Psicología para creativos - Frank Berzbach - E-Book

Psicología para creativos E-Book

Frank Berzbach

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Beschreibung

Cumplir con los plazos de un proyecto, estar a la altura de las expectativas del cliente, trabajar en casa de forma disciplinada, trabajar por cuenta ajena sin perder la motivación, lograr jornadas laborales que no se extiendan hasta altas horas de la madrugada, priorizar y ordenar acertadamente el trabajo pendiente... ¿Eres diseñador, ilustrador o creativo y te has enfrentado alguna vez a cualquiera de estas situaciones? Los psicólogos definen la creatividad como ?la producción de ideas novedosas y adecuadas en cualquier ámbito de la actividad humana?, pero la creatividad también es un oficio y, como tal, acarrea una serie de condiciones y situaciones laborales que no siempre son fáciles de llevar. En este libro, Frank Berzbach analiza con humor y lucidez los factores que condicionan el rendimiento y la capacidad creativa del profesional del diseño, y proporciona una serie de reflexiones y consejos prácticos para desenvolverse en el día a día laboral del estudio, la agencia o el aislamiento sin que decaigan los ánimos. Desde los ilustradores que trabajan solos en su casa hasta los directores de arte publicitarios que tienen a su cargo un gran equipo multidisciplinar, cualquier perfil de creativo encontrará en estas páginas un iluminador retrato del mundo laboral y una guía práctica para adquirir buenos hábitos de trabajo y no bloquearse a lo largo de la trayectoria profesional.

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Título original Kreativität aushalten. Psychologie für Designer

Publicado originalmente por Verlag Hermann Schmidt Mainz, 2010

Traducción de Susana Andrés

Revisión técnica: Raquel Riu Vila

Concepto gráfico: María Serrano/Editorial Gustavo Gili, SL

Diseño gráfico: Toni Cabré/Editorial Gustavo Gili, SL

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

La Editorial no se pronuncia, ni expresa ni implícitamente, respecto a la exactitud de la información contenida en este libro, razón por la cual no puede asumir ningún tipo de responsabilidad en caso de error u omisión.

© de la traducción: Susana Andrés

© Frank Berzbach, 2010

Esta edición se publica por acuerdo con la editorial Hermann Schmidt, Alemania.

para la edición castellana:

PSICOLOGÍA PARA CREATIVOS

Primeros auxiliospara conservar elingenio y sobreviviren el trabajo

Frank Berzbach

Índice

CAPÍTULO 1. TRABAJAR COMO CREATIVO

¿Qué puede esperarse de la creatividad?

¿Te sientes a gusto en tu trabajo?

Primero construir, después pulir

El modelo de las fases de la creatividad

1. La preparación es el secreto del éxito

2. Liberar y deliberar

3. ¡Eureka!

4. Perseverancia y realización

5. ¡Son todos conductores suicidas!

¿Qué aportan las técnicas de creatividad?

Las coincidencias no existen

La inteligencia de las imágenes

La sabiduría de la narración

Bricolaje y distanciamiento

Los artistas y la creatividad

Improvisación

El ser humano como ser creativo

La creatividad como forma de vida

CAPÍTULO 2. TRABAJAR BIEN

¿Por qué vamos a trabajar?

¿Y tú, a qué te dedicas?

El contrato psicológico y la motivación

Transformar la motivación externa en interna

Criticar el trabajo de los demás

Criticar el comportamiento ajeno

El mito del estado de flujo y del trabajo como condición paradisíaca

La gestión de nuestra energía

Más rápido, más alto y más lejos

¿Hoy también tengo que hacer lo que quiera?

La gestión práctica del tiempo

Solo puede alcanzarse una meta definida

Los objetivos sin plazo se quedan en sueños

Seleccionar los objetivos: establecer prioridades

Llegar demasiado tarde y olvidar los objetivos

¿Dónde se mete el tiempo?

Diseñadores desprendidos y ayudadores

Aprender a decir “no”

El arte del conflicto

Cegado por el odio

¿Qué hacer?

Trabajo en solitario o en grupo

Atributos del trabajo en grupo

¿Cómo surge un equipo?

¿Qué función desempeña la dirección del equipo?

¿Deben tener afinidad los miembros de un equipo?

¿Cómo se desarrolla la cooperación?

