Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea - Varios autores - E-Book

Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea E-Book

Varios autores

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Beschreibung

Los estudiantes de Medicina tienen que estar comprometidos con el desarrollo de sus capacidades para poder aportarle a la sociedad, lo que implica una disposición permanente para aprender, innovar y mejorar su desempeño profesional. Pero el conocimiento disciplinar en ciencias básicas y clínicas por sí solo no es suficiente y requiere ampliarse con una mirada psicosocial que les ayude a los futuros médicos a comprender que la relación entra la salud y la enfermedad es un proceso complejo que integra múltiples variables que deben considerar para identificar las necesidades de los pacientes y sus familias. Por esta razón, las habilidades comunicativas son una herramienta indispensable para el desarrollo de todas las competencias médicas. Así, el objetivo principal de "Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea" es contribuir a la toma de conciencia sobre la importancia de desarrollar oportunamente dichas habilidades, por medio de la experiencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y cómo ha asumido el reto de acompañar a los estudiantes en el mejoramiento de su comunicación, con el fin de que logren un ejercicio profesional eficaz y efectivo, pero sobre todo más humano.

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Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea

Colección

Educación en Salud

Facultad de Medicina

Universidad de los Andes

Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea

Una experiencia pedagógica

Elena María Trujillo Maza

Daniel Enrique Suárez Acevedo

(edición académica y compilación)

Colección

Educación en Salud

Facultad de Medicina

Universidad de los Andes

Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea. Una experiencia pedagógica / Elena María Trujillo Maza, Daniel Enrique Suárez Acevedo (compiladores).– Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Medicina, Ediciones Uniandes, 2019.

– (Colección Educación en Salud)

Otros autores: María Teresa Gómez Lozano, Natalia Mejía Gaviria, Andrés Sarmiento Rodríguez, Alejandra I. De Zubiría, Juny Montoya Vargas, Aldo Fernando Patiño, Elizabeth Moros Reyes, Lina María Latorre Ayala, Carlos Alberto Uribe, Santiago Martínez Medina.

ISBN 978-958-774-899-4

1. Educación médica 2. Medicina – Enseñanza 3. Comunicación en medicina I. Trujillo Maza, Elena María, compiladora II. Suárez Acevedo, Daniel Enrique, compilador III. Universidad de los Andes (Colombia). Facultad de Medicina.

CDD 610.7 SBUA

Primera edición: noviembre del 2019

© Elena María Trujillo Maza, Daniel Enrique Suárez Acevedo

(edición académica y compilación)

© María Teresa Gómez Lozano, Natalia Mejía Gaviria, Andrés Sarmiento Rodríguez,

Alejandra I. De Zubiría, Juny Montoya Vargas, Aldo Fernando Patiño, Elizabeth Moros Reyes,

Lina María Latorre Ayala, Carlos Alberto Uribe, Santiago Martínez Medina

© Universidad de los Andes, Facultad de Medicina

Ediciones Uniandes

Calle 19 n.° 3-10, oficina 1401

Bogotá, D. C., Colombia

Teléfono: 3394949, ext. 2133

http://ediciones.uniandes.edu.co

http://ebooks.uniandes.edu.co

[email protected]

ISBN: 978-958-774-899-4

ISBN e-book: 978-958-774-900-7

Asesoría editorial: Adriana Díaz del Castillo y María Fernanda Olarte-Sierra,

Ensamble Investigaciones

Corrección de estilo: Diana López de Mesa

Diseño de páginas interiores y de cubierta: Angélica Ramos

Imagen de cubierta: fotografía de Julián Daniel Prieto Velandia

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Made in Colombia

Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación

Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964

Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949, Minjusticia

Acreditación institucional de alta calidad, 10 años: Resolución 582 del 9 de enero del 2015, Mineducación

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

Contenido

Recursos gráficos

Prólogo

Natalia Mejía Gaviria

Introducción

Daniel Enrique Suárez Acevedo y Elena María Trujillo Maza

Capítulo 1. Competencias comunicativas en la formación médica

María Teresa Gómez Lozano, Natalia Mejía Gaviria, Andrés Sarmiento Rodríguez, Alejandra De Zubiría, Elena María Trujillo Maza y Juny Montoya Vargas

