencias, recordando que nuestro lugar de enunciación o nuestro espacio como mujeres negras es eso que nos vincula finalmente. Muchas gracias.

Desirée: Exacto. Muchas gracias a ti, Jumko. Ha sido una maravilla conocerte, compartir este ratito contigo y charlar. Me quedo muy contenta, así que muchísimas gracias.

* Desirée Bela-Lobedde (Barcelona, 1978) es escritora, conferenciante y creadora de contenido online. Se dedica a la divulgación de la educación antirracista desde una perspectiva afrocentrada. Columnista en publico.es, donde escribe artículos relacionados con el antirracismo. También participa en eventos, mesas redondas y debates relacionados con estas temáticas. Es colaboradora en el programa radiofónico «Vostè primer», en RAC1, conducido por Marc Giró. Autora de los libros Ser mujer negra en España (Plan B, 2018), Minorías. Historias de desigualdad y valentía (Plan B, 2021), Color carne (Penguin Kids, 2022) y Ponte a punto para el antirracismo (Plan B, 2023). Coautora de los libros Metamba Miago. Relatos y saberes de mujeres afroespañolas (United Minds, 2019), Pecadoras capitales (Random Comics, 2020) y Neorrancios (Península, 2022). Ha prologado Por qué no hablo con blancos sobre racismo de Reni Eddo-Lodge, la edición en catalán de Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie y Hermana otra. Sister Outsider de Audre Lorde. También ofrece formación antirracista presencial y en línea para particulares, empresas e instituciones.

Entre la soledad y la resistencia: mujeres negras en Chile

Un diálogo con Sandy Joseph*

Jumko: 30 años después de su primera publicación, ¿qué aprendizajes de este texto crees que se mantienen vigentes?

Sandy: Confieso que de haber sabido de lo que trataba este libro no habría aceptado colaborar en la elaboración de este prólogo, ya que trata temas que estoy viviendo —sobreviviendo en estos momentos—. Cada página me rompió en pedazos, a 30 años de su publicación, ser una mujer negra en una sociedad supremacista blanca sigue siendo igual de difícil. En mi caso, como migrante no tengo un lugar aquí al que pueda llamar hogar, y siempre seré leída como migrante. Socialmente, esta condición es sinónimo de explotación laboral y marginación social. Considero que la mayoría de las enseñanzas del libro se mantienen vigentes, pues las mujeres negras aún no hemos encontrado la forma de vivir en paz, de tener la fuerza para salir de hogares abusivos y dejar de ser codependientes de los hombres de nuestras vidas. Hoy, más que nunca, debemos promover la lectura de este tipo de libros de autoayuda para mujeres negras, porque seguimos viviendo las mismas situaciones descritas en este texto.

Jumko: Desde tu contexto como mujer negra en Chile, ¿qué situaciones ves en común con lo narrado por bell hooks?

Sandy: Sin tratar de invisibilizar la lucha del pueblo tribal afrochileno, es importante entender que la mayoría de las mujeres negras en Chile somos migrantes y que nuestra realidad atraviesa barreras idiomáticas, como en el caso de las mujeres haitianas que lideramos el número de las mujeres negras que habitamos este territorio. Además del hecho que nos enfrentamos a obstáculos particulares como son la regularización migratoria y los choques culturales que han contribuido a la separación de menores de edad de sus madres haitianas por el racismo estatal.

La soledad que experimentamos las mujeres negras en Chile en nuestra lucha por una sociedad antirracista en un país mestizo que no reconoce su pasado indígena, que se aferra fervientemente al legado español, así como a la creencia de que en «Chile no hay negros, se murieron por el frío durante las guerras de independencia», es violenta, angustiante y en muchos casos ha provocado la salida de varias de nosotras de las esferas del activismo para priorizar nuestro propio bienestar. Ya que los hombres negros se convierten en nuestros opresores (al igual que las personas blancas), es necesario crear espacios de encuentro entre mujeres negras para combatir la soledad y el sentimiento de no pertenencia a este territorio, para amarnos y entendernos como merecedoras de amor y respeto y entender que no estamos solas.