Riesgos y efectos secundarios del trabajo en equipo

CAPÍTULO 3. TRABAJAR SOLO

Solo cuenta el resultado

Desventajas del teletrabajo

¿Falta de autodisciplina?

Mal humor

Ventajas del teletrabajo

Familia, profesión y teletrabajo en casa

Teletrabajo colectivo o coworking

La psicología del autónomo

CAPÍTULO 4. TRABAJAR PARA LOS DEMÁS

La comunicación no verbal

Guardar distancias y marcar territorio

El despacho del “perro guardián”

La comunicación verbal

Herramientas para una buena comunicación

¿Qué efectos causan los mensajes?

El arte de hacerse entender

Prestación de servicios y satisfacción del cliente

Las expectativas gobiernan la percepción

¿Satisfacción latente o manifiesta?

Por favor, un poco de paciencia

¿Buenos modales?

¿Vestimenta adecuada?

CAPÍTULO 5. TRABAJAR MAL

Maldición y bendición de la motivación por resultados

El estrés diario y la exigencia de rendimiento

Los riesgos del estrés para el cuerpo y la mente

Cabezazos contra la pared

La reacción del cuerpo humano al estrés

Estrés… ¿quién? ¿Yo?

Cómo gestionar el estrés de manera constructiva

El colapso: el síndrome de desgaste profesional

Señales y síntomas

Camino del colapso

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Actuar de inmediato y prevenir

La banalización del desgaste profesional

CAPÍTULO 6. NO TRABAJAR NADA

¿Cuándo terminas?

La incapacidad para estar ocioso

El mito del equilibrio trabajo-vida

El mundo insomne

Bibliografía

Nota de agradecimientos

CAPÍTULO 1TRABAJAR COMO CREATIVO

Conceptos clave

Creatividad informada

Un entorno alentador

Una buena preparación

Liberar las ideas

El arte de desechar

La evaluación crítica

Asociación de ideas

Modificar el enfoque

Oficio, técnica y esfuerzo

Creatividad y vida

Todo lo que estás viendo ahora mismo es resultado de algún proceso creativo. La ropa que llevas, el libro que sostienes en la mano, la silla en la que estás sentado y el edificio en que te encuentras. Incluso lo que percibimos como naturaleza es un concepto cultural conformado por la mano del hombre. La creatividad es, pues, omnipresente.

Una provocadora teoría afirma que las personas inteligentes son aquellas que hacen lo que deben —resuelven problemas en el contexto de un marco predeterminado—, mientras que las personas creativas son las que hacen lo que quieren —las que cambian el planteamiento de la cuestión si este les parece inadecuado—. De acuerdo con esto, las personas creativas tienen el potencial de perturbar el orden. Al pensar en esto, lo primero que nos viene a la mente son los campos del arte y el diseño.

¿Qué puede esperarse de la creatividad?

Los psicólogos definen la creatividad como “la producción de ideas novedosas y adecuadas en cualquier ámbito de la actividad humana”. Así pues, no concierne únicamente a la personalidad. También los métodos con los que se trabaja pueden ser creativos. O simplemente las condiciones marco: el clima de trabajo. Dadas las altas expectativas que ponemos en la creatividad, son muchas las hipótesis erróneas que existen acerca de ella. Siegfried Preiser y Nicola Buchholz han enumerado al menos veintiún prejuicios, de los que aquí mencionaremos una pequeña muestra. Por ejemplo, es falso considerar que la creatividad incumbe solo a genios o a personas superdotadas. La creatividad no es un fenómeno inescrutable, pero tampoco es tan transparente como los procesos mentales habituales. La creatividad es mensurable, aunque solo de forma muy imprecisa. También es susceptible de ser evaluada, pero no según criterios unívocos. No todo el mundo puede convertirse en Picasso por el simple hecho de mostrarse aplicado, pero, aun así, la creatividad no responde a un mero prototipo. Hay personas que “son” creativas y otras que “se vuelven” creativas, y por desgracia también a la inversa.

Esta pequeña selección de vaguedades es suficiente para mostrar que las expectativas que se depositan en la creatividad son excesivas. Hartmut von Hentig opina que estas falsas esperanzas son la expresión del punto muerto en el que nos encontramos. En la creatividad sobrevive un poco de nuestra naturaleza salvaje. Los investigadores también están generalmente de acuerdo con la afirmación de que cada persona es capaz de desplegar y desarrollar su propia creatividad.

