LOS TRES DOCUMENTOS
Aquellos pedazos de papel, casi destruidos
por el agua, sólo permitían distinguir algunas palabras sueltas,
restos indescifrables de líneas casi enteramente borradas. Lord
Glenarvan los examinó atentamente algunos minutos, los dio vuelta
hacia todos los lados, los puso a plena luz y trató de leer los
restos de las palabras que el mar había dejado y luego se dirigió a
sus amigos que lo rodeaban impacientes y ansiosos.
—Aquí hay, sin duda, —les dijo— tres
documentos distintos. Es posible que sean tres copias en tres
idiomas diferentes: inglés, francés y alemán, del mismo
mensaje.
—Pero, ¿se entiende qué sentido tienen?
—preguntó lady Glenarvan.
—Están tan arruinados que es difícil saberlo
ahora.
—Tal vez se puedan completar uno con otro
—opinó el mayor— ya que es muy difícil que el mar los haya borrado
precisamente en los mismos lugares. Quizás se puedan unir los tres
restos y encontrar así el sentido que ocultan.
—Eso es lo que haremos —dijo lord
Glenarvan—, pero debemos actuar con método. Veamos primero el
documento en inglés.
Esto era lo que quedaba:
62 Bri gow
sink tra
aland
skippGr
that monit of long
and ssistance lost
—No significa gran cosa —dijo desalentado el
mayor. —Pero, de todas maneras, está en buen inglés —respondió el
capitán.
—En muy buen inglés —dijo lord Glenarvan y
las palabras sink —zozobrar—, aland —a tierra—, that —esto—, and
—y—, lost —perdido—, están intactas y, sin duda, skipp es parte de
la palabra skipper capitán—, por lo que se trata de un señor Gr...
que probablemente es el capitán del buque náufrago.
—Además —agregó John Mangles—, podemos
interpretar monit como parte de monition —avisoy ssistance es sin
duda assistance —auxilio—.
—Ya tenemos algo —dijo lady Elena.
Desgraciadamente les faltaban líneas
enteras, no sabían aún el nombre del buque perdido, ni el lugar del
naufragio. Todos confiaban en averiguarlo y se pusieron a descifrar
los restos, más arruinados todavía, del otro papel, que mostraba lo
siguiente:
7 juni Glas
swei atrosen
graus
bring ihnen
John Mangles reconoció que estaba en alemán,
lengua que él dominaba perfectamente, así que lo estudió con
cuidado y luego dijo:
—Ya podemos saber la fecha del
acontecimiento: 7 de junio; uniéndolo al 62 que figura en el
documento inglés tenemos la fecha completa: 7 de junio de 1862. En
la misma línea figura Glas que uniéndola a gow nos da Glasgow, por
lo que se trata sin duda de un buque del puerto de Glasgow.
Todos aprobaron su interpretación y John
Mangles continuó:
—La segunda línea se ha perdido completa; en
la tercera aparecen dos palabras importantes: swei, que significa:
dos, y atrosen, es decir, matrosen, que quiere decir:
marineros.
—¿Entonces se trata de un capitán y dos
marineros?
—Probablemente, pero confieso que la segunda
palabra: graus no la comprendo, quizás se aclare con el tercer
documento. Las dos últimas palabras se explicaron claramente: bring
ihnen es prestadles y si unimos esto a la palabra que figura en el
documento inglés, leeremos claramente: prestadles auxilio.
—¡Sí!, ¡prestadles auxilio! —dijo
Glenarvan—, pero, ¿dónde están estos desdichados? Aún no tenemos
ningún dato acerca del lugar.
—Veamos el documento francés —propuso lord
Edward—. Este idioma lo conocemos todos y será más fácil la
investigación.
Esto era lo que quedaba del tercer
documento:
troj ats tannia
gonie austrel
abor
contin pr cruel indi
jete ongit
et 37° 11 lat.