Capítulo 2. Atención centrada en la persona: un modelo unificador para la formación médica

Elena María Trujillo Maza y Aldo Fernando Patiño

Capítulo 3. Empatía en la formación médica: una capacidad esencial

Daniel Enrique Suárez Acevedo

Capítulo 4. El aspecto curricular y pedagógico en el diseño e implementación de los cursos de Habilidades de Comunicación

Elena María Trujillo Maza, María Teresa Gómez Lozano y Daniel Enrique Suárez Acevedo

Capítulo 5. Habilidades de comunicación en la práctica clínica: enseñar aprendiendo

Elizabeth Moros Reyes, Lina María Latorre Ayala y Daniel Enrique Suárez Acevedo

Capítulo 6. Aprender a hacer historias clínicas, aprender a ser médico: el diagnóstico clínico como práctica, comunicación y relación

Carlos Alberto Uribe y Santiago Martínez Medina

Sobre los autores

Recursos gráficos

Tabla 1.1. Desarrollo de competencias comunicativas en el currículo

Figura 2.1. Dimensiones del modelo de atención centrado en la persona

Figura 3.1. Espectro de la respuesta empática

Tabla 4.1. Modelo propuesto por Ericsson: proceso de adquisición de habilidades comunicativas

Figura 4.1. Pirámide de Miller: evaluación de las competencias comunicativas

Prólogo

Before you examine the body of a patient,Be patient to learn his story.For once you learn his story,You will also come to knowHis body.

Suzy Kassem, “The Maxims of Medicine”,en Rise Up and Salute the Sun

Tengo la convicción de que es posible anticipar el éxito de cualquier tratamiento si el paciente y su familia creen en su médico. Esta confianza, entendida como la certidumbre temporal sobre el desenlace de la enfermedad, es el inicio de la curación. La fe en la praxis médica se basa en la conexión personal con el médico, y esta es el resultado de una comunicación efectiva, íntegra y esmerada. Comprender en toda su humanidad al ser emocional que tenemos ante nosotros requiere no solo un conocimiento científico actualizado, sino, sobre todo, cultivar las habilidades de la comunicación.

En los últimos tres lustros la educación médica ha dado un vuelco solamente comparable con la tecnificación de nuestra disciplina. Del modelo tradicional en el que al médico experto por antonomasia se le otorgaban habilidades como maestro y transmisor del conocimiento, hemos pasado a un mundo donde cobra importancia la profesionalización de la docencia médica. En este contexto, Colombia ha dado pasos importantes y este libro, el primero de una nueva colección de nuestra facultad en el ámbito de la educación médica, es uno de ellos. La formación de Elena, como médica familiar complementada con una Maestría en Educación, unida a la experiencia de Daniel, como especialista en Psiquiatría y Epidemiología y magíster en Bioética, son los ingredientes ideales para que Habilidades de comunicación en la formación médica contemporánea trascienda la mirada pedagógica y ofrezca un enfoque holístico de lo intangible pero determinante en la relación médico-paciente: la comunicación. Este libro recopila la experiencia de ambos como médicos y profesores y desglosa las claves de una aproximación mucho más humanística con los pacientes, lo que ha contribuido al conocimiento de ellos mismos a lo largo del camino, y sobre el poder terapéutico que confiere la comprensión de la naturaleza humana.

Así, las páginas que siguen le ofrecen al lector las bases para comprender y aplicar una aproximación centrada en el paciente en el quehacer clínico diario, a la vez que orienta a quienes tienen la difícil tarea de enseñar el arte de la comunicación en las ciencias de la salud. El libro contiene no solo una compilación actualizada de temas relacionados con las competencias comunicativas, sino que está enriquecido con la experiencia personal de estudiantes, profesores y egresados a manera de testimonios, así como de reflexiones personales de colaboradores que complementan la temática de forma muy amena. Más allá de ser una obra didáctica, es una lectura obligada para todos los que creemos firmemente en el modelo de atención centrado en el paciente y basamos nuestra labor profesional en la comunicación.