Manejamos también otra certidumbre: el conocimiento impulsa de forma considerable los procesos creativos. Es la materia de la que nos nutrimos cuando creamos.[Creatividad informada] Sin embargo, existe un prejuicio obstinado que tiene que ver con lo anterior y que, desgraciadamente, no deja de oírse entre los diseñadores: el del “caos creativo”. Hartmut von Henting ha declarado al respecto: “Desconfío totalmente de aquellos que definen el orden, la disciplina y la tradición como enemigos de la creatividad. Más bien al contrario, a menudo estos son su condición previa”.

¿Te sientes a gusto en tu trabajo?

El entorno en el que trabajamos ejerce una gran influencia en nuestro rendimiento creativo. Los psicólogos han observado que la cuestión del margen de autonomía es decisiva en el trabajo. ¿Participas en la planificación y la toma de decisiones sobre la forma de realizar tu trabajo? ¿Cuentas con cierta autonomía a la hora de elegir tus tareas o puedes, al menos, expresar tus preferencias? ¿La forma en que tienes que desempeñar tu trabajo está previamente determinada? Las conclusiones de la psicología laboral son inequívocas: un gran margen de autonomía favorece la creatividad y aumenta la motivación. Esto no solo se refiere a las jerarquías de los estudios y agencias, ni a los márgenes de libertad de acción dentro de los mismos, sino también al margen de autonomía que uno mismo se concede.

Primero construir, después pulir

El comportamiento de los compañeros de trabajo, los superiores, jefes y clientes ejerce siempre influencia sobre nosotros. El miedo y la presión producen una atmósfera en la que el rendimiento creativo se bloquea. En cambio, cuando las dudas encuentran comprensión, cuando se confía en el apoyo de los compañeros, uno se siente más predispuesto a asumir riesgos y aventurarse a ir más lejos. Quien se siente apoyado por su entorno gana valor para buscar soluciones poco convencionales.[Un entorno alentador]

No es positivo que las obras creativas se evalúen de forma prematura. Al principio es muy importante “experimentar”, incluso si de esa experimentación no sale nada fantástico. Esto no solo concierne a esos comentarios negativos del jefe o de los compañeros que, dichos en el momento equivocado, pueden terminar por frenarlo verdaderamente a uno.

En nuestra mente habita un censor similar: las personas que trabajan bajo una gran presión autoimpuesta y que desde el primer boceto de un proyecto ya esperan obtener un resultado perfecto no llegarán muy lejos. Una evaluación negativa puede ser suficiente para interrumpir el proceso creativo. Cuando lo determinante es únicamente el producto final, aquellas personas que solo pretenden obtener soluciones presentables se mantendrán dentro de un marco convencional. La fase de diseño del proyecto debería separarse de forma tajante de la fase de evaluación. Primero construir, después pulir.

El modelo de las fases de la creatividad

Quien sufre de falta de ideas ansía experimentar una suerte de “golpe de inspiración” que le acerque a la “idea genial”. Los científicos ya no creen en esta vieja teoría del ingenio repentino. Por supuesto que existen las ocurrencias espontáneas —los llamados “efectos eureka”—, pero constituyen únicamente un breve instante en un proceso mucho más amplio. Los científicos dirían que detrás del concepto “tener una idea” se esconde un proceso cognitivo por el que se resuelven problemas complejos.

Por lo general, en el inicio del proceso creativo suele haber un problema… o un encargo. En el arte sucede lo mismo, incluso cuando los artistas se hacen a sí mismos los encargos (a menudo inconscientemente). Los problemas o los encargos desencadenan un proceso. Rainer Holm-Hadulla, entre otros científicos, divide la creatividad en cinco fases: preparación, incubación, iluminación, realización y verificación.

1. La preparación es el secreto del éxito

En el quehacer cotidiano del estudio la preparación empieza inmediatamente después de que se haya recibido un encargo. Ya al escuchar las primeras informaciones empiezan a brotar —con frecuencia de modo inconsciente— las primeras ideas. En esta fase es beneficioso aprender a refrenarse y dedicar el debido tiempo a la etapa de preparación.[Una buena preparación] Una percepción incompleta del encargo puede bloquear la creatividad y terminar costando mucho tiempo, dinero y nervios. Debido a las prisas, a menudo terminamos por interpretar mal las especificaciones del encargo sin darnos cuenta, y no precisamente para satisfacción del cliente. Al final hemos solucionado un problema; pero por desgracia tenemos otro. Por eso, cuanto más exactamente entendamos lo que el cliente desea e imagina, mejor.