Sin conocer la historia de los grupos de apoyo Hermanas del ñame, desde el año pasado empecé a crear encuentros para mujeres afrolatinas en Chile (excluyendo por primera vez a los hombres negros). Durante y posterior al primer encuentro, varias asistentes me contaron que se encontraban en momentos personales tan duros que tener una tarde de autocuidado, amor y validación con otras mujeres negras les ayudó de una forma inmensurable. Una de ellas estaba de cumpleaños y nos decía que nunca había celebrado su cumpleaños en Chile, que ella era la encargada de organizar las fiestas de sus seres queridos pero que aún no vivía la experiencia y que ese encuentro para ella fue como una celebración de cumpleaños, por lo que entre todas le cantamos «feliz cumpleaños» y las lágrimas no se hicieron de extrañar.

Después de las infancias en general, las mujeres haitianas en Chile son el grupo más vulnerable, empobrecido y desprotegido en este país, sufren violencia patriarcal sistemática por parte del estado chileno a través del servicio nacional de migraciones, pero también sufren violencia intrafamiliar por parte de sus cónyuges haitianos, violencia psicológica y física. Este es un tema del que no se habla, se mantiene oculto, ninguna mujer haitiana feminista se atrevería a decirlo en público porque pondría en su contra a toda una comunidad con criterios y métodos muy machistas.

Lamentablemente, las matriarcas negras en Chile son en su mayoría mujeres migrantes que se ven obligadas a trabajar para sostenerse y mantener a sus hijos y familiares en sus países de origen. Trabajan mientras lloran y piensan en los nietos que no pueden ver crecer, en la familia que no pueden abrazar, en las deudas que tienen que pagar. Personalmente amé con locura el tercer capítulo del libro, pero no pude evitar ver los privilegios que tiene la autora en comparación con la realidad de la mujer negra en Chile. Sé que hay mujeres que viven la realidad descrita por ella pero son una minoría tan pequeña que usarlas como referencia me parece un insulto para mi mamá y todas las madres negras que conozco y sé lo mucho que se esfuerzan para sacar adelante a sus hijos en muchos casos sin comprender completamente el idioma español y sin apoyo de sus maridos.

En el caso de mi madre, uno de sus gastos mensuales más importantes es el pago del internet móvil, para poder comunicarse con sus hijas en República Dominicana y su padre, sus hermanas y familiares en Haití. Al igual que ella, me atrevo a asegurar que prácticamente todas las mujeres migrantes, haitianas y negras en Chile tienen esta misma preocupación. Es doloroso tener que migrar para poder subsistir. Así de violenta y dura es la migración forzosa, en la que no puedes volver a tu lugar de origen por más que extrañes a tu familia, porque es mejor extrañarnos que morirse todos de hambre. Me encantaría que ninguna mujer negra tuviera que migrar por necesidad de su lugar de origen, que se apoderen del deseo del buen vivir y se armen colectivamente en busca de ese derecho, pero es muy complejo, no podemos decirle a una mujer haitiana que se quede a luchar en un país como Haití donde los derechos de las mujeres cada día existen menos.

Respecto a la maternidad, me duele escribir esto, pero he visto muchas veces a madres negras maltratando a sus hijos en público, tal como describe la autora. En la cultura haitiana, por ejemplo, se entiende que solo a través del maltrato físico los hijos aprenden a respetar y se convierten en personas de bien para la sociedad. Esta ha sido la razón por la que el Estado chileno ha separado decenas de hijos de sus familias haitianas, porque no hay una comprensión del legado de la esclavitud en nuestros comportamientos hasta hoy. Frente a tantas exigencias, las jóvenes haitianas desarrollamos la habilidad de mentirles a nuestras madres. Para sentirnos menos culpables por tener deseos y sueños propios ajenos a lo que ellas esperan de nosotras, acabamos de alguna manera haciendo lo quieren, como ir semanalmente a la iglesia.

