Vivir loco y morir más - José Zorrilla - E-Book

Vivir loco y morir más E-Book

José Zorrilla

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Beschreibung

Vivir loco y morir más es una obra teatral de José Zorrilla. Escrita con apenas veinte años, narra la historia de unos jóvenes apasionados y su ansia por vivir con toda intensidad, un artista entregado al alcohol y un drama que mezcla el honor y la venganza en un velado reflejo de la España de la época del autor.-

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José Zorrilla

Vivir loco y morir más

 

Saga

Vivir loco y morir másCover image: Shutterstock Copyright © 1905, 2020 José Zorrilla and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726562057

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAJES

PABLO ROMÁN. ALBERTO. JULIÁN. ANA. LUISA. PEREIRA, portugués.

Acto I

El ponche

Habitación de PABLO ROMÁN, de aspecto casi miserable; una mesa, sillas, papeles, dibujos, y en un caballete un retrato sin concluir. Unos floretes colgados en la pared.

Escena I

ALBERTO sentado, y ROMÁN en pie, por la escena.

ROMÁN

(Señalando en la mesa una moneda de oro.)

Es el último doblón.

ALBERTO

Suerte, por cierto, cruel.

ROMÁN

Brindemos juntos con él

a nuestra separación.

Mañana, lo mismo que hoy,

5

traerá sus horas el día;

nos queda nuestra alegría

en el alma, Alberto.

ALBERTO

Estoy

de ello penando en extremo.

¿No hay más remedio, Román?

10

ROMÁN

Los días vienen y van,

y que no ha de llegar temo

el mío.

ALBERTO

La suerte acaso

te guarda mejor fortuna.

ROMÁN

Es tardía, es importuna,

15

y en impaciencia me abraso.

¡ Tantas horas de esperar,

tantos días de dolor,

aguardando otro mejor

que jamás ha de llegar!

20

¡Y soñando gloria y nombre

sentado al dintel de un cielo,

arrastrarse por el suelo

bajo la planta del hombre!

No más, Alberto, por Dios,

25

hoy es nuestra despedida:

tal vez otra en esta vida

nos hallaremos los dos.

ALBERTO

Román, ¿y así se abandona

tanto afán, tanta esperanza?

30

¿Sin amargura se alcanza

esa soñada corona?

Trabaja, sufro y espera,

que en el sufrir y esperar

está acaso el encontrar

35

esa fama venidera.

ROMÁN

Decidido, Alberto, estoy;

de nosotros olvidados,

ó famosos ó ignorados,

bebamos alegres hoy.

40

Nuestro es el día presente,

de los necios el mañana,

la vida es corta y liviana

para todos igualmente.

Soñé desde que nací

45

esos fantasmas de gloria,

y hoy no encuentro en mi memoria

un recuerdo para mí.

Todo en la tierra es vacío;

la amargura y el placer,

50

y mañana, y hoy y ayer,

presa son del tiempo impío.

Riamos, pues, y cantemos,

el alma de llanto ajena,

que tal vez la será en pena

55

el tiempo que no gocemos.

(Un momento de pausa.)

Mira, mil veces pensé

que sólo al cuerpo convida

con ocio y placer la vida;

pero al alma, ¿para qué?

60

Este cuerpo es un encierro,

del otro mundo antesala;

vida el cielo le señala,

muere, y acaba el destierro.

Si el cuerpo no ha de vivir,

65

acertado, a fe, es dejar

al ánima descansar,

y al cuerpo inútil morir.

ALBERTO

¿Y tu entusiasmo, Román?

¿Tu ambicioso pensamiento?

70

ROMÁN

Borrándose con el viento,

las cosas del mundo van.

Ambición tuve de ser

grande, y dejar en la historia

famosa y alta memoria,

75

pero esto, Alberto, era ayer.

Hoy hallé mi corazón

menos osado, más frío.

Juzgué ese afán desvarío,

y lugar di a la razón.

80

ALBERTO

A tu razón extraviada,

y a tu ambición no cumplida.

ROMÁN

Y, francamente, esta vida

no creo merezca nada

El mundo es jaula de locos,

85

los más locos gozan más;

mas son pocos.

ALBERTO

Y ¿no harás

por ser, Román, de los pocos?

El mundo será ilusión,

locura será cual dices,

90

mas si hay tristes y hay felices.

algunos mejores son.

Si el poder y la riqueza,

el orgullo y la hermosura,

son por cierto una locura,

95

en la locura hay grandeza.

Ese sublime entusiasmo

que ayer existía en ti,

hoy, ¿no te merece, di,

nada?

ROMÁN

A lo más un sarcasmo;

100

porque hoy veo más que ayer,

y esos fantasmas de oro,

esos sueños que hoy adoro,

mañana he de aborrecer.

En fin, yo quiero reir,

105

cantar, beber y esperar

el día en que ha de acabar

nuestra misión de sufrir.

Ese es mi último doblón,

y hoy es nuestra despedida,

110

si ha de ser en esta vida

de eterna separación...

ALBERTO

¡Ah! ¿Estás loco?

ROMÁN

Loco estoy.

ALBERTO

¿eterna ha de ser? ¿Por qué?

ROMÁN

No hablemos más: no lo sé;

115

pero un día grande es hoy.

(Sale por la puerta del fondo.)

Escena II

ALBERTO.

ALBERTO

¡Maldita ambición de ser

más de lo que puede un hombre!

¡Maldita ambición de un nombre

con que no hemos de poder!

120

Sí, ¡maldita esa locura,

bastarda pasión impura,

de querer ganar la altura

sin pisar un escalón!

Apagóse su osadía,

125

y hoy es un último día...

¡Ay! ¡Para volar tenía

alas en el corazón!

Y, por cierto, él es poeta,

grande el alma como el mundo;

130

mas por no ser el segundo,

a la nada se sujeta.

Escena III

ALBERTO y ROMÁN.

ROMÁN

Pues, señor, ponche tenemos.

Con él la memoria ahoguemos;

cuando borrachos estemos,

135

en nada hemos de pensar.

¿A qué ese abatimiento?

yo quiero verte contento;

si, al fin, placer y tormento

con el tiempo han de acabar.

140

(Llaman a la puerta.)

¡Hola! ¡Otro interlocutor!

Sin duda ha errado el camino.

(Alto.)

A la puerta del vecino,

si sois un acreedor.

JULIÁN

(Dentro.)

Abre, soy yo.

ROMÁN

(Abriendo.)

¡Tarambana,

145

aguardaras a mañana!

Con esa voz de campana,

¿por qué no gritas: «¡Abrid!»?

Van a traer la ponchera.

JULIÁN

Más a tiempo no viniera

150

a descomunal quimera

contra los moros, el Cid.

Escena IV

ROMÁN, ALBERTO y JULIÁN.

JULIÁN

Y ¿á qué santo es la función?

ROMÁN

A mi mudanza de vida.

JULIÁN

Con esa resolución,

155

la difunta Inquisición

se diera por bien servida.

Una conversión tamaña,

eco hallará en toda España.

(Riéndose.)

¡Pues debajo del sayal,

160

no será mala cucaña

este infolio de moral!

ROMÁN

Pero, hombre, ven, óyeme...

JULIÁN

¿Qué más tienes que añadir?

ROMÁN

Mira, de hoy más no seré...

165

JULIÁN

¿Pues no lo acabo de oir?

No digas más. ¿Para qué?

ROMÁN

¡Loco! Ya no hay poesía

ni bellas artes en mí.

ALBERTO

¡Locura es la tal porfía!

170

ROMÁN

Este es el último día

que estamos juntos así.

JULIÁN

¿Esa es pulla?

ROMÁN

No, por cierto.

JULIÁN