Natalia Mejía Gaviria

Decana, Facultad de Medicina

Introducción

En la educación médica contemporánea se presentan una serie de retos para superar una crisis palpable que ha afectado el prestigio que tradicionalmente la sociedad les ha otorgado a los médicos. Las quejas son frecuentes y nos muestran a un profesional inmerso en un sistema de salud complejo y difícil de asimilar, un universo de nuevos conocimientos y tecnologías abrumadoras que han relegado a un segundo plano la obligación moral de abordar al otro, en este caso al paciente y su familia, con sensibilidad, afecto y compasión.

Aquellos que dedicamos nuestra vida a la educación tenemos entonces que preguntarnos: ¿qué tipo de médico se necesita y queremos formar?, ¿cómo nos imaginamos a ese médico que un día nos ha de atender a nosotros y a nuestras familias? Estas preguntas son el núcleo que fundamenta cualquier estructura curricular que busque modelar a ese grupo de individuos esenciales para la vida humana.

La labor que realiza la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes es el esfuerzo conjunto de dos instituciones reconocidas por su excelencia en Colombia y en América Latina, la Universidad de los Andes y la Fundación Santa Fe de Bogotá. Por tal razón, el espíritu de ambas instituciones debe ser la fuerza que inspira y forma a los profesionales que educamos. En este sentido, los valores uniandinos pueden ser una guía que da norte a nuestro propósito: formar médicos excelentes, íntegros, libres y solidarios.

Nuestros estudiantes deben estar comprometidos con el desarrollo de las capacidades máximas posibles para aportar a la sociedad, lo que implica una disposición permanente para aprender, innovar y mejorar su desempeño profesional. Pero el conocimiento disciplinar en ciencias básicas y clínicas debe ampliarse con una mirada psicosocial, que les permita comprender que la relación entre la salud y la enfermedad es un proceso complejo que integra múltiples variables, las cuales deben tenerse en cuenta para identificar, de una mejor manera, las necesidades de sus pacientes, familias y comunidades.

Esta excelencia no puede ser solamente técnica y científica. Requerimos de un profesional íntegro y recto en cada una de sus actuaciones, que reconozca la dignidad humana y sepa cómo respetarla en su ejercicio profesional. Además, deben tener una verdadera vocación de servicio, lo que implica altruismo y solidaridad, con una mirada empática y compasiva.

Así mismo, nuestros profesionales deben hacer uso de una inteligencia crítica que les permita realizar un ejercicio autónomo pero responsable, para decidir lo que se tiene que hacer. El médico debe ejercer con liderazgo en cualquier escenario de práctica clínica, administrativa, de salud pública, de investigación o docencia, con los más altos estándares de ética y profesionalismo. Más allá de una declaración de principios que con facilidad puede caer en palabras vacías, es fundamental que cada una de estas características forme parte de una serie de competencias que se puedan desarrollar y de una u otra forma aprender, observar y evaluar, durante y después del proceso formativo.

Ahora bien, una herramienta indispensable para el desarrollo de todas las competencias médicas propuestas son las habilidades comunicativas, tema central de este libro, en el que presentamos nuestra experiencia en cuanto a cómo hemos asumido el reto de acompañar a nuestros estudiantes en el mejoramiento de su comunicación, para que logren un ejercicio profesional eficaz y efectivo, pero sobre todo más humano. En este texto queremos dar cuenta de nuestras reflexiones y decisiones sobre qué, en qué momento y cómo enseñar o perfeccionar habilidades comunicativas en la formación médica.

