La Flama de Navidad del Alfa: Un Romance Paranormal - AJ Tipton - E-Book

La Flama de Navidad del Alfa: Un Romance Paranormal E-Book

AJ Tipton

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Beschreibung

Cuando una hermosa mujer que se transforma en oso y un bombero sensual se conocen, ¡la temporada de festejos se vuelve muy, muy caliente! 

La brillante mujer oso Donna Mechka ha pasado toda su vida intentando cumplir con las expectativas de su familia acaudalada. Cuando un ex bombero humano, Dean, entra al lobby de su hotel en la víspera de Navidad, parece que podría haber encontrado al hombre de sus sueños. Pero cuando las investigaciones de Dean lo acercan a descubrir los secretos mágicos del hotel, Donna debe decidir qué es más importante: su carrera o su nuevo amor. 

Dean Michaelson amaba la Navidad, pero ya no. Cuando su nuevo trabajo como inspector de incendios lo lleva al hotel de hielo en donde Donna trabaja, teme haberse encontrado con una trampa de muerte nuclear. Cuando sospecha que Donna, la gerente con curvas sensuales, está escondiendo la verdad, Dean no tiene otra opción más que investigar por su propia cuenta, sin saber que está entrando a un mundo de peligro y magia. ¿Se extinguirá la atracción creciente entre Dean y Donna antes de que pueda realmente encenderse? 

Este romance paranormal para adultos incluye a hadas valientes, un caliente juego de póker de prendas y un romance con un bombero demasiado caliente para soportar. 

Esta novela INDEPENDIENTE es parte de la serie "El hombre oso multimillonario" que se puede leer en cualquier orden. No hay momentos de suspenso al final y cada historia termina como se debe: con un “felices para siempre”. 

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La Flama de Navidad del Alfa

Un Romance Paranormal

AJ Tipton

Traducido porLaura GS Alvarez

Illustrated byPadrón

Copyright © AJ Tipton 2015 El derecho de AJ Tipton a ser identificada como la autora de este trabajo ha sido afirmado por ella en conformidad con Copyright, Designs and Patents Act de 1988 (Ley de derechos de autor, diseños y patentes de 1988) (u otra ley similar, dependiendo de su país). Todos los derechos, reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en ninguna forma o por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopias, grabaciones u otro medio) sin la previa aprobación por escrito de la autora, exceptuando casos de citas breves como parte de una reseña o artículo. No puede ser editado, modificado, prestado, revendido, alquilado, distribuido o circulado de alguna otra manera sin el consentimiento por escrito del editor. Se pueden obtener los permisos en [email protected]

Este libro es para la venta a un público adulto solamente. Contiene escenas sustancialmente explícitas y leguaje gráfico que puede considerarse ofensivo por algunos lectores.

Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, nombres, lugares e incidentes que aparecen aquí son ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, organizaciones, eventos o locales es pura coincidencia.

Todos los personajes sexualmente activos en esta obra son de 18 años o mayores.

Creado con Vellum

Este año, Dean odiaba Navidad.

Era la víspera de Navidad y Dean estaba parado en el lujoso hotel de hielo jalando su corbata. El nudo Windsor lo sofocaba lo suficiente, estaba seguro de que el pedazo de tela lo quería estrangular. Dean intentó modificar su ceño fruncido para convertirlo en una expresión agradable y profesional pero no estaba seguro de haberlo logrado. Se recordó a sí mismo que no era culpa de la recepcionista que esta temporada del año se sintiera como una pesadilla interminable.

Sé amable. Sé cordial. Haz tu trabajo. Dean repitió las palabras en su cabeza una y otra vez.

Todo el lobby del Hotel de Hielo Wondernasium estaba repleto de decoraciones navideñas - riesgos de incendio en potencia - sin importar a dónde volteara. No vio a ningún otro huésped en el lobby, solo una oleada de personal uniformado que corría de un lado a otro colgando los detalles decorativos de último momento.

La hermosa recepcionista estaba tecleando de una forma tan furiosa en su computadora que ni siquiera había volteado a verlo.

“Hola,” aclaró su garganta fuertemente. Dean era un hombre grande, de más de 1.80m de altura y con una complexión de bombero aún después del accidente que lo había dejado con la única opción de trabajar desde un escritorio durante el último año. Generalmente las personas no lo pasaban por alto. Lo intentó de nuevo, colocando una mano sobre el escritorio. “Soy Dean Michaelson y soy del Buró de Prevención de Incendios. Vine a hacer la revisión anual de sus precauciones de emergencia y seguridad respecto a incendios.”

Ella siguió tecleando.

Me he visto reducido a esto, Dean pensó. Un oficinista al que pasan por alto. Siempre había sentido lástima por las personas que no eran exitosas en el campo de acción y que estaban condenadas a hacer inspecciones de edificios. Ahora, por culpa de la maldita Navidad del año pasado, había sido forzado a hacer exactamente lo mismo.

Dean cambió su peso, pero los dedos de la recepcionista – la placa en su solapa con su nombre decía “Donna” – siguieron volando a lo largo de su teclado. La computadora pitó y ella hizo una mueca antes de voltear a verlo.

Cuando finalmente registró la presencia de Dean, sus ojos se abrieron, se posaron sobre la cara y hombros de Dean por un segundo. Sus dedos dejaron de moverse.

“Bienvenido al Hotel de Hielo Wondernasium. ¿Dijiste que ibas a registrarte en la suite de Luna de Miel?” Donna preguntó.