En el paso siguiente, debemos acumular la información necesaria. Cuando carecemos por completo de directrices o las que tenemos son contradictorias, el trabajo se convierte en un gran desafío. La libertad que se nos abre cuando el cliente dice: “Deja simplemente volar tu imaginación” no tiene solo aspectos agradables. A veces en nuestro interior compiten ideas muy distintas y nos sentimos inseguros para tomar una decisión.

Cuanta mejor preparación tengamos, más fácil será el resto. Esto requiere paciencia, y ser paciente resulta más difícil cuanto mayor es la presión del tiempo. Pero la mala preparación siempre acaba tomándose la revancha. Piensa pues, detenidamente, qué dirección emprenderás y qué provisiones necesitas, de lo contrario hasta la mayor velocidad de avance servirá de poco.

2. Liberar y deliberar

Una vez finalizados los preparativos, se empieza a “deliberar”. Es decir, comienza una elaboración inconsciente del problema. Cuando no estamos trabajando concentrados en soluciones concretas, los problemas adquieren una vida mental propia. Por eso se nos ocurren muchas buenas ideas precisamente cuando no pensamos en ellas, por ejemplo, en la ducha.

El desafío psicológico consiste, en este caso, en conseguir liberar una idea. El trabajo y el estrés dificultan este proceso, que exige tranquilidad.[Liberar las ideas] La calma y la tranquilidad son facultades psicológicas que pueden entrenarse. Tanto en el ámbito psicológico como en el de la salud se consideran sumamente importantes. ¿Eres capaz de pasar un rato largo sentado sosegadamente, sin el bombardeo de los medios de comunicación? ¿Eres capaz de estar a gusto estando solo?

Para algunos, esta experiencia de soledad, vivida de modo positivo, constituye una técnica de creatividad. El director de cine David Lynch declaró en una entrevista que con frecuencia dedica una hora a sentarse en un sillón y no hacer nada. De esa manera paulatinamente van surgiendo historias e imágenes que aprovecha y sigue desarrollando sin esfuerzo. En esta fase es muy importante dejar volar la imaginación, estar tranquilo e incluso dormir. Podemos confiar en que las ideas vendrán; pero no debemos forzarlas.

3. ¡Eureka!

Pocas veces experimentaremos una inspiración repentina como una iluminación. En la mayoría de los casos apenas percibimos el proceso por el que llegamos a desarrollar una idea, ya que avanzamos lentamente y, además, de modo inconsciente. No hay que tomarse demasiado en serio las anécdotas históricas acerca de ideas inesperadas. Por lo general, los pequeños errores y los avances se combinan formando un tejido en el que lentamente distinguimos los primeros caminos para hallar la solución. También aquí imperan la prueba y el error, pero en algún momento la idea concreta se hace palpable. No es demasiado aconsejable sentarse a esperar. Incluso es posible que las esperas bloqueen esa “iluminación”.

4. Perseverancia y realización

Es más fácil tener una idea que hacerla realidad. En la realización se experimentan muchos fracasos y ahí es donde se encuentra el gran reto de la creatividad. Qué geniales parecen muchos proyectos… ¡en nuestra mente! Hacer realidad una idea encuentra a menudo resistencias tanto internas como externas. Exige perseverancia y paciencia. Requiere, asimismo, capacidad para reconocer los caminos erróneos, admitirlos y, aun así, no tirar la toalla.

Por ello resulta de gran ayuda considerar la decepción como un componente esencial del proceso creativo. Para crear algo nuevo es condición previa sentir cierto grado de insatisfacción frente a las soluciones existentes. El proceso de realización de una idea requiere mucha energía y puede acarrearnos cierta soledad, generarnos miedo y empañar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Aquí desempeñan un papel importante las circunstancias que nos rodean: quien se siente estimulado y apoyado lo tiene más fácil.

