Su Destino Aparente - AJ Tipton - E-Book

Su Destino Aparente E-Book

AJ Tipton

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Beschreibung

El Amor es el mejor escape. 

En un reino mágico lejano, vivían príncipes encantados, mujeres guerreras y magia poderosa. Su Destino Aparente es una nueva versión sexy de Rapunzel con cambio de género, en la cual los héroes se han convertido en heroínas, las heroínas se han convertido en héroes y nada es lo que parece. 

El atractivo oráculo Rapunzel, está encerrado en la torre de un malvado hechicero. Resignado a su destino, él ha decidido hacer únicamente lo que su larga y mágica barba predice. Cuando una hermosa enana llamada Parker irrumpe en su mundo con un atrevido plan de escape, Rapunzel deberá decidir si él quiere abandonar la seguridad de su confinamiento por un mundo de incertidumbre. 

Parker ansía las aventuras. Enviada por su reina para rescatar a Rapunzel, Parker pronto se da cuenta de que escapar de una fortaleza mágicamente protegida puede ser más peligroso de lo que pensó. Cuando ella descubre que el oráculo no es el único prisionero de la torre, Parker deberá hacer lo que sea necesario para lograr salvar a todos. ¿Podrán Rapunzel y Parker unirse para vencer a su peligroso enemigo? 

Esta novela sexy para adultos incluye travesuras de gran riesgo, criaturas peligrosas con juegos de palabras y un amor que ni siquiera la magia puede predecir. 

Esta novela INDEPENDIENTE es parte de la serie “Sexys cuentos de hadas al eevés” la cual puede ser leída en cualquier orden. No hay finales de suspenso y cada uno termina como debe: con un “felices para siempre”.

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Su Destino Aparente

Un Recuento de Rapunzel con Cambio de Género

AJ Tipton

Traducido porLorena De Isla

Copyright © AJ Tipton 2015 El derecho de AJ Tipton a ser identificada como la autora de este trabajo ha sido afirmado por ella en conformidad con Copyright, Designs and Patents Act de 1988 (Ley de derechos de autor, diseños y patentes de 1988) (u otra ley similar, dependiendo de su país). Todos los derechos, reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en ninguna forma o por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopias, grabaciones u otro medio) sin la previa aprobación por escrito de la autora, exceptuando casos de citas breves como parte de una reseña o artículo. No puede ser editado, modificado, prestado, revendido, alquilado, distribuido o circulado de alguna otra manera sin el consentimiento por escrito del editor. Se pueden obtener los permisos en [email protected]

Este libro es para la venta a un público adulto solamente. Contiene escenas sustancialmente explícitas y leguaje gráfico que puede considerarse ofensivo por algunos lectores.

Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, nombres, lugares e incidentes que aparecen aquí son ficticios. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, organizaciones, eventos o locales es pura coincidencia.

Todos los personajes sexualmente activos en esta obra son de 18 años o mayores.

Fotografías de portada proporcionadas por BigStock.com, Flickr.com, Archivos Morgue, y Upsplash.com. Diseño gráfico por Lydia Chai. Traducción por Lorena De Isla.

Creado con Vellum

Los gritos y estruendos desde la entrada de la torre estaban volviendo loco a Rapunzel. El clamor había estado continuando toda la mañana y no sonaba como si fuera a detenerse pronto. Justo cuando comenzaba a concentrarse, otro golpe explotó desde abajo y perdió la concentración. Con este incesante escándalo, ¿cómo se suponía que podría lograr una lectura apropiada en el futuro?

— ¿No lo pueden entender? —Después de un año de vivir solo en la celda más alta de la torre de un malvado hechicero, a Rapunzel ya no le preocupaba hablar consigo mismo—. El futuro no viene a mí simplemente, ¡necesito pensar! —él inclinó su cabeza asomándose por la ventana de la torre, gritando a una diminuta figura de cabello-rosado allá abajo: — ¡Ya cállate y vete!

— ¡Eey! ¡Tú el de la barba! —La voz era femenina, pero más grave de lo que Rapunzel esperaba, con un timbre ronco aun cuando gritó.

Rapunzel trató de ignorar a la mujer, volviéndose a sentar en su silla de lectura y extendiendo su larga barba color café, en una mesa especial que Mal el Hechicero le había suministrado. Las hebras de la barba brillaban en el sol. Eran tan largas que llegaban más allá de los pies de Rapunzel cuando él estaba de pie. Extendida a lo largo de la mesa de cristal, las hebras individuales temblaron ligeramente cuando Rapunzel tomó un profundo respiro.

—Vello cúrvate y brilla —Rapunzel masculló, hundiéndose en su silla mientras profundizaba sus respiraciones, sintiendo ralentizar los latidos de su corazón dentro de su pecho—. Se mi sueño… Futuro ven… Todo sea hecho —mientras decía el encantamiento, las hebras de vello comenzaron a moverse, sus líneas formando una imagen que pronto se aclaró. Él sonrió mientras miró la interpretación final: una imagen de sí mismo comiendo panqueques.

—Bien. Un día bueno, predecible —él le dijo a la mesa.

