Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
El espanto de Toledo es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. En este caso, la trama se articula en torno a un hidalgo toledano que desaparece para batirse en su enésimo duelo el mismo día que su hijo mayor regresa de Londres tras un largo viaje.-
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 108
Veröffentlichungsjahr: 2020
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Pedro Muñoz Seca
Estrenada en el TEATRO CALDERON, de Valladolid, el 26 de septiembre de 1926 y en Madrid, en el TEATRO INFANTA ISABEL, el 8 de octubre del mismo año.
Saga
El espanto de Toledo Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1925, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508598
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com
Esta obra es propiedad de su autor, y nadie podrá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni en los paises con los cuales se hayan celebrado, o se celebren en adelante, tratados internacionales de propiedad literaria.
El autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados y representantes de la Sociedad de Autores Españoles son los encargados, exclusivamente, de conceder o negar el permiso de representación y del cobro de los derechos de propiedad.
_______
Droits de représentation, de traduction et de reproduction résérves pour tous les pays, y compris la Suéde, la Norvége et la Hollande.
_________
Queda hecho el depósito que marca la ley.
A Fedro Sepúlveda
Gabinete de estudio en casa del catedrático de Historia Natural del Instituto de Toledo. Una puerta en el lateral izquierda (actor) y balcón en el foro.
A ambos lados del balcón librerías atestadas de libros, y sobre ellas trozos de minerales y algunos pajarracos y bichos disecados. En el costado de una de estas librerías, o en una de las jambas del balcón, unos tirantes de goma para hacer flexiones de brazos. Cerca del balcón una mesa llena de libros y de papeles y entre ellos unas pesas de gimnasia. Otras pesas más grandes en el suelo. A la derecha, adosada a la pared, una amplia camilla muy bien vestida y tapeteada, y sobre ella, en gran cantidad, montones de legajos y pilas de libros. Un par de butacones, uno de ellos con atril para leer en él más cómodamente, y varias sillas volantes completan el mobiliario.
En las paredes, manoplias con armas modernas, grabados con alegorías de la cátedra que desempeña el señor de la casa, títulos, diplomas y fotografías, sin que falten esos cuadros antipatiquísimos, que rememoran la terminación del bachillerato o de la carrera, de todos los alumnos de una misma promoción.
Es de día. En el mes de mayo. En Toledo.
Al levantarse el telón, están en escena Cruz, Fe y O. Cruz, que ha cumplido ya los cincuenta años, está sentada en uno de los butacones y toma nerviosamente la taza de tila que le ofrece Fe, su sobrina, una muchacha monísima. Doña O, señora de compañía de Fe, mujer de más de cuarenta años y que daría cuantos le pidieran por no tener más de treinta y cinco, busca entre los papeles de la mesa y de la camilla.)
cruz Acabará conmigo de un disgusto; estoy segura.
fe Vamos tía, no hay que ponerse así; esta alarma de hoy carece de fundamento. Verá usted como no hay tal desafío. Bueno, y si lo hay volverá papá sano y salvo como tantas otras veces. ¿Verdad, doña O?
o Ojalá, Fe. Ojalá. Pero tanto va el cántaro a la fuente que la rotura es evidente.
cruz En uno de estos sustos dice mi aorta, aquí estoy yo, y te quedas huérfana de tía como te quedaste huérfana de madre.
fe Vaya, déjese de pesimismos y tome otro poco de tila. (Le acerca la taza a los labios.)
cruz ¡Es mucho Rosario! Batirse hoy, cuando vuelve tu hermano de Londres, después de tres años de ausencia... ¡Jesús!... ¿Qué, doña O? ¿Tampoco hay ahí carta ninguna?
o Tampoco, doña Cruz. Ni en el despacho, ni aquí en el cuarto de estudio ha dejado nada escrito.
cruz Menos mal. Eso me indica que el duelo no ha sido a muerte. Siempre que se ha batido a muerte ha dejado bien a la vista sus instrucciones.
o Pero ¿con quién se batirá? Estoy perpleja. Porque él no tiene ya enemigos en Toledo. A todos se los ha ido cargando poco a poco.
cruz (Molesta.) ¡ Esas palabras, O!
o ¿Eh?
cruz Cualquiera que la oyese, qué sé yo lo que creería de mi hermano.
o He querido decir, señora, que sus enemigos o se han rendido ante él o él los ha eliminado en el campo de Cabriñana.