El calvario suele verse recompensado porque al final aguarda una solución que no es convencional sino innovadora. La solución llegará, pero no siempre todo lo rápido que quisiéramos. La frustración inicial no debería convertirse en un gesto constante de desaprobación ante a los propios proyectos. No todo proyecto “es una parte de nosotros mismos”, no todo queda escrito con sangre en el papel, debemos perfeccionar el arte de desechar. Toma distancia respecto de tus proyectos desastrosos, como si no te perteneciesen. La papelera es una gran aliada de la creatividad.[El arte de desechar] Se traga la basura y permite que el escritorio esté limpio. En sentido figurado, esto también sirve para la mente: solo si uno es capaz de desechar ideas, deja sitio para otras nuevas.

En la fase de perseverar se trata de eso, de poder cometer errores. ¡Tropieza! Perseverar significa volver a levantarse, insistir. El arte de los yudocas japoneses consiste (también) en el primoroso arte de caer con elegancia y volver a ponerse en pie rápidamente. El yudoca cursa primero una “escuela de la caída”, en japonés ukemi. ¿Cómo vencer a un rival que —sin importar con qué frecuencia caiga— vuelve inmediatamente a plantarse ileso frente a uno? Un proyecto fracasado no es un motivo de aflicción, es solamente un proyecto fracasado. Has caído, acabas de experimentar algo cotidiano en el ámbito de la creatividad. Si consigues rechazar el proyecto, sin aferrarte a él, y probar con el próximo, estarás más cerca de la meta.

5. ¡Son todos conductores suicidas!

Cuando finalmente quedes satisfecho y presentes el resultado de tu trabajo, aún no habrás llegado a la meta. Solo habrás cambiado de una carretera secundaria a una autopista. Sin embargo, de pronto ves que por tu carril no dejan de circular coches en sentido contrario. ¡Son todos conductores suicidas! ¿Entiendes lo que quiero decir? Si únicamente tú consideras que tu proyecto es estupendo, tendrás que replantearte quién es el conductor suicida. Enamorarse de nuestras propias ideas es una trampa. Debemos comprobar si otros compañeros de trabajo cuyo criterio valoremos están también convencidos de la creatividad de nuestro producto.

Aun así, las ideas novedosas a menudo lo tienen difícil. Conseguir que una buena idea arraigue es un proceso social y no creativo. Así pues, uno solo influye parcialmente en ello. Es posible que la competencia esté interesada precisamente en sofocar las buenas ideas. Muchas obras de arte clásicas que hoy en día son elogiadas eran ignoradas, sin más, por sus coetáneos. Esto es también aplicable a los hallazgos técnicos. El reloj se inventó en China ya en el siglo XIII, pero como nadie le vio ningún provecho, la innovación quedó relegada al olvido. Hubo que esperar doscientos años para que los misioneros occidentales volvieran a introducir ese “nuevo” descubrimiento en China.

Para que una idea se implante se requiere siempre tiempo, valor y apoyo. Y lo que tú necesitas es críticos de confianza. Cualquier evaluación crítica puede resultar dolorosa; pero una crítica bien intencionada te indicará dónde es necesario introducir mejoras[La evaluación crítica] (en este proceso de feedback todo depende de cómo se digan las cosas). Si en esta última fase del proceso creativo el equipo consigue separar claramente en su crítica el plano técnico del plano personal, todo análisis del producto servirá para mejorarlo. Es pues probable que la última fase de la verificación conduzca de nuevo a una de las cuatro anteriores…

¿Qué aportan las técnicas de creatividad?

Los científicos discrepan acerca de si existen técnicas concretas que estimulen o no el proceso creativo. Todo el mundo conoce métodos como la lluvia de ideas o los mapas mentales, pero también conocemos a muchos creativos que salen adelante sin emplearlos. Antes de que se sistematizasen estas técnicas ya se obtenían excelentes resultados en el campo de la creatividad. En el clásico libro Publicidad creativa. Ideas y técnicas de las mejores campañas internacionales, de Mario Pricken y Christine Klell, pueden encontrarse múltiples ejemplos.

A estas alturas hay un sinnúmero de libros profusamente ilustrados en los que los directores artísticos relatan su camino personal hacia el éxito. Nunca está de más echar un vistazo a algunos procesos creativos que ya han demostrado su valía. Desde el punto de vista psicológico, casi todas las técnicas de creatividad se basan en una serie de principios que ha recopilado Siegrid Preiser:

Las coincidencias no existen

El principio de la asociación libre de ideas, bastante sencillo, consiste en expresar (o anotar) las ideas que se nos ocurran sin evaluarlas previamente. Ya decidiremos más tarde si hay o no algo aprovechable en ellas. A primera vista, las ideas espontáneas parecen no tener apenas conexión entre ellas, pero siempre pueden reaprovecharse como material.