Este es el trabajo de un grupo muy amplio de personas que, a lo largo de los quince años de existencia de la Facultad, han participado en el diseño, alineamiento curricular, desarrollo de estrategias pedagógicas y puesta en escena de los cursos. Este libro recoge la experiencia de profesores de planta; docentes clínicos; decanos de la Facultad; especialistas en medicina familiar, pediatría, psiquiatría, medicina interna, y otros profesionales que nos han apoyado desde otras unidades académicas de la Universidad, como Psicología y Educación. Además, recoge las voces de nuestros alumnos y exalumnos, y de un grupo de profesionales en artes escénicas que han acompañado nuestra labor desde el inicio de los cursos y que han dado vida a pacientes simulados, una de las principales estrategias pedagógicas implementadas para lograr nuestro propósito. Vale la pena resaltar que nuestro trabajo “Habilidades de comunicación en el proceso de la formación médica” fue premiado como estrategia innovadora en el IX Congresso Brasileiro de Medicina de Família e Comunidade, que se llevó a cabo en Fortaleza, Brasil, en el año 2008.

Ahora bien, en el primer capítulo de este libro se presentan las generalidades relacionadas con la formación médica contemporánea, las tendencias en educación médica y, sobre todo, la manera en que estos modelos curriculares permiten el desarrollo de las competencias comunicativas, no solo desde una perspectiva teórica, sino también desde la experiencia del diseño curricular de la Facultad de Medicina.

El segundo capítulo da cuenta de la decisión que hemos tomado de tener como eje unificador para abordar la relación clínica el modelo de atención centrada en la persona, que difiere del modelo biomédico tradicional y desplaza el centro de interés del paciente y la enfermedad a la persona y su condición de salud. Esto implica una mirada amplia biopsicosocial, fundamental para comprender las necesidades de los pacientes, sus familias y del grupo social en general.

Una capacidad esencial e imprescindible para lograr una interacción compasiva, altruista y solidaria es la empatía. Muchos autores la consideran la base de un adecuado desarrollo moral y por ende profesional. En el tercer capítulo se describe cómo la empatía se tiene en cuenta en el proceso formativo de los estudiantes de Medicina y su relación con el desarrollo de competencias comunicativas, emocionales y éticas, para una eficaz y satisfactoria interacción con pacientes, familiares y colegas.

En el cuarto capítulo se muestran los aspectos curriculares y pedagógicos en la enseñanza de las habilidades comunicativas. En este acápite se realiza una aproximación al diseño curricular del pregrado, en particular de los cursos que se centran en las habilidades comunicativas, la investigación que se ha realizado al respecto, su implementación, las estrategias pedagógicas y de evaluación utilizadas, así como los procesos reflexivos y de innovación curricular que se han llevado a cabo.

Como complemento de lo anterior, en el quinto capítulo se presentan las experiencias de integración del desarrollo de habilidades comunicativas en los escenarios clínicos, los retos emprendidos por los especialistas médicos que, aunque les fue enseñado un modelo biomédico en el que las habilidades de comunicación no formaban parte explicita de sus programas, han asumido el reto de enseñar aprendiendo una nueva forma de interacción con pacientes y familias.

Por último, en el sexto capítulo se presentan desde una perspectiva antropológica algunos hallazgos de la investigación “El arte de la palabra en la educación médica: habilidades comunicativas y narrativas en un mundo basado en la evidencia”. Se da cuenta de cómo, por medio de procesos esencialmente comunicativos, en el aprendizaje de la elaboración de las historias clínicas se configura un ethos médico y cómo, desde esta labor, médicos y pacientes construyen el diagnóstico, con el cual dan forma a una realidad clínica dependiente no solo del cuerpo y del entorno del paciente, sino de la relación que este establece con su médico.

Con el presente libro invitamos a la reflexión y al diálogo a estudiantes, médicos, educadores y a todos aquellos interesados en la construcción social de un buen médico y de un buen ser humano.

Esperamos que lo disfruten.

