Faustina - Pedro Muñoz Seca - E-Book

Faustina E-Book

Pedro Muñoz Seca

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Faustina es una comedia teatral del autor Pedro Muñoz Seca. Como es habitual en el autor, la pieza se articula en torno a una serie de malentendidos y situaciones de enredo contados con afilado ingenio y de forma satírica en torno a las convenciones sociales de su época. -

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Seitenzahl: 125

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Pedro Muñoz Seca

Faustina

JUGUETE CÓMICO EN TRES ACTOS

Estrenado en el TEATRO DE LA COMEDIA de Madrid, el 17 de setiembre de 1919

Saga

Faustina Pedro Muñoz SecaCover image: Shutterstock Copyright © 1919, 2020 SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726508345

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

Esta obra es propiedad de su autor, y nadie podrá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en España ni en los países con los cuales se hayan cele brado, o se celebren en adelante, tratados internacionales de propiedad literaria.

El autor se reserva el derecho de traducción.

Los comisionados y representantes de la Sociedad de Autores Españoles, son los encargados exclusivamente de conceder o negar el permiso de representación y del cobro de los derechos de propiedad.

______

Droits de representation de traduction et de reproduction reservés pour tous les pays, y compris la Suede, la Norvege ét la Hollande.

______

Queda hecho el depósito que marca la ley.

A Pedro Zorrilla,

El Autor.

REPARTO

PERSONAJESACTORESFAUSTINA Sra. Alba. VALENTINA Jiménez (C.) DOLORES Srta. Carbone . BIBIANA Sra . Mesa . RITA Srta. Redondo . EULALIA Sra. Villa . BERTA Andrés . BERNARDA Srta. Jiménez (J.) PETRA delgado . CARMEN León . MANOLITA rey . AMANCIA caba . CASILDITA fabuel . ORTIGOSA Sr. Bonafé . ANGEL Zorrilla . FABIO Espantaleón . LEÓN Asquerino . CORNELIO Pereda . NORBERTO Del Valle . DON PABLO Del Valle . EPIFANIO Moreno. SATANELA Moreno . AQUILES Riquelme . ACACIO Caba . PELAGIO Roa . REVERIANO Navarro . VILLAZA Insúa .

ACTO PRIMERO

Un trozo del Paseo de Rosales limitado al fondo por la alambrada que lo separa del Parque del Oeste. En ambos laterales rompimientos de árboles y en el foro telón con amplia perspectiva de la Casa de Campo, los Carabancheles, etc., etc.

Habrá en escena, entre el arbolado, varias mesitas de hierro con sus correspondientes sillas y sillones de mimbres. De estas mesas, habrá una cerca del lateral derecha, (actor) en primer término y otra en el primer término de la izquierda En el fondo, un poco hacia la izquierda un kiosco donde venden aperitivos y cervezas.

Es de día: en el mes de Noviembre y a las tres de la tarde. Epoca actual.

______

(Al levantarse el telón están en escena pelagio’ acacio, cornelio y epifanio . Pelagio, único camarero del kiosco, es un hombre como de cuarenta años. Acacio, guarda del paseo, de uniforme, ha cumplido ya los sesenta. Cornelio y Epifanio son dos individuos de mediana edad: dos tenderos con los trajes de los días festivos. Pelagio y Acacio, charlan en el foro, junto al kiosco. Cornelio y Epifanio, ocupan la mesa de la derecha primer término. )

Epif . (Riendo a carcajadas .) Cállate, Cornelio, porque, vamos, es que me congestiono.

Corn . ¡Cuando yo te digo que no hay otro hombre con peor pata!...

Epif . ¡Señores, qué tío! Escucha; ¿y siempre ha tenido tan mala sombra?

Corn . Desde que vino al mundo. Y te advierto que nació en el anfiteatro del Español.

Epif . ¿Qué me dices?

Corn . Lo que oyes. Su madre quiso asistir al estreno de un melodrama que se titulaba: El destripador de Tortosa y en un momento del segundo acto en que se quedaba el teatro a oscuras, pues fué la pobre señora y alumbró.