Las coincidencias resultan estimulantes y no son del todo aleatorias. Puesto que el problema que tengamos entre manos nos mantendrá la mente ocupada incluso de forma inconsciente, aquello que aflore por libre asociación será relevante.[Asociación de ideas] De este modo damos entrada al material inconsciente en el proceso creativo. Los bocetos y proyectos libres contienen a menudo escondido el germen de la solución. El historiador de arte Horst Bredekamp lo ha demostrado con el ejemplo de Charles Darwin: el científico anticipó en sus dibujos y diarios la posterior teoría de la evolución.

La inteligencia de las imágenes

Muchos métodos utilizan la naturaleza figurativa del pensamiento. Las imágenes anteceden al pensamiento racional y también al lenguaje. Las personas que dibujan o visualizan movilizan su “inteligencia icónica” (Gottfried Boehm) y plasman en el papel más de lo que cabe en un concepto. Que nuestros sueños se compongan de imágenes y no de conceptos tiene sus razones. Y toda imagen plasmada en papel o sobre la que se ha meditado puede contribuir a la solución del problema que nos incumbe.

La sabiduría de la narración

Pero también por el camino opuesto, el de las analogías, podemos llegar a la meta. El problema que debemos abordar tal vez pueda resolverse por medio de metáforas, historias o refranes. No solo es divertido, sino que permite introducir un cambio de perspectiva. Uno puede liberarse del mundo de imágenes y asociaciones de ideas predeterminadas. Inventa un cuento o una melodía para el tema o usa un diccionario como inspiración para inventar “refranes”.

Bricolaje y distanciamiento

Los problemas pueden descomponerse en piezas. Comienza a “hacer bricolaje” con ellas. Puedes modificarlas sistemáticamente. Por ejemplo, invertir una tarea transformándola en su contraria o dedicándote a buscar la peor solución posible para el problema. Intenta, por ejemplo, proyectar el sillón más incómodo con el material más nocivo para el medio ambiente, uno que sea, además, terriblemente caro, enorme, pesado y que, claro está, no pase a través del hueco de ninguna puerta. No solo resultará divertido, sino que te aportará nuevas ideas. Ir contra las normas puede ser francamente motivador. Para ir a la contra tenemos que saber en contra de qué ir[Modificar el enfoque] y eso también nos aproxima a la solución.

Estas técnicas de creatividad, con frecuencia fútiles, “nos relajan”, pero no constituyen un camino real hacia la creatividad. Cuando Joseph Beuys define la creatividad como “ciencia de la libertad” pone de manifiesto un elemento importante: la creatividad necesita de libertad de acción y de espacio, y supone siempre una búsqueda, un camino en el que el conocimiento es imprescindible.

Lo más importante, la realización, llega después de la idea. Esto requiere disciplina, un concepto que actualmente vuelve a ser intensamente discutido. Incluso para los neurólogos, el proceso cognitivo exacto que se desencadena cuando somos creativos sigue siendo una incógnita. El proceso creativo es solo en una pequeña parte un proceso consciente y, por ello, apenas es gobernable. De ahí que no haya que tomarse las técnicas demasiado en serio. Unas circunstancias óptimas, relajación, alternar la concentración y dejarse ir: esto es lo que cuenta.

Los artistas y la creatividad

No solo los científicos han estudiado la creatividad, también muchos artistas se han ocupado de este tema a lo largo de la historia. No lo han hecho mediante un análisis científico de los métodos, sino que han abordado el fenómeno de forma más global. El arte y el diseño están hermanados, de ahí que queramos echar un breve vistazo al enfoque particular de estas “investigaciones” de los artistas.

Improvisación

El estadounidense Stephen Nachmanovitch es músico, escritor, artista digital, investigador y profesor. En la década de 1970 formaba parte de los pioneros de la música de libre improvisación con violín. Desde hace décadas investiga esta cuestión: ¿Cómo nace la música intuitiva? En su opinión, la respuesta es la clave para descifrar el enigma de la creatividad. Para él, lo creativo no está vinculado a una disciplina; así pues, da lo mismo que se trate de música, de pintura, de escritura o de diseño. Este autor ha reunido toda su experiencia y reflexiones en el libro Free Play [“Improvisación”], que aborda las fuentes y los tipos del quehacer espontáneo.