Daniel Enrique Suárez Acevedoy Elena María Trujillo Maza

Bogotá, junio del 2019

Capítulo 1

Competencias comunicativas en la formación médica

María Teresa Gómez Lozano, Natalia Mejía Gaviria, Andrés Sarmiento Rodríguez, Alejandra De Zubiría, Elena María Trujillo Maza y Juny Montoya Vargas

Desde su creación, la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes ha expresado en su misión su compromiso “con la formación de médicos con estructura crítica y ética, privilegiando su excelencia académica, bajo un ambiente de pluralismo, tolerancia y respeto” (según el documento de acreditación de la Facultad de Medicina, 2017). Este compromiso se refleja en un currículo enfocado en el desarrollo de competencias en diferentes áreas de la profesión, dentro del marco sociohumanístico propuesto por la Universidad.

Durante los primeros diez años del programa, el currículo de Medicina estuvo orientado por el modelo de la Universidad de Penn-sylvania y sustentado en los requisitos globales mínimos esenciales de la educación médica (global minimum essential requirements in medical education) y en consecuencia, estructurado a partir del sistema establecido por el Instituto Internacional para la Educación Médica (International Institute for Medical Education [IIME]). En la actualidad, después de una revisión de los diferentes sistemas de competencias, el comité curricular de la Facultad decidió acoger el sistema propuesto por la Association of American Medical Colleges (AAMC), el cual define competencia como una habilidad observable de un profesional de la salud, que integra conocimiento, habilidades, valores y actitudes (Association of American Medical Colleges, 2005; Frank et al., 2010; Trujillo et al., 2015).

En este sistema se definen ocho dominios, entre los cuales uno de ellos se relaciona con el tema central de este libro: destrezas de comunicación y relaciones interpersonales. Obtener estas destrezas requiere, por parte del estudiante, que este se comunique de forma verbal y escrita, de manera oportuna, adecuada y efectiva, con todo el personal del área de la salud, el paciente y la familia. Este dominio implica, además, que el estudiante cuente con las siguientes siete competencias:

 

1. Se comunica adecuada y oportunamente, con el paciente, la familia y las comunidades.

2. Se comunica adecuada y oportunamente con todo el personal involucrado en el cuidado del paciente.

3. Trabaja efectivamente como miembro o líder de un grupo de cuidado de la salud u otro grupo profesional.

4. Brinda conceptos de manera completa y respetuosa a otros colegas cuando se le solicita.

5. Elabora la historia clínica y otros registros médicos de manera clara, verídica y concreta.

6. Demuestra sensibilidad, honestidad y compasión con relación a los dilemas al final de la vida, eventos adversos, malas noticias y otros temas sensibles.

7. Es consciente de las emociones humanas, las comprende y las considera en el manejo de las relaciones interpersonales.

CASO DE REFLEXIÓN

¿Qué sentido tuvo haber aprendido habilidades de comunicación en la Universidad?

La comunicación lo es todo, hasta el punto que me atrevería a decir que es la herramienta más importante que se debe desarrollar para conseguir el éxito tanto en la vida académica y laboral, como en la vida personal. Por esta razón, no solo es importante que adquiramos habilidades de comunicación en nuestro proceso de formación como profesionales de la salud, sino que debería ser un requisito para todos los que tenemos la fortuna de pasar por un entorno académico.

Para mí, contar con un curso de Habilidades de Comunicación me permitió, en primera instancia, conocer profesores particularmente humanos. En segunda instancia, me llevó a darme cuenta de que es tan relevante conocer la anatomía del corazón como desarrollar las capacidades necesarias para comunicarse con pacientes y pares, y realizar un adecuado ejercicio de la profesión médica. En tercera instancia, me permitió reconocer que esta es un área que debemos desarrollar para cumplir a cabalidad con nuestro papel y compromiso de propender por la salud del paciente y la humanidad.

Es así como tomé la decisión de hacer una maestría en periodismo y combinar este campo con la medicina en pro de una más eficiente y clara difusión de la información y conocimiento a pacientes, más allá del consultorio y a un nivel masivo como los medios de comunicación. Adquirir estas herramientas adicionales de comunicación me ha abierto las puertas de par en par.

La pregunta no debería ser si tiene sentido aprender habilidades de comunicación en la universidad. La pregunta debería ser por qué esta no es una temática transversal en todos los programas académicos, en especial en aquellos relacionados con la salud.