fe Fundándome en eso creo yo que lo de hoy no ha debido de ser duelo, sino simplemente un paseo matinal. Porque, después de todo, sabemos que salió en automóvil del Casino, a eso de las diez, en compañía de Jaime Sampedro, Antonio Sanjuan y Santiaguito Pena, el médico.
o Pues de barro y con panza, botija o tinaja. Los dos padrinos y el médico. A esas horas de la mañana no iba a ir de asueto por ahí. y menos con Sanjuan, Sampedro y Santiago.
cruz La compañía de Santiaguito Pena es lo que más me ha inquietado. Como es el médico obligado en todos los duelos... Siempre que le veo con Pena, al día siguiente... desafío.
o Qué lástima que don Rosario tenga ese carácter. Y como además en muchas ocasiones se ve obligado a batirse... Porque yo lo digo francamente, llamándome como él se llama y apellidándome como él se apellida, viviría tan escamada como él vive y a la más leve sonrisa de burla andaría también con la gente a bofetadas y a tiros.
cruz ¡ Pero criatura!...
o Hay nombres y apellidos que se prestan a juegos de palabras muy mortificantes. Desde mi esfera modestísima, puedo hablar de eso con conocimiento de causa, porque como me llamo O y me apellido Laá he sido blanco de no pocos malabarismos. El mismo día que me bautizaron hicieron conmigo el primer chiste, porque parece que alguien dijo en la sacristía “gracias a esta chica Laá va a ser O”. Y recuerden ustedes que cuando me hicieron de la Junta directiva de la Cruz Roja, dije que aceptaba la secretaría, pero la segunda vocalia de ninguna manera, porque iban a empezar a decir: “qué cosas suceden en Toledo; aquí la segunda vocal es O”.
flora (Criada joven, entrando en escena, un poco sofocada.) Señorita.
cruz ¿Qué hay, Flora?
flora ¡ Que es verdad lo del duelo!
cruz (A Fe.) ¿Estás viendo?
flora Job, el ordenanza del Instituto, acaba de llegar y dice que don Rosario mandó esta mañana un recado diciendo que no podía explicar hoy su cátedra porque tenía que ir a pinchar a uno.
cruz Y le habrá pinchado. Estoy segura. Se va a encontrar su hijo cuando venga con un espectáculo parecido al que dejó el día que se fué; porque el día que se fué Leoncito a Londres, se batió Rosario por no sé qué minucia con Elíseo Ramírez, que por ahí anda el pobre con su ojo de menos... ¡Qué horror!
o (A Flora.) ¿Y se sabe algo del resultado?...
flora No señora.
o Ay, no tengo paciencia... ¿Por qué no le dice a Job que pase?
cruz Sí: dígale que entre, Flora.
flora Sí, señora. (Vase.)
fe ¿Sabrá algun detalle don Gil, el secretario de papá?
cruz Ya le he mandado llamar por si acaso, pero no espero sacar nada en limpio. Tu padre no suele hacerle ninguna confidencia. Le aprecia como secretario y le desprecia como persona. Como don Gll es tan apocado, tan bonachón y tan poco amigo de pendencias.
fe Cuanto siento que Juanito haya hecho venir de Belmonte a ese tío suyo para que hable con papá y le pida mi mano. Temo que no le coja en buen momento...
job (Desde la puerta.) ¿Se puede?
cruz Adelante, Job.
job (Entrando.) Con su permiso. (Es viejo, calvo y viste de ordenanza.)
cruz ¿Qué, Job?... ¿Qué se sabe?...
job Mayormente lo descrito y pare usted de contar. Todos dicen, todos opinan y áteme usted esa mosca por el rabo.
o Bien pero el mandó decir al Instituto que...
job Que explicara el auxiliar la clase, porque él tenía que pinchar a uno. Sus cosas. Porque él tiene sus cosas. Que si tú miraste, que si usted se río... y lo que pasa: cada uno es cada uno, al galápago le agrada la concha, y como al gusto dañado, lo dulce le es amargo, pues, allá cuidao que dicen en las Pampas, porque en esta vida el que se traga un hueso confianza tiene en su pescuezo.
o (Nerviosa.) ¡Jesus! Lo mal que aplica usted los refranes. Me pone usted nerviosa, Job. El buen refranero, medido y certero.
job Señora, yo digo lo que digo, mayormente, y sin que esto sea meter la hoz en mies ajena, porque aquí y en Andujar el que sabe exprimir es el que estruja.
o (Nerviosísima.) Sí y aquí y en Pekín el que no es chino es adoquín. ¡ No puedo resistirle! (Se asoma al balcón.)