Nachmanovitch escribe sobre principios “que, superando los límites, son válidos para todos los ámbitos del acto creativo”. De ahí que casi no importe lo que estemos haciendo: “Cualquier actividad puede realizarse con habilidad artística, con oficio o con trabajo y esfuerzo”.[Oficio, técnica y esfuerzo] En el día a día de una agencia o de un estudio de diseño encontramos también estas tres facetas. El trabajo de Stefan Sagmeister, por ejemplo, se sitúa en la frontera del arte, pero incluso él precisa de oficio y de conocimientos técnicos. Alguna composición es simplemente fruto del trabajo arduo y del esfuerzo. Nachmanovitch no se interesa por las técnicas de creatividad concretas. Son provechosas para superar bloqueos, pero no abordan el problema principal. Observado con mayor detenimiento, sigue siendo un milagro cómo el hombre es capaz de crear algo a partir de nada. La gestión del proyecto tal vez pueda mejorar las condiciones previas, pero el mismo acto creativo no es planificable como “hito”. Nachmanovitch ofrece una investigación más profunda de la creatividad, en su opinión, el “proceso creativo sigue siendo un camino espiritual”.

El ser humano como ser creativo

También Joseph Beuys estudió la creatividad. Para él, la sociedad no es algo abstracto, sino un “organismo social” vivo. Todo lo que hacemos contribuye a esa escultura común. Con la provocadora afirmación de que todo ser humano es un artista, Beuys desarrolló la siguiente idea: toda actividad es susceptible de ser creativa. El ser humano es, por naturaleza, un ser creativo.

A Beuys le interesaban las dimensiones profundas de la creatividad. Para él, la sostenibilidad, la democracia y la libertad son inherentes a ella. Por ello, Beuys, cofundador de los Verdes a finales de la década de 1970, se convirtió en un precursor del diseño sostenible. Mantenía un alto nivel de exigencia en cuanto a las competencias técnicas y la calidad del trabajo manual y reclamaba que los estudiantes de arte debían cursar, asimismo, una carrera de formación profesional.

A su parecer, la creatividad surge de una comunión interna de “campos de fuerza psicológicos” a los que las personas deben encontrar acceso. Opinaba que la planificación, es decir, lo que en el modelo de fases compete a la “preparación”, era de suma importancia. En la práctica, concebía toda la vida como una preparación para la actividad creativa: “Si no impregna toda mi vida […], no saldrá bien, no puede funcionar de forma solamente puntual”. Beuys exige que dirijamos nuestras “constelaciones de fuerzas creativas” en una dirección y seamos activamente creativos. Toda la vida se convierte así en la fase preparatoria del proceso creativo.[Creatividad y vida] A ello se suman las dimensiones del entorno y de la sociedad, sobre los que influimos con todo lo que hagamos (profesionalmente).

La creatividad como forma de vida

Lo que Nachmanovitch y también Beuys escriben sobre las condiciones de la creatividad supera los límites del marco del horario laboral estándar, de cualquier trabajo. En lo referente a la creatividad, la división de la vida entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio queda obsoleta, con todos los riesgos y efectos secundarios que esto conlleva. Una mirada atenta a las biografías de distintos artistas muestra que esta aproximación no presenta solo ventajas, hay que ser prudente.

Como muchos artistas, Nachmanovitch y Beuys conciben la creatividad como forma de vida. Se convierte en una constante búsqueda filosófica. Para ellos, el conocimiento del trabajo manual, estético y científico son meras condiciones previas. Los máximos rendimientos —en todos los sectores profesionales— suelen proceder de hombres que se han decidido: la creatividad determina la vida. Pero, por fortuna, la vida no solo se compone de rendimientos máximos. Cada persona debe responder a la alternativa: profesión o vocación.

CAPÍTULO 2TRABAJAR BIEN

Conceptos clave

Identidad social y laboral

Identidad social y laboral

Contrato laboral y contrato psicológico

Motivación intrínseca y extrínseca

Reconocimiento y motivación

Objetivo de la crítica

Formular comentarios precisos

Evitar los comentarios desalentadores

Aprender a escuchar

Aceptar la crítica

Moderación de conflictos

¿Flujo o esfuerzo?

