Audaz: Un sueño en París 2 - Amanda Backman - E-Book

Audaz: Un sueño en París 2 E-Book

Amanda Backman

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Serie: LUST
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2020
Beschreibung

Gabi sabe que ama a Alfons; siente que están hechos el uno para el otro, que están destinados a estar juntos. Todo su ser lo desea, pero ¿cómo se lo puede hacer entender? ¿Pueden ser amigos cuando todo es tan difícil y complejo? Durante una noche en París, todo cambia, y Alfons la desea tanto como ella a él.Audaz es la segunda parte de la serie sobre Gabi y Alfons.-

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Seitenzahl: 43

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Amanda Backman

Audaz: Un sueño en París 2

LUST

Audaz: Un sueño en París 2

Original title:

Utan rädsla - Drömmen om Paris 2

 

Translated by Maria Elena Abbott

Copyright © 2019 Amanda Backman, 2020 LUST

All rights reserved ISBN 9788726314007

 

1st ebook edition, 2020. Format: Epub 2.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

LUST

Audaz: Un sueño en París 2

 

“Sabía que harías esto.”

Mi voz nítida y estridente atraviesa la habitación del hotel. Me duelen los labios y mi cuerpo delgado tiembla débilmente. No puedo ver la luna, pero tiene que ser enorme, porque su luz entra por la ventana que ha quedado abierta causando que la cortina se abra con la brisa, y a pesar del aire húmedo y caliente de la habitación después de un día caluroso y soleado, puedo sentir que tengo en los brazos y el cuero cabelludo la piel de gallina. Mi peinado corto está bien arreglado, al ras de la mejilla y la línea de la mandíbula. La sábana blanca en la que me he envuelto se siente fría y caliente al mismo tiempo, porque creo que estoy empezando a sudar frío. Son casi las cuatro de la mañana, pero el sol todavía no ha salido sobre la calle empedrada de enfrente. Un puñado de gente pasa bajo la ventana, mientras alguien fuma un cigarrillo y parece escuchar música. El mundo que nos rodea es tan silencioso que puedo distinguir fragmentos tenues de una canción que se escucha en esta madrugada, aunque tal vez puede ser que me lo imagine. Al parecer, París sigue durmiendo, ya que probablemente sólo los desamparados o los amantes de este mundo están despiertos. Alfons se sienta en el borde de la cama y apoya la frente en las manos. La parte superior de su cuerpo se ve fuerte en la habitación oscura.

Susurra, “podríamos haber tenido algo hermoso juntos, pero...,” y ya no soporto escucharlo más.

“No, escúchame tú,” lo interrumpo con voz firme y camino hacia él.

Uno de mis senos se escapa de la sábana, pero no me importa. Mi pulso está acelerado, pero no voy a derramar ni una lágrima. No voy a llorar. Alfons me mira con sus ojos grandes de cachorro, pone sus manos en la cama y se recuesta un poco cuando me arrodillo delante de él. Su pecho brilla en la tenue luz de la noche y el tatuaje que lo adorna parece cobrar vida, ya que se mueve como olas ondeando y coinciden con el ritmo de su respiración, mientras que su tatuaje con la forma de la copa del cerezo brilla.

Y continúo, “no me rechaces con las mismas palabras, otra vez no...,” mientras Alfons me mira de reojo como si reflexionara, para luego fruncir el ceño. Lo odio porque se ve tan hermoso cuando se sienta en la cama y por el hecho de que se ve bien desde todos los ángulos. Luego, su mandíbula se endurece y puedo ver en sus ojos cuando el recuerdo correcto aparece en su mente.

 

*

 

Me encanta el parque en el centro de Lund porque tiene un tamaño perfecto. Puedes perderte en él si lo deseas, pero sólo por poco tiempo. A veces, como por ejemplo durante la noche, está desierto y ese es el momento que más me gusta. Los ánades reales y los cisnes se desplazan por la orilla del pequeño lago, la fuente ha sido apagada y el alumbrado público no puede iluminar cada pequeño recoveco y rincón.

El parque se ha convertido en un ambiente de introspección. A veces, me han visto allí fumando un poco de hierba sentada en un banco en medio de la noche, escribiendo poesía en un cuaderno y sintiéndome bastante decadente, aunque siempre lo encontré muy estimulante. Una de aquellas noches caminé a la casa del autor August Strindberg situada en la calle Grönegatan, la que se extiende paralelamente al perímetro del parque. Tal vez puse mi mano en el letrero, que estaba frío con el fresco aire nocturno, y dibujé los contornos de su nombre con la punta de mis dedos. No sé por qué, pero de alguna manera se sentía como si fuera nuestro lugar, mío y de Alfons, y alguna vez le hablé sobre esto aunque no nos conocimos allí.