“No, yo…”

Hubo un sonido de golpe detrás de él y Dean volteó automáticamente. Un botones con un sombrero de una forma extraña estaba empujando un gran carro de paquetes hacia una puerta con un letrero de “Alberca”. De reojo, vio a Donna que desesperadamente agitaba sus manos al botones, pero cuando Dean volteó de nuevo hacia el escritorio, ella estaba recargada casualmente sobre un brazo con una expresión demasiado inocente en su cara. Él podía escuchar al botones alejándose en la dirección opuesta.

“¿Te vas a registrar para las vacaciones?” Ella le sonrió y Dean sintió cómo él sonreía de vuelta. Por un segundo, deseó verdaderamente estar registrándose para poder mantener la sonrisa en la cara de Donna.

“Tenemos muchas habitaciones disponibles,” ella continuó. “Me han dicho que hospedarse en una de nuestras cuevas de hielo es como pasar las vacaciones con Santa mismo.” Ella guiñó un ojo. “Y no puedo creer que un bombero hermoso como tú esté solo.”

“Yo era bombero,” él dijo, enfatizando el tiempo pasado. “¿Cómo supiste?”

Ella lo miró de arriba a abajo de nuevo, pareciendo registrar cada centímetro de él. Él no pudo evitar detenerse un momento para apreciar los brillantes ojos azules de la recepcionista, su adorable cabello corto que apenas tocaba su quijada y sus increíbles curvas.

Ella sonrió y él sintió una ligereza en su pecho que no había sentido en mucho tiempo. “Tienes unos callos muy distintivos en tus manos por cargar el equipo, tus ojos se detienen de una forma muy particular en las velas y otros objetos que podrían quemarse y…” Su cara se sonrojó. “Tu cuerpo…” Ella hizo un ademán señalando todo su cuerpo. “En general.”

Sus ojos se posaron en el pecho y hombros de Dean de nuevo y él sintió cómo se paraba un poco más derecho y apretaba sus músculos.

“Soy buena para leer a las personas.” Ella aclaró su garganta y se sentó más derecha, tomando una pluma de una tasa cercana. “Algo que no puedo descifrar de tus fuertes bíceps es cuántos días planeas hospedarte aquí.”

“Tristemente, estoy seguro de que un lugar como este está fuera de mi alcance. Estoy aquí por trabajo,” él dijo, sin poder ignorar el ligero rubor de orgullo que mostró cuando ella mencionó sus “fuertes bíceps”. “Estoy aquí para realizar una inspección de sus sistemas de incendios y seguridad. Necesito hablar con alguien sobre las precauciones que están tomando, revisar el hotel, su cuarto eléctrico. Cosas así.” Los ojos azules se abrieron en alarma. “Se le debió avisar al gerente que iba a venir.”

“Ay dioses, ¿eso era hoy?” Ella pasó sus dedos por su cabello, agarrándolo fuertemente de forma que lo jalaba sobre el contorno de su cara. El teléfono junto a ella sonó y lo levantó de su lugar rápidamente.

“Hotel de Hielo Wondernasium, todo congelado todo el tiempo. ¿Cómo puedo ayudarle?”

Dean no podía escuchar las palabras del otro lado de la línea pero el tono del Cliente Furioso era reconocible aún a unos metros de distancia. La sonrisa de Donna no titubeaba pero unas cuantas líneas duras aparecieron a los lados de su boca.

“Siento mucho escuchar eso, señora, enviaré a alguien para lidiar con la sirena de su bañera de inmediato. Debe haber ocurrido una confusión con las habitaciones. ¿Puedo ponerla en espera por un segundo?”

¿Sirena? Dean le dio vueltas en su cabeza intentando descifrar qué tipo de código era ese. Solo tengo 27 años y ya no estoy actualizado con los manierismos nuevos.

Donna colgó el teléfono y volteó a verlo. “Hola. Perdón por eso. Soy Donna Mechka.” Ella estiró su mano sobre el escritorio para estrechar la de Dean. La piel de Donna era tan suave que Dean deseaba acariciar sus nudillos con sus dedos, pero se forzó a soltarla. “El gerente y el dueño salieron de vacaciones juntos. Sólo los estoy cubriendo por unos cuantos días.” El teléfono sonó. “Si puedes esperarme un segundo...” Presionó un botón del teléfono y dijo, “Jimmy, ¿le podrías decir a Attina que preparamos la habitación 109 para ella y que si podría amablemente mantenerse lejos de las bañeras de otros huéspedes?”

“Puedo ver que estás ocupada y no necesito tomar mucho de tu tiempo. Solo necesito el acceso al…” Dean le susurró a Donna, quien aún tenía el teléfono sobre su oreja.

La cara de Donna parecía dramáticamente arrepentida y movió su boca sin hacer sonido diciendo, “Lo siento, solo un segundo más.”

Ella presionó otro botón y habló con una voz profesional. “Muchas gracias por esperar, por favor avísenos si hay algo más que podamos hacer para que tenga una estancia placentera.” Ella asintió con el teléfono, pareció darse cuenta de que estaba asintiendo y después dijo en voz alta, “Sí, por supuesto. Claro que podemos ayudar con eso. Una disculpa por la confusión.” Presionó el botón para colgar, después presionó uno de los botones programados para marcar rápido. “¿Jimmy? Olvídate de sacar a la sirena. Estaba invitada. Pídele a Lola del bar que envíe una botella de champaña y unos chocolates rellenos de algas de mar a cuenta del hotel. El Sr. Jameson solo estaba molesto porque el mini-bar no estaba lleno de bocadillos que pudieran comerse bajo el agua.” Ella colgó.

Donna volteó [...]