—¡Miren, hay cifras!!Miren, señores!
—exclamó lady Elena.
—Actuemos con orden —dijo lord Glenarvan—,
permítanme analizar estas nuevas palabras dispersas e incompletas.
Veo que se trata de un buque de tres palos, su nombre es Britannia,
lo aclara este documento unido al inglés. De las dos palabras:
gonie y austrel esta última tiene clara significación para
todos.
—Es un dato de gran valor —respondió John
Mangles—, el naufragio ha ocurrido en el hemisferio austral.
—De gran valor, pero muy poco preciso
—agregó el mayor.
—Prosigo —añadió Glenarvan—, la palabra abor
es del verbo abordar evidentemente. Los infortunados han abordado
alguna tierra. ¿Pero, dónde? ¡Ah! contin: ¿un continente?;
¡cruel!
—Ahora se explica la palabra alemana graus,
es grausam: cruel.
—¡Adelante! —dijo Glenarvan que más se
entusiasmaba a medida que descubría el sentido de las palabras
incompletas. Indi... ¿será que los náufragos han sido arrojados a
la India? ¿Qué significa ongit? ¡Ah! longitud. Y acá dice en qué
latitud: treinta y siete grados once minutos. En fin, ya sabemos
algo más preciso.
—Pero no conocemos la longitud —dijo Mac
Nabbs.
—No podemos tenerlo todo, mi querido mayor
—le respondió Glenarvan—, pero algo hemos avanzado. Es evidente que
el documento más completo es el francés y que los tres contienen
palabra por palabra el mismo mensaje. Ahora los reuniremos,,
haremos una traducción completa y buscaremos el sentido más
probable a todo. Voy a escribir el documento reuniendo los restos
de palabras y frases truncadas, respetando los espacios que los
separan.
Tomó la pluma y poco después mostró a sus
amigos el resultado:
El 7 de junio de 1862, la fragata Britannia de
Glasgow zozobró en las costas de la Patagonia, en el hemisferio
austral. Dirigiéndose a tierra, dos marineros y el
capitán Grant van a intentar abordar el continente donde serán
prisioneros de los crueles indios. Han arrojado este documento a los...
grados de long. y 37° 11 de lat. Socorredlos o están perdidos.
En aquel momento un marinero le avisaba al
capitán que el Duncan entraba en el golfo de Clyde y que esperaba
las órdenes. John Mangles le preguntó al propietario cuáles eran
sus deseos y éste respondió:
—Llegar cuanto antes a Dumbarton
Inmediatamente partiré hacia Londres para entregar este documento
al Almirantazgo, mientras lady Elena regresa a Malcolm
Castle.
Mientras las órdenes se transmitían,
continuaron con la investigación. Era evidente que se trataba de
una catástrofe y que en sus manos estaba la salvación de esas
personas.
—Tenemos que considerar tres cosas distintas
en este documento: 1 ° lo que ya sabemos; 2° lo que podemos deducir
y 3° lo que ignoramos totalmente. ¿Qué sabemos con seguridad?
Sabemos que el 7 de junio de 1862, un buque de tres palos, una
corbeta o una fragata, la Britannia, de Glasgow, zozobró y que dos
marineros y el capitán piden auxilio y para ello arrojaron este
mensaje al mar a los 37° 11 de latitud.
—Perfectamente —dijo el mayor.
—¿Qué podemos deducir? Que este desgraciado
episodio ocurrió en los mares australes; además que la palabra
gonia parece indicar el nombre del lugar a que arribaron.
—¡La Patagonia! —exclamó lady Elena.
—Sin duda.
Sacaron un mapa de América del Sur y, en
efecto, el paralelo 37 pasa por la Patagonia, atraviesa la
Araucania, las Pampas y el norte de las sierras patagónicas y se
pierde en el Atlántico.