Rendimiento máximo del cerebro

Ejercitar la concentración

El estrés reduce el rendimiento

Emociones negativas: un enemigo de la creatividad

La armonía colectiva

Aceleración, saturación y gestión del tiempo

Autoorganización

Tiempo de vida y tiempo de trabajo

La planificación perpetua

Planificar la jornada

Capacidad de reacción

Establecer objetivos concretos

Ordenar las prioridades

Empezar por las tareas más importantes

Aprender a delegar

Errores de evaluación

Cambio de preferencias

Desorden y tiempo

El orden en el equipo

El peligro de la multitarea

Concentrarse en una sola tarea

Saber decir "no"

El ayudador arrogante

Imponer límites

Ventajas de saber decir "no"

Responder con sinceridad

La inevitabilidad del conflicto

Gestión de las diferencias

Atención selectiva

Conflictos fríos y calientes

La cooperación

Diferencias de eficacia

Compromiso con el grupo

Trabajar en espacios comunes

Establecer unas reglas del grupo

Un equipo: más que un grupo

Integrar las diferencias

Competencias del director

El director autoritario

El director ausente

Nivel de competencias

Afines pero dispares

El límite de la cooperación

El contacto directo

Presión grupal

Prevenir la uniformidad del pensamiento grupal

¿Por qué vamos a trabajar?

Hay días en los que ir a trabajar supone un gran esfuerzo. Brilla el sol y nos cruzamos con personas que van camino de la piscina, mientras nosotros tenemos que pasar el día frente al ordenador. Sin embargo, cuando la seguridad de nuestro trabajo peligra, lo vemos de otra manera: pocas cosas dan tanto miedo como la amenaza del desempleo. Hay estudios que muestran que el desempleo prolongado favorece la aparición de enfermedades físicas y mentales. Así, parece que nuestro trabajo —más allá de que estemos o no motivados cada día para realizarlo— nos da algo más que dinero.

Por extraño que suene, el dinero es ciertamente necesario, pero aparte de eso carece de mayor significación. Aquel que se decidió por abrirse camino en un trabajo creativo, no tenía intención de hacerse rico. La proporción entre ingresos y tiempo dedicado al trabajo, incluso en las agencias de renombre, está muy lejos de ser satisfactoria. Debe haber otros motivos por los que cada día —en ocasiones superando una resistencia interna— vamos a la agencia o al estudio.

¿Y tú, a qué te dedicas?

Quien conoce a alguna persona en una fiesta y quiere saber algo sobre ella no le pregunta acerca de su fe y sus valores religiosos, acerca de su equipo de fútbol o su color favorito, por su año de nacimiento, su postura política o su signo del zodíaco. En general solemos hacer la pregunta fatal: “¿Y tú, a qué te dedicas?”, y con ello queremos decir: ¿Cuál es tu profesión, dónde trabajas? ¿Cuál es el contenido de tu trabajo, estás contento?, etc. Las posibles respuestas podrían llenar volúmenes, pero en ellas los ingresos no desempeñan la función principal. Incluso subyace un claro tabú social: no se habla de dinero. Así pues, debe tratarse de otra cosa. De su “narración” sobre la actividad profesional extraemos nuestro juicio sobre la persona.

El trabajo parece informar sobre las características de nuestro carácter, sobre nuestras tendencias, intereses y competencias y sobre la posición que ocupamos en la sociedad. Quien ha llegado a ser “director de arte” disfruta —al menos en ciertos ambientes— de prestigio y estatus social. El que trabaja en un estudio de prestigio o tiene éxito trabajando por su cuenta obtendrá un reconocimiento por ello. El trabajo confiere sentido social y también desempeña un papel importante en el plano psicológico: sin el trabajo diario careceríamos de experiencias productivas y proyectuales relevantes.[Identidad social y laboral]

El trabajo suaviza, por ejemplo, el peso de lo cotidiano: sabemos cuándo y por qué nos levantamos por las mañanas, así como cuándo hemos concluido nuestra jornada de trabajo. Esto suele ser un motivo, y hasta una obligación, para permanecer activos. Quien no trabaja de forma regular nunca disfruta de tiempo libre ni de vacaciones. Es frecuente que cuando por algún motivo desaparece la estructura por la que ordenamos el tiempo cada día surjan problemas de salud.