job Aquí la señora de compañía se las trae conmigo.
cruz Bueno, pero oiga usted: ¿se sabe quién es el contrincante de mi hermano?
job No, señora.
fe ¿Ni en que sitio ha sido el encuentro?
job Decían que si a la orilla del Tajo o en la venta de Requejo, pero ya verán ustedes coma ha sido en la finca de Sanuja que es mejor paraje. Allí se desafió don Rosario el mes pasado con ese señor Rico a quien dió ese sablazo tan grande, y allí se batió también el sábado con don Gumersindo La Rueda, a quien pinchó dos veces. Por cierto que al médico que le arregló los pinchazos ya le llaman por ahí el chofer. ¡Las cosas de Toledo!
o (Dejando el balcón.) ¡Jesús! ¡Las plagas de Egipto! Ahí están a la puerta, la viuda de Catalina y su hermana Luz, hablando con las de Fragoso. Esas suben, como si lo viera. Como Lucita tonteaba con León cuando éste marchó a Londres, y la viudita coquetea con don Rosario...
cruz ¡Mujer, por Dios!...
o Ah ¿ no?
cruz Lo que sucede es que mi hermano, de cuando en cuando, le espanta los pretendientes. Como es guapa y rica, tiene muchos golosos que la importunan...
o (Incrédula.) Sí, sí.
fe Claro, señora: como va una muchacha de su posición y de su juventud...
o La viuda rica, con un ojo llora y con el otro repica. Y en cuanto a la juventud, no es óbice: la viuda joven y el viudo trancón hacen buenas migas y buen migajón.
job (Riendo.) ¿Está doña O Laá?
o (Agresiva.) ¿Hola? ¿Qué pasa con O Láa?
job Nada, señora: caramba, que la tiene usted tomada conmigo. Apenas abro la boca...
o Pues no la abra. En boca cerrada, ni entran moscas ni entra nada.
job Y en boca que tenga mella, si entra una mosca allá ella.
cruz Bien, bien. Corra usted por ahí en busca de noticias y si se entera de algo venga a decirlo.
job . Sí, señora. Hasta luego. (Vase.)
cruz Estoy nerviosísima. Quiera Dios que la aorta no tome cartas en el asunto. (Rumor de voces dentro. Asustada.) ¿Qué? ¡Ay!
fe Por Dios, tía Cruz.
o (Prestando atención.) ¿No lo dije? ¡Ya!
flora (Entrando.) ¿ Señora? (Bojando un poco la voz.) Ahí está la viuda de Catalina y esa hermana suya que habla tan trapajosamente.
o Tenía yo la seguridad...
cruz ¿Están en la sala?...
flora No, señora; aquí en el despacho.
cruz (Alzando la voz.) Mujer, ¿pero por qué no han pasado?... (Acercándose a la puerta.) Solita, Luz... Pasen por aquí... (Entran en escena Sol y Luz. Sol es joven, guapa, elegantísima. Luz es más joven que ella, es una muchacha paradita, tontita y que, como ha dicho Flora, habla trapajosamente. Y no es que tenga media lengua, sino que la tiene tan sumamente gorda que habla con un sopa-so- sopeo que no la entiende más que su familia. Cuando se pone nerviosa ni su familia.)
Sol (Entrando.) ¡Querida Cruz! (La besa.) ¿Pero qué me dicen? ¿Otra vez anda Rosario?...
cruz Otra vez, hija mía. (Besando a Luz.) Dios te guarde, Lucita.
Sol (Besando a Fe.) ¿Qué tal?...
fe Bien, muchas gracias. (A Luz.) Hola, mujer. (Se besan.)
Sol (A doña O ceremoniosamnete.) O, buenas tardes.
o (Idem, ídem.) Buenas tardes.
cruz Siéntense.
Sol Gracias. (Se sientan.) ¡Válgame Dios! pero esto no es vivir, amiga mía. Un día sí y otro no...
luz (A Fe.) Yo ere adre se ha esto ejar a Toledo in bitantes.
Sol Dice, que tu padre se ha propuesto dejar a Toledo sin habitantes. Bueno, y tiene razón.
cruz Pues hija, no sabemos con quien se bate, ni por qué se bate.
Sol Nosotras acabamos de enterarnos. Veníamos a saber de Leoncito y una de las de Fragoso nos dió la noticia. (A Luz.) ¿ Fué Gloria o Clarita?
luz Clara.
Sol