Laura Bernal Villada

Egresada de la carrera de Medicina en el 2012

La comunicación es un proceso cotidiano, presente en el quehacer del médico no solo en el contexto de la relación con el paciente, la familia y la comunidad, sino también cuando participa en los equipos de trabajo, cuando realiza tareas administrativas y actividades educativas, por lo cual el desarrollo de las competencias comunicativas es un imperativo en la educación médica. Costa et al. (2003) confirman esta necesidad al argumentar diferentes razones, entre ellas, la urgencia de generar conciencia acerca de la capacidad que tienen los pacientes de tomar decisiones frente a su salud; las dificultades en la relación entre médico, paciente y comunidad, que se dan debido a que los médicos “no se saben comunicar”; el avance de las tecnologías de la información y de la comunicación, que conduce a que las personas quieren estar cada vez más informadas, y la creciente implementación de los modelos y paradigmas que retoman el esquema biopsicosocial y orientan el cuidado médico hacia la persona.

Así, atendiendo a estas necesidades se han creado programas académicos, tanto en pregrado como en posgrado, orientados al desarrollo de las competencias comunicativas, que han tenido un impacto en la práctica de los estudiantes y en los resultados que obtienen los pacientes atendidos (Aspergren, 1999; Millán et al., 2014; Palés-Argullós et al., 2010).

De acuerdo con lo expresado por diferentes autores, como Aspegren y LØnberg-Madsen, 2005; Bridges, Davidson, Soule, Maki y Tomkowiak, 2011; Moore, Gómez y Kurtz, 2012; Petra-Micu, 2012; Rider, Hinrichs y Lown, 2006; Wouda y Van de Wiel, 2012, estos programas permiten que los estudiantes afiancen sus habilidades básicas de comunicación, relacionadas con el desarrollo de la entrevista, la manera de abordar el diagnóstico y de brindar información a los pacientes, fomentando la integración de conocimientos (ciencias básicas, sociales y clínicas). También han facilitado el aprendizaje de habilidades complejas de comunicación, necesarias para realizar procesos de asesoramiento y orientación en circunstancias en las que se presentan cambios comportamentales, cuando se deben dar malas noticias o manejar situaciones difíciles.

Ahora bien, con relación al efecto en los pacientes atendidos, se ha logrado que tengan un mayor conocimiento de sus problemas de salud, mejor capacidad para tomar decisiones informadas, mejor aceptación del tratamiento, mayores niveles de autocuidado y de satisfacción. Todo ello ha conducido a que haya menores costos, mejor utilización de recursos y una optimización de los resultados en el cuidado de la salud y, por ende, en la calidad de vida de los pacientes (Levinson, Leeser y Epstein, 2010; Moore, Gómez, Kurtz y Vargas, 2010; Petra-Micu, 2012; Rider et al., 2006).

La Facultad ha entendido esta necesidad y por ello ha puesto en marcha una apuesta novedosa para desarrollar las competencias comunicativas, que tiene como base los principios pedagógicos del constructivismo. A partir de ellos y siguiendo experiencias publicadas sobre educación médica se definieron una serie de aspectos curriculares y pedagógicos. Un primer aspecto que se tuvo en cuenta, fue crear espacios que incluyeran diversas posibilidades de interacción social, en los cuales cada estudiante se relaciona con los diferentes actores que conforman la comunidad, con el fin de comprender los aspectos sociales, culturales, económicos y políticos involucrados en el proceso salud-enfermedad (Merzel y D’Afflitti, 2003). También se tuvo en cuenta la creciente tendencia hacia las prácticas médicas basadas en equipos de trabajo y en el enfoque de atención integrada que conduce a que los estudiantes desarrollen habilidades no solo de comunicación en su vida personal y laboral sino de liderazgo, de trabajo en equipo y en colaboración (Bridges, Davidson, Soule, Maki y Tomkowiak, 2011; Clark y Armit, 2010; Hall, 2005).