Epif . Protestaría el público, ¿no?

Corn . Figúrate: como que se interrumpió la representación, porque al ver que la señora alumbraba, todo el público empezó a gritar: «¡Luz!... ¡Luz!...» Y excuso decirte. La bajaron a Contaduría, envolvieron al chico en una hopa que se ponía Calvo cuando hacía de Calvino en El Hugonote Melancólico y entre cuatro personas y uno del Escorial la transportaron a su domicilio.

Epif . ¡Qué espanto!

Corn . Pues desde entonces va el pobre Angel de tragedia en tragedia y dando tumbos.

Epif . ¡Pobrecillo!

Corn . Mira, de niño, tuvo un ama de cría que era sonámbula.

Epif . ¡Caray!

Corn . Bueno, no sé cómo no lo mató catorce veces; porque a media noche se despertaba el angelito llorando, el ama se tiraba del lecho pa lactarlo, se dormía lactándolo, sonambulizaba, echaba a andar, y unas veces se despertaba en la Puerta de Hierro y otras en el tejao de la casa de junto.

Epif . ¡Qué espanto! Pescaría la pobre criatura cada bronquitis!...

Corn . Como que todavía tiene la voz tomada de tanto toser y ya ha cumplido los cuarenta, no te digo más.

Epif . ¿Pero por qué no hacía aquella mujer algo pa no dormirse? ¿Por qué no cantaba? Dicen que cuando se canta no puede uno coger el sueño.

Corn . Es que si a las tres de la mañana empieza a cantar la sonámbula, la hubieran mandado callar.

Epif . Tienes razón

Corn . Pues a los nueve años principiaron a darle al pobre chico unos ataques nerviosos que entre cinco asturianos no le podían sujetar y como estaba colocao en la huevería de un tío suyo, pues un día le dió la convulsión estando solo en la tienda, y amén de producirse un miting de chichones, hizo una tortilla que le costó a su padre cinco mil reales.

Epif . ¡Qué atrocidad! Se machacaría los sesos.

Corn . Se los machacó y se los reogó.

Epif . Vaya una birria de hombre ¿Y por qué le dicen el Postinero?

Corn . Esa es otra. Porque a los veinte años le salió debajo de cada brazo un golondrino y el pobre tuvo que ir no sé cuántos meses con los brazos así, en jarra como si fuera presumiendo de tipo. Ya ves qué desgracia.

Epif . Y se llama Angel, ¿no?

Corn . Cállate, hombre: si hasta en eso se ve su mala estrella. El es hijo de aquel maestro de obras tan nombrao: Paco Malo de Peredo, de manera que el infeliz, quieres que no se llama Angel Malo.

Epif . Escucha, ¿y va a venir aquí?

Corn Sí: le he citao aquí porque sé de un destino que puede convenirle. Ha quedao vacante la plaza de cajero en esa tienda de ropa blanca y de guantería que está frente a mi casa y que se llama: «El Mitón Bleu» y como él es persona recomendable, porque a bueno no le gana San Agustín de Aquino, pues voy a ver si logro que meta la cabeza en dicha caja. (Siguen hablando .)

(Por la izquierda entran en escena dolores y leon .. Vienen pascando. Es un matrimonio joven y tan exageradamente elegante que resultan de un cursi subidísimo. Ella es francesa; una de esas francesas que se pintan hasta las encías. Habla con marcado acento francés.)

León ¿Pero vamos a pasarnos aquí toda la tarde, Dolorcitita?

Dol . (Muy melosa .) Sí, mon cher: déjame, es que tengo una gran curiosidad. Monsieurs Orti gosa dijo ayer que pensaba venir esta tarde a Rosales y yo deseo ver si madame Faustina viene o no a buscarle, porque si viene es que está enamorada de él como dicen y son verdad los toros.