El racismo, la marginación territorial y la segregación que se viene generando en Chile han provocado que las niñas negras crezcan sin sueños. En este contexto, en diciembre del año pasado visité un colegio en Quilicura, una comuna periférica al norte de la capital de Chile, para conocer a un grupo de niñas y adolescentes haitianas que necesitaban tener referentes para saber que pueden lograr sus sueños. Ir a ese colegio fue uno de los dolores más grandes que he sentido en la vida, confirmé que efectivamente las niñas negras en Chile no sienten que podrán lograr sus sueños porque el entorno en el que están creciendo les recalca que sus sueños son demasiados grandes para ellas. Una de las niñas me contó que no creía que pudiera ser algo más que una «limpiadora de inodoros» porque eso era a lo que se dedicaba su mamá, sus tías, las amigas de su mamá y las mamás de sus amigas. No creo que haya nada malo en trabajar como aseadora, porque lo he hecho y mi madre también, pero estoy segura de que las niñas negras tienen que saber los cientos de posibilidades que tienen para desarrollarse y trabajar en el futuro.

En Chile, a pesar de la gran presencia de personas negras que habitamos este territorio, aún no hay representación negra en la TV. En las teleseries que han incluido a mujeres negras, estas representan estereotipos sexistas y racistas de la mujer negra que en lugar de aportar terminan afectando aún más la percepción social de nosotras.

Muchas mujeres negras han sido perseguidas y avergonzadas en la calle y transporte público por ir vestidas con elementos ancestrales como el turbante o estilos protectores típicos de Haití muy distintos a las trenzas africanas. Dejar de utilizar elementos ancestrales para no destacar e incomodar a la blanquitud también es una forma de engañarnos a nosotras mismas y perder nuestra identidad. Es una manera de ser despojadas de nuestra identidad para que nuestros jefes blancos no se sientan incómodos por nuestro turbante, o para que nuestras compañeras de trabajo blancas no quieran pasarse todo el día tocando nuestras trenzas o, peor aún, nuestros pelos naturales afros.

La autora habla sobre el refugio que suponían las comunidades negras apartadas. En Chile en los últimos años, debido a la falta de oportunidades laborales y lo insostenible que se ha convertido pagar un arriendo trabajando informalmente, las comunidades migrantes y negras se han ido de las ciudades y han construido sus casas en lugares llamados «campamentos», casas improvisadas, sin alcantarillado ni agua potable. He tenido el agrado de visitar y dormir en estos lugares y realmente se siente como estar fuera de Chile. Cada vez que visito uno de estos lugares siento que viajo al Caribe. Son guetos, lugares de resistencia en donde la solidaridad y el apoyo vecinal es clave para garantizar la supervivencia de todos los habitantes.

El estereotipo de la mujer negra fuerte está muy presente en el activismo negro en Chile. La sociedad, las instituciones y la comunidad esperan que siempre estemos presentes y disponibles para denunciar, apoyar y generar instancias de contención para las personas negras que lo necesitan, pero ¿quién cuida al que cuida? Como el acceso a la salud mental es costoso, muchas activistas y mujeres negras no piden ayuda hasta que ya no pueden controlarse. Hace unos años iba a empezar terapia, contacté con una terapeuta negra y al final no pude entrar a la sesión: no podía mostrarme vulnerable frente a una desconocida.

Las mujeres negras mantienen la espiritualidad religiosa y la interpretación de sueños, llevo toda la vida escuchando a las mayoras hablar sobre el significado de los sueños. Aunque han optado por seguir la religión blanca y rechazar la espiritualidad africana, su conexión con los saberes ancestrales sigue presente, porque como dicen «lo que se hereda no se hurta».

Antes de esta lectura desconocía el concepto de «recuperación» de la mujer negra y todo el trabajo que significaba lograrlo. Implica mirarnos desde otro lado, no vernos como víctimas ni dejar que el racismo permee nuestra existencia. Debe ser glorioso poder vernos como merecedoras de lo bueno, y hacer todo lo necesario para garantizarnos una vida plena y feliz. Hermanas del ñame me dolerá por un tiempo y luego espero encontrar las fuerzas para seguir los consejos de bell, porque realmente merezco cortar con los traumas transgeneracionales en mi familia.