Otro aspecto importante es el desarrollo de las competencias comunicativas de manera trasversal, en diferentes momentos de la formación y en diversos escenarios, tales como los salones de clase, los laboratorios —incluyendo los de simulación—, los espacios de práctica clínica y las comunidades.

Teniendo en cuenta lo anterior, desde el año 2004 se creó un núcleo curricular enfocado en el desarrollo de la comunicación en los estudiantes de la Facultad de Medicina, que comenzó con el diseño e implementación de dos cursos de concentración en habilidades comunicativas. Hoy en día, el proceso inicia desde la admisión del estudiante, en el cual el aspirante que desea ingresar al pregrado de Medicina no solamente debe demostrar que tiene un desempeño académico sobresaliente, que se establece con la prueba de Estado, sino que además debe contar con características relacionadas con la integridad y el ser social, y aquellas orientadas hacia el perfil profesional del médico. En la entrevista se valoran algunas de las competencias de comunicación, como parte de los atributos deseados. Después de este proceso, desde el inicio de la carrera y en cada semestre se imparte al menos una asignatura en la cual se fomenta y se evalúa la enseñanza de las competencias comunicativas, promoviendo el desarrollo de la empatía, la compasión y el respeto en el acto médico. En la tabla 1.1. se muestra el desarrollo de las competencias comunicativas en los diferentes momentos del currículo.

Tabla 1.1. Desarrollo de competencias comunicativas en el currículo

Semestre

Curso

Aportes al desarrollo de las competencias comunicativas

1

Introducción a la Medicina

El estudiante observa los procesos de comunicación con los pacientes y familias, así como en los equipos de trabajo interdisciplinarios de la salud.

2

Habilidades de Comunicación I

Comprende la teoría de la comunicación humana en el contexto de la relación médico-paciente, con el fin de desarrollar habilidades comunicativas básicas, los usos del lenguaje verbal y no verbal, y las técnicas de entrevista, entre otras.

3

Ética Médica y Profesionalismo I

Conoce los fundamentos básicos de la ética y el profesionalismo médico.

3

Ética Médica y Profesionalismo I

Incrementa la capacidad argumentativa.

Comprende que el respeto a la dignidad de la persona se da principalmente por medio de actos de comunicación.

3

Principios de Desarrollo Humano

Conoce los hitos del desarrollo en las diferentes etapas del ciclo de la vida, incluido el desarrollo cognoscitivo y del lenguaje.

Desarrolla capacidades de trabajo en equipo y escritura de trabajos académicos.

4

Medicina Social

Desarrolla y afianza sus competencias comunicativas en la relación con las comunidades en sus espacios cotidianos, para llevar a cabo actividades de información y educación en salud.

5, 6 y 7

Semiología I y II

Sistemas Integradores

Promueve las habilidades de comunicación con el paciente y su familia durante la entrevista con el propósito de elaborar una historia clínica con respeto, sensibilidad, honestidad y compasión.

7 y 8

Sistemas de Salud I y II

Desarrolla habilidades de comunicación para trabajar en equipo, para el liderazgo y la educación para la salud.

7, 8, 9, 10

Cursos de Práctica Clínica

Promueve y afianza el desarrollo de las competencias comunicativas en los escenarios clínicos.

9

Habilidades de Comunicación II

Comprende y lleva a cabo el modelo de entrevista centrado en la persona en el contexto clínico.

Desarrolla habilidades comunicativas para informar y educar al paciente acerca de sus problemas y riesgos de salud, así como también para acordar el plan de manejo.

Desarrolla habilidades de comunicación complejas, como el abordaje de situaciones difíciles y la aplicación del modelo de entrevista motivacional, para apoyar y orientar al paciente en la modificación de hábitos de vida.

10

Ética Médica y Profesionalismo II

Fortalece la capacidad argumentativa en los procesos de análisis y resolución de dilemas éticos en la práctica médica.

11 y 12

Internado Obligatorio y Selectivo

Promueve y afianza el desarrollo de las competencias comunicativas en la atención clínica de pacientes, familias y grupos interdisciplinarios de trabajo.