León Y tan verdad. Desde que Ortigosa entró en «El Mitón Bleu», como jefe de la sección de guantes, está doña Fustina que es otra: habla sola, se equivoca en las sumas y se distrae de un modo que, vamos, la piden bufandas y saca calcetines. (Suspira Dolores ) Y es que el tal Ortigosa ha armado en la tienda una revolución que el mejor día vamos a tener pata. Porque todas las chicas de todas las secciones se han enamorado de él. La Rita y la Petra, esas dos que están en pantalones, se están quedando en los huesos. Y no te digo nada de cómo está por Ortigosa la Bernarda, la de la sección de medías, que se pone a enseñar las medias y pega cada suspiro que las infla como si fueran zeppelines. Y es lo que yo digo, Dolorcitita, ¿tanto vale ese Ortigosa?

Dol . ¡Oh!... ¡Es muy chic, León, muy chic, chicquisimo! Está un bello español.

León (Escamado .) Lo dices con un fuego...

Dol . ¡Oh! ¡Mon cher! ¿Vas a tener celos?... (Inician ol mutis .)

León No, viditita, no: ya sé yo que tú eres doña Juana de Arco con falda corta y que me quieres.

Dol . ¡Mon cher! (Se van por la derecha muy amartelados .)

Corn . (viéndolos ir .) Vaya una pareja, Epifanio; poca carne tiene él.

Epif Hombre, no; él está llenito. La flaca es ella.

Corn . Pues por eso te digo, que «poca carne tiene él», so primo. (Siguen hablando .)

Acacio (A Pelagio .) Pues es un caso el tuyo, Pelagio, como hay muy pocos. Ya ves tú, que yo de eso no debo asustarme, porque mi hija Wistremunda en lo que toca a la fecundidaz es una rotativa. Ha tenío seis hijas en ocho años que lleva de casá. Y mi otra hija, de cuatro años lleva tres.

Pel . Pues yo tengo una hermana, que de quince lleva una que es lo que debe ser. Pero yo, vamos hombre, a quien yo le diga que de siete llevo ocho, me manda a... Cercedilla.

Acacio Claro, con un alumbramiento doble.. ¿Y hoy dices tú que esperas?

Pel . Sí, señor; he dejao a mi señora en los proguelómenos del trancesito. ¡Malhaya sea la mar.... Quiera Dios que no venga na más que uno y que sea niño, porque estoy ya de niñas, señor Acacio, lo que se dice hasta el pelo.

Acacio Lo creo. Sí que es una pensión; ocl o chicas. (Por la izquierda entra en escena villaza , hombre de cuarenta años, bien vestido. Se sienta a la mesa coreana a dicha lateral y da una palmada .)

Pel . ¡Va!... (A Acacio .) Si sabe usted de alguien que quiera adoptar a una chica, me avisa usted; las tengo de tos los pelos. (se acerca a villaza .) ¿Qué va a ser?

Vill . Tráigame una chica.

Pel . ¿Cuál de ellas?

Vill . ¿Eh?

Pel . Digo si dorada u alemana.

Vill . Dorada.

Pel . Va en seguida. (Se acerca al kiosco y se dispone a servir. Villaza saca un número de «El País» y lee.)

Acacio (A Pelagio .) Oye tú, ese es policía, ¿no?

Pel . Aspirante nada más El que el otro día se tiró la plancha. Unos actores que estaban aquí impresionando una película en la que figuraban que estaban borrachos, él lo tomó en serio y quieras que no, les hizo tomar el amoniaco.

Acacio ¡Mi abuela! (Pelagio sirve a Villaza lo que le pidió y continúa luego hablando con Acacio .)

(Por la derecha entran en escena rita y eulalia , dos modistillas muy emperegiladas y en plan de paseo. )

Rita (Mirando hacia el interior del lateral indicado .) Te digo que es madam Dolores. Mírala ahora.

Eul . Pues es verdad: madam Dolores. Escucha, ¿a qué vendrá?

Rita Pues hija, a lo que nosotras, a ver a Ortigosa. Como ella también se enteró...

Eul . Mujer, ¿ya esos menesteres iba a venir con el marido?

Rita Toma, al marido lo trae pa despistar. Apenas si es larga esa francesa.