Las mujeres negras en Chile tenemos una larga lucha aún por el reconocimiento de nuestros derechos y por el de las futuras generaciones. Y para tanta lucha, hoy más que nunca creo fervientemente que es necesario contar con espacios para hablar del dolor, la soledad y el cansancio que sufrimos y generar data de ello, porque el mundo no puede seguir ignorando nuestras necesidades. Leer este libro se sintió como leer un pasaje bíblico de esos que hablan sobre lo hermoso que es el cielo, porque realmente quiero ver a mis hermanas viviendo sin estrés algún día. Se siente tan utópico y a la vez alcanzable un futuro así en el que el trabajo endulce nuestras vidas.

Jumko: Mencionaste un poco al respecto cuando hablabas de las comunidades periféricas en las que solo habitan personas migrantes y negras, pero me gustaría saber si sería posible que nos contaras un poco más sobre las cosas que te hacen feliz y que te dan fuerza en medio de tu lucha y esfuerzos antirracistas. ¿Nos podrías compartir cuáles o cómo son algunos espacios de alegría y gozo para ti?

Sandy: Mis espacios de alegría nacen cuando comparto tiempo con mi mamá, ya sea cocinando o mercando en la feria —comprando frutas y verduras—. Ella tiene dos trabajos en turnos nocturnos, así que duerme en casa una vez a la semana, y yo trabajo y estudio durante el día, entonces atesoro los días en los que podemos salir a compartir tiempo valioso y de calidad. El domingo pasado preparamos maíz asado por primera vez en el tiempo que ambas llevamos aquí y fue un momento ritual donde ella recordaba su época como vendedora ambulante de maíz asado en República Dominicana y yo recordaba lo mucho que amaba comerlos de niña.

Otros momentos de alegría que me hacen sentirme feliz, son los encuentros con mis amistades negras; me reconfortan, me apoyan, me aprecian y me hacen sentir acompañada. Hace poco celebré mi cumpleaños 23, estuve rodeada de algunas de las personas que han acompañado mi camino en Chile y me sentí muy amada. Además, asistir a encuentros afro en Chile me reconforta al encontrarme con personas de la comunidad a las que no veo con frecuencia. Gracias a esas instancias (gestionadas por y para nosotres) podemos reencontrarnos y reconfortarnos.

Explorar nuevos lugares en Chile, descubrir rincones desconocidos dentro del país, me proporciona una gran satisfacción y alegría. También vivo momentos de alegría, cuando hablo con mis sobrinos y sobrinas que viven en Dominicana. Mi sobrina mayor está a punto de cumplir 15 años y soy la tía chocha que desde la distancia está apoyando para que se haga las fotos que siempre ha querido y tenga un día de ensueño. Mi sobrina menor es capitana del grupo de marcha escolar del centro educativo en el que estudia. El 27 de febrero, con motivo de la independencia de ese país, participó en el desfile y ver sus fotos y videos liderando a casi 20 niñas, niños y adolescentes me llenó de orgullo, alegría y satisfacción.

* Sandy Joseph (2001) es abogada en formación, gestora cultural, activista, dirigente estudiantil, ceramista y escritora. Nació apátrida en la República Dominicana, donde residió hasta los 15 años, cuando emigró a Chile para reunirse con su madre. Actualmente es orgullosamente haitiana, habiendo obtenido la nacionalidad por ascendencia materna. Fundó la Red de Mujeres Haitianas en Chile y en el año 2021 presentó un informe ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), donde denunció la muerte por negligencia médica de varias mujeres haitianas en Chile. En 2022, organizó la primera Feria Cultural Haitiana en Chile, evento conmemorativo de la independencia de Haití. En 2023, en el marco del Día de la Mujer Afrolatina y Afrocaribeña, formó parte del reportaje de ONU Mujeres titulado «Mujeres en Espacios de Poder. Edición Especial de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora». Recientemente, participó en la exposición artística «Arte Haitiano en Chile» en el Centro de Extensión Palacio Pereira, donde rindió homenaje, a través del arte cerámico, a las mujeres víctimas del racismo del sistema de salud. Ha sido invitada a varias universidades de Chile para hablar sobre educación intercultural. Actualmente, sueña con un mundo donde las mujeres y niñas negras puedan vivir libres de toda opresión.