“” Las voces de los egresados

Mi experiencia en la formación de las habilidades comunicativas en la Facultad de Medicina

Desde el inicio de nuestra formación como médicos uniandinos, nos enseñan que las habilidades de comunicación forman parte de las competencias fundamentales que debemos adquirir. Como estudiantes, muchos dudábamos sobre si podríamos aprender habilidades comunicativas o si, más bien, se trataba de un talento innato o adquirido en la familia, que unos poseían y otros no. Considerábamos que el aprendizaje de la comunicación en el proceso de formación no tenía sentido, ya que parecía más importante adquirir los conocimientos que creíamos que eran los únicos necesarios para ejercer como médicos.

Hoy, desde otra posición y con otra experiencia, puedo concluir que uno de los actos esenciales del quehacer médico es elaborar una historia clínica completa y adecuada, y ello solo es posible sobre la base de las competencias comunicativas. Desde el punto de vista de la práctica profesional a nivel personal, más allá de generar empatía con nuestros pacientes, tener la capacidad de dar malas noticias a los pacientes y a sus familias, obtener consentimientos informados, promover cambios de estilo de vida y lograr que un paciente acoja estos cambios o incluso un tratamiento médico, requiere no solo de gran conocimiento médico, sino también de maestría en las habilidades de comunicación.

Alejandra De Zubiría

Egresada en el 2012, directora de pregrado de la Facultad de Medicina

Un aspecto fundamental para destacar es la estrecha correlación entre el desarrollo de las competencias comunicativas y el desarrollo de las competencias éticas y profesionales. Vale la pena entonces mencionar las competencias que el estudiante debe tener en este ámbito (Association of American Medical Colleges, 2005):

1. Demuestra compasión, integridad y respeto por los demás.

2. Demuestra sensibilidad por la privacidad y autonomía del paciente, respetando las creencias, diversidad cultural, religiosa y de género que puedan existir.

3. Desarrolla una práctica médica interdisciplinaria, honesta, ética y respetuosa.

4. Reconoce su responsabilidad social con el paciente, con sus pares y con la sociedad dentro de su ejercicio profesional.

5. Trabaja con otros profesionales de la salud para establecer y mantener un clima de respeto mutuo, dignidad, diversidad, integridad ética y confianza.

6. Participa de manera activa asumiendo diferentes roles dentro de un equipo interprofesional, enfocados en el mejoramiento del cuidado del paciente, sus familias y comunidades.

En este sentido, los cursos de concentración en habilidades de comunicación hacen parte de un grupo de asignaturas elegidas por la Universidad para el desarrollo de la ética. La estrategia de formación ética en la Universidad de los Andes está a cargo del Centro de Ética Aplicada (CEA), el cual ha diseñado un modelo de enseñanza de la ética como parte del currículo (Davis, 2004) y que se desarrolla mediante cursos denominados épsilon. Estos son espacios para todas las disciplinas y profesiones, cuyo objetivo es la formación ética, para lo cual se desarrolla una secuencia de actividades de enseñanza y aprendizaje, así como actividades de evaluación que dan cuenta de los logros alcanzados.

Los cursos épsilon tienen propósitos de formación ética variados, desde el conocimiento y cuidado de sí mismo, hasta la identificación, análisis y solución de los dilemas propios del ejercicio de la profesión. También utilizan múltiples estrategias de enseñanza y aprendizaje, adecuados para el desarrollo de competencias relacionadas con la sensibilidad moral, la deliberación ética, la motivación y el compromiso con la acción ética (Montoya, 2015). Por otra parte, estudios confirman que los propósitos de formación ética que van más allá del desarrollo de capacidades cognitivas, es decir, más allá del razonamiento moral y la argumentación, se logran solo por medio de experiencias de aprender haciendo, como las que caracterizan el aprendizaje-servicio y, en general, los cursos con un componente práctico (Montoya y Cocomá, 2019).

Este es el caso de las asignaturas Habilidades de Comunicación I y II, de la Facultad de Medicina, las cuales tienen el carácter de cursos épsilon y han estado siempre vinculados al CEA