—Bien, continuemos. Los dos marineros y el
capitán abor... contin, ¿abordaron el continente? Y ahora estas
pocas letras nos permiten deducir que están prisioneros de los
crueles indios. ¿No les parece que esta interpretación encaja
perfectamente?
El entusiasmo de lord Glenarvan se contagió
a todos que aceptaron sin discusión lo que les proponía.
—Para mayor seguridad, haré averiguar en
Glasgow cuál era el destino de la Britannia.
—¡Oh! no hará falta averiguar tan lejos
—respondió John Mangles—, aquí tengo la colección de la Mercantile
and Shipping Gazette que nos dará la información precisa.
—¡Veamos, veamos! —exclamó lord
Glenarvan.
El capitán tomó un paquete de periódicos del
año 1862 y los hojeó rápidamente. Al poco rato dijo con gran
satisfacción:
—¡30 de mayo de 1862! ¡Perú! ¡El Callao! a
la carga para Glasgow, la fragata Britannia, ¡capitán Grant!
—¡Grant! —exclamó lord Glenarvan—, ¡el
valiente escocés que quiso fundar una Nueva Escocia en los mares
del Pacífico!
—Sí, el mismo que en 1861 partió de Glasgow
en la Britannia y del cual no se volvieron a tener noticias.
—¡No hay dudas! ¡No,hay dudas! —dijo
Glenarvan—. Es él. La Britannia salió del puerto de El Callao el 30
de mayo y el 7 de junio, ocho días después, se perdió en las costas
de la Patagonia.
Aquí está su historia revelada por los
restos de su mensaje. Sólo desconocemos ahora el grado de
longitud.
—No nos hace falta, —respondió el capitán—,
ya que como la región es conocida, podría sólo con la latitud ir
derecho al escenario del naufragio.
—¿Entonces lo sabemos todo? —dijo lady
Elena.
—Todo, mi querida Elena. Lo que el mar ha
borrado voy a rehacerlo con tanta exactitud como si me dictase el
propio capitán Grant.
Tomó nuevamente la pluma y sin vacilaciones
completó:
El 7 de junio de 1862, la fragata Britannia de
Glasgow zozobró en las costas de la Patagonia, en el
hemisferio austral. Dirigiéndose a tierra, dos marineros y el
capitán Grant van a intentar abordar el continente donde serán
prisioneros de los crueles Indios. Han arrojado este
documento a los... grados de long. y 37° 11 de lat. Socorredlos
o están perdidos.
—¡Bien, bien!, mi querido Edward, si estos
desdichados logran volver a su patria, te deberán esa indecible
felicidad.
—¡Volverán! Este documento es sumamente
claro y explícito como para que, sin vacilar, Inglaterra vuele en
socorro de sus tres hijos perdidos en una costa desértica. Ya lo
han hecho por Franklin y muchos otros y lo harán también por los
náufragos de la Britannia. Y haré también saber a sus familiares
que no está perdida toda esperanza. Y ahora, amigos, subamos a
cubierta que ya debemos estar cerca del puerto.
En efecto, el Duncan que venía a toda
marcha, costeaba en aquel momento la isla de Bute, dejaba a
estribor Rothesay con su encantadora ciudad recostada sobre un
fértil valle. Después entró en el golfo, evolucionó frente a
Greenwich y, a las seis de la tarde, ancló al pie de la roca de
Dumbarton, coronada por el célebre castillo de Wallase, el querido
héroe de Escocia.
Allí se despidieron con un fuerte abrazo
lady Elena y su esposo; ella iría a Malcolm Castle con el mayor y
él viajaría directamente en tren a Glasgow. Antes de marchar había
confiado un mensaje al telégrafo eléctrico; era el siguiente
anuncio para ser publicado en las páginas del Times y del Morning
Chronicle:
Para conocer algunos datos sobre el
paradero de la fragata Britannia, de Glasgow, y de su
capitán Grant, dirigirse a lord Glenarvan, Malcolm
Castle, Luss, condado de Dumbarton, Escocia.