Eul . Después de todo, a mí del marido no me da lástima, porque vaya un hombre meloso y besucón. Empieza a hablar con una señora y como se descuide la planta un beso. Ya le llama Besoy todo el mundo.

Rita ¡Vaya un fresco!

Eul . Y de cuatro meses a esta parte ha engordado muchísimo.

Rita Será de lo que se tonifica; como ahora las señoras se dan iodo en la cara..

Eul . Pué que tengas razón Escucha, ¿y a ti te costa que madam Dolores está también por Ortigosa?

Rita ¡Anda! Como que el otro día dijo él que le gustaban las mujeres con lunares, y fijate cómo se ha puesto la cara la muy larga, que parece que la ha salpicao un automóvil. (Sus pira .) Te dígo que las mujeres somos tontas; habiendo tantos hombres en el mundo...

Eul . Claro que hay muchos, pero donde se ponga él… (Suspira .)

Rita Anda, vamos a ver si está por el Parque.

Eul . Vamos. (Se van por la izquierda .)

Corn . (Mirando hacia la derecha .) Espera que me parece que viene allí el Postinero... Sí; él es.

Epif . Caray, ¿pero es ese el Postinero?

Corn . Oye, tú. Epifanio; procura no mezclar el nombre de Dios en la conversación, porque como él es un hombre tan religioso y tan especial, no le gusta que las cosas santas se traigan a colación sin necesidad.

Epif . Descuida, hombre.

Corn . ¡Ah! Guárdate ese número de España Nueva, porque periódico avanzao que él ve, no para hasta que lo quema.

Epif . ¡Chavó! Pues vaya un tío.

Corn . Aquí está ya.

(Por la derecha entra en escena angel. Es un hombre como de cuarenta años y de una fealdad satánica; parece que está caracterizado para cantar Mefistófeles. Esta fealdad demoniaca, contrasta con su natural humildísimo y hasta apocado. Viste con ropas un poco anticuadas; gasta un sombrero hongo color de chocolate que es un monumento .)

Angel ¡Amadísimo Cornelio!...

Corn . (Abrazándole .) ¡Angelillo!... Ven, aquí hombre, Siéntate.

Angel (A Epifanio) Para servir a usted.

Corn . (presentando .) Mi amigo Epifanio Arboleya... Angel Malo…

Epif . Tantísimo gusto...

Angel La satisfacción es la mía, caballero.

Vill . (Fijándose en Angel .) (¿Eh? ¿Quién es ese hombre?...) (Saca un libro de notas, lee, mira a Angel, vuelve a leer y queda observándole. )

Corn . (A Angel .) ¿Qué vas a tomar?

Angel El sol nada más, querido Cornelio. Ya sabes que cualquiera bebida me embeoda y que entre comidas soy de una parquedad casi trapense.

Epif . ¡Hombre, por Dios!... (Al oir la palabra Dios, Angel se descubre y se curva hasta pretender hundir su cabeza en el polvo ) ¡Caray!

Corn . (A Epifanio, dándale un codazo .) ¡Hombre!

Epif . Es verdad; perdona.

Corn . Pues hemos estado hablando de ti un gran rato. Aquí, el amigo Epifanio, tenía ya unos deseos locos de conocerte.

Angel Me honraba don Epifanio.

Corn . Y acaba de decirme que si no te cuaja el destino que voy a indicarte, él te recomendará a un primo suyo que tiene no sé que escuela en Chamberí y que anda buscando un ayudate

Angel Gracias, muchas gracias, pero para bregar con niños no sirvo caballero: los asusto. Lo he intentado alguna vez, pero por mi desgracia tengo un físico que los primeros cinco minutos choca, y la verdad, no quiero sembrar la desolación en nuevas familias.

Epif . Le advierto a usted que esa escuela de la que habla aquí, Cornelio, no es una escuela de párvulos, sino una escuela de esgrima.

Angel Entonces menos aún, caballero: mis ideas religiosas son contrarias al espadachinismo.

Epif. En ese caso...

Corn . Pero si no es necesario nada de eso hombre. El destino que voy yo a indicarte te conviene muchísimo y además te va a cuajar.

Angel Amén.

Corn