— ¡Chico de la barba! ¡Ven acá abajo y abre la maldita puerta, por todos los dioses! —La mujer gritó, su voz clara a pesar de la distancia, seguida de otro ruidoso golpe desde abajo.

La imagen formándose en el vello se disolvió, las hebras cambiando en el incierto bosquejo de un futuro cambiante en constante-movimiento.

—Maldita sea —Rapunzel dijo, dando un manotazo sobre la mesa—. Mujer disruptiva, desordenando el futuro. Yo no pedí esto —él caminó hasta la ventana, sosteniendo la cola de su barba para aliviar algo del peso jalando de su barbilla.

La mujer con el cabello rosa brillante, era más bajita de lo que él calculó primero. Era difícil decir exactamente qué tan alta era ella, pero considerando cómo su cabeza apenas alcanzaba hasta la mitad de la puerta principal, Rapunzel dudó que a él, le llegara más arriba del hombro.

Objetos rotos estaban esparcidos a lo ancho de la entrada de la torre. Ella debió haber tratado de tirar abajo la puerta principal de Mal, pero eso era imposible. La torre era inexpugnable. Mal era un hechicero todopoderoso temido a lo largo de toda la región. Rapunzel estaba demasiado lejos para ver con claridad qué objetos eran, aunque pensó que uno de ellos se veía como una espada hecha de queso.

—Eso no puede estar bien —masculló para sí. Estaba a punto de regresar a su habitación e ignorar a la aspirante de intrusa, cuando ella sacó un perchero enorme del doble de la altura de su cuerpo, de una bolsa no más grande que un puño, que llevaba colgada al hombro. Sus ojos se abrieron con asombro cuando la mujer diminuta aventó el perchero a la puerta de Mal, con toda su fuerza. Un destello de luz brilló cuando el perchero golpeó la barrera mágica de la torre, una ráfaga de energía mágica lanzó a la mujercita volando hacia atrás. Rapunzel dejó escapar un suspiro de alivio cuando ella saltó sobre sus pies y comenzó a gritarle obscenidades a la puerta.

Ella hurgó en su bolsa otra vez, su brazo desapareciendo profundamente dentro de lo más hondo de la bolsa de lo que parecía ser posible, entonces sacó un par de pequeñas alas doradas, y se agachó para fijarlas a sus zapatos.

— ¿Qué estás haciendo? —Rapunzel le gritó, sintiéndose inquieto.

La mujer levantó la vista, con el ceño fruncido, enojada. — ¿Qué parece que estoy haciendo? —ella contestó. Saltó poniéndose de pie y golpeó sus talones uno con otro—. Voy a entrar en esa torre, y solo tienes una ventana —las alas en sus zapatos comenzaron a aletear, y ella balanceó sus brazos para equilibrarse mientras se alzaba del suelo. A Rapunzel se le revolvió el estómago.

— ¡No! ¡Detente! —Rapunzel gritó, inclinándose tanto por fuera de la ventana que casi se cae por el peso de su barba. Él movió sus brazos atrás y adelante desesperadamente—. ¡No vueles más cerca! —Su barbilla se sacudió hacia delante cuando el largo completo de su pesada barba cayó abajo del costado de la torre, recorriendo casi tres pisos.

La terca mujer continuaba acercándose, sus zapatos voladores llevándola lentamente más arriba y más cerca de la última línea de defensa de Mal.

— ¡Escúchame! —Rapunzel intentó nuevamente. Él agarró el libro más cercano de un librero y se lo aventó, tratando de tumbarla del aire antes de que llegara demasiado alto. El libro le rebotó en un hombro y ella volvió a echar maldiciones.

— ¿Qué es lo que te pasa? —La mujer tomó velocidad, volando más cerca de la pared de la torre. Casi llegaba a la parte inferior de la barba colgante—. ¡Estoy tratando de rescatarte, peludo imbécil!

— ¡Y yo estoy tratando de salvar tu vida! —Rapunzel gritó. Ahora ella estaba demasiado arriba. Si ella caía, seguro no se salvaba—. La torre tiene trampas. Si llegas más alto, ¡Te vas a morir!

La mujer estaba lo suficientemente cerca que él podía ver más detalles en su rostro. Sus ojos eran un poco demasiado pequeños, y su nariz demasiado grande para una belleza clásica, pero su barbilla era fuerte y sus pómulos eran altos y suficientemente definidos para darle a su rostro una especie de drama fascinante.

Ella rio y dijo burlonamente: —Soy una enana. Soy inmune a la magia.

Rapunzel sacudió su cabeza. — ¡No! Esta torre pertenece a Mal. El Mal. No puedes ser inmune a su magia. ¡Debes regresar! ¡Ahora!

Demasiado tarde. La pared invisible brilló con energía justo cuando ella la alcanzó.

— ¡Mierda! —ella gritó cuando la fuerza de la barrera la golpeó en el aire, aplastándola contra la pared de la torre. Las alas en sus zapatos dejaron de trabajar cuando la magia falló, y ella se agarró de las piedras resbalosas, tratando de sujetarse. Sus dedos de manos y pies se clavaron en la pared, pero ella se estaba resbalando.</ [...]