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La calentura es un drama en un acto, de José Zorrilla, continuación de El puñal del godo. En La calentura Theudia comenta con Romano la vuelta del rey Rodrigo. Despreciado por don Pelayo, el rey se encuentra con su antigua amada Florinda, quien lo visita poseída por la locura. Al final de la obra Florinda muere, Rodrigo huye a las montañas y se continúa así la mitificación del rey derrotado por los árabes en Guadalete.
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Seitenzahl: 34
Veröffentlichungsjahr: 2010
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José Zorrilla
La calentura
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: La calentura.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: info@linkgua.com
Diseño de la colección: Michel Mallard.
ISBN rústica ilustrada: 978-84-9007-343-8.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-716-8.
ISBN ebook: 978-84-9897-894-0.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
El mito del rey Rodrigo 7
La calentura 9
Personajes 10
Acto único 11
Al Señor Don Leopoldo Augusto de Cueto, encargado de negocios por S. M. C. en Dinamarca 11
Escena I 11
Escena II 13
Escena III 23
Escena IV 32
Escena V 42
Escena VI 43
Escena VII 55
Libros a la carta 57
José Zorrilla (Valladolid, 1817-Madrid, 1893). España.
Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes. Poco después abandonó los estudios y se fue a Madrid. Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio (1844), la más célebre de sus obras. En 1846, viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra. Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.
Drama en un acto, continuación de El puñal del godo. En esta obra Theudia comenta con Romano la vuelta del rey Rodrigo.
Despreciado por don Pelayo, el rey se encuentra con su antigua amada Florinda, quien lo visita poseída por la locura.
Al final de la obra Florinda muere, Rodrigo huye a las montañas y se continúa así la mitificación del rey derrotado por los árabes en Guadalete.
Don Rodrigo
El Monje Romano
Florinda
Theudia
Querido Leopoldo: Te dedico esta obrilla, cuyo manuscrito te envío, para que lleves a Dinamarca un recuerdo de nuestra última entrevista. Al hojearle en Copenhague, acuérdate de tu mejor amigo.
José Zorrilla
Madrid, 3 de octubre de 1847
Cabaña del monje, Romano.
Romano, solo.
Romano Señor, Tú, que al más mezquino
gusano infundes aliento
para que pueda contento
cumplir su vital destino;
Tú, cuyo soplo divino
a cuanto crece y respira
fe en tu omnipotencia inspira,
no dejes que solo el hombre
tu poder tenga y tu nombre
por una inútil mentira.
Fue rey, y se ve sin trono;
noble, y se ve sin honor;
soldado, y perdió el valor.
¿Qué le resta en su abandono?
Doquier cree tu eterno encono
ver; nadie en su mal le abona;
todo el mundo le abandona;
vuelve ¡oh Dios! al que olvidado
se ve rey, noble y soldado,
sin valor, honra y corona.
Jesús, hijo de María,
Redentor del universo,
por el justo y el perverso
expiraste el mismo día.
Duélete de su agonía,
por la que en la cruz sufriste,
y que no imagine el triste
que si por todos bajaste,
al desdichado olvidaste
y al pecador redimiste.
Mas ya es de noche; el nublado
espesa; brilla la llama
del relámpago; el mar brama
a lo lejos irritado.
¡Infeliz! Él, descarriado,
ni aun verá los elementos
turbarse, y a pasos lentos
cruzando el monte sin tino,
lo arrastrará el torbellino
de sus tristes pensamientos.
En fin, Dios cuidará de él.
Nada se puede esperar
de tan intenso pesar
ni de infortunio tan cruel.
Henchido tiene de hiel
su corazón, y enemigo
siempre invencible, consigo
le lleva siempre. (Escuchando) Ya creo
que sube.. Pero, ¡qué veo!
(Entra Theudia embozado)
¿Quién es?
Theudia (Mostrándose)
Un antiguo amigo.
Romano y Theudia
Romano ¡Theudia!
Theudia Yo soy, buen anciano.
Romano ¡Qué os vuelvo a ver!
Theudia ¡Ay de mí!
Por imposible lo di,
mas Dios me dio su